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Domingo 08 de Julio de 2007
 
 
 
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  ola de terrorismo
  Otro paraíso bajo fuego
Como Bali en 1992, Yemen era hasta hace poco otro destino de turismo exótico. Pero Al Qaeda decidió transformarla en un frente de guerra.
 
 

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Con sus ciudades medievales, sus pueblos anclados en la tradición y sus costas y montañas de ensueño, Yemen era un destino preferido para viajeros enamorados de Oriente. Pero el atentado terrorista del lunes, que costó la vida a siete turistas españoles y a dos guías locales, vuelve a recordar que el país de cuento de hadas de la península Arábiga es algo muy diferente de un paraje idílico.
Las imágenes hicieron recordar a otro paraíso turístico exótico, la isla indonesia de Bali que, en octubre 1992, se vio envuelta en el horror cuando una bomba mató a 182 personas, muchos de ellos turistas europeos y australianos, en una discoteca de la paradisíaca isla
Cuatro viajeros oriundos de Cataluña –que declaró un día de luto oficial–, tres del País Vasco y uno de Castilla y León perdieron la vida cuando un coche bomba embistió los dos vehículos en que viajaban en el noreste del país después de visitar el templo del dios de la Luna (relacionado con la mítica “reina de Saba”), pese a que iban acompañados por otros dos vehículos de seguridad yemenita, indicó la cancillería española. 
El grupo de turistas españoles, entre los cuales figuraban nueve mujeres y tres hombres, estaba visitando Yemen en un viaje organizado por la agencia vasca Viajes Banoa, especializada en turismo de aventura.
Este atentado se produjo ocho días después de que seis jóvenes soldados, tres de ellos colombianos pertenecientes al contingente español de la Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (FINUL), murieran al estallar una furgoneta bomba al paso de su vehículo blindado en una carretera en el sureste del Líbano. Ambos atentados ya están en manos de la Justicia española, sumamente activa en la lucha contra el terrorismo.
 Los ataques del Líbano y de Yemen muestran una “alarmante escalada terrorista” de corte “yihadista” que parece formar parte de una “estrategia planetaria con raíces inequívocamente comunes”, afirmó el diario “El País”. “El coche bomba no aguarda ya solamente a tropas combatientes como en Líbano o se estaciona en calles céntricas de Londres. Espera a inofensivos turistas en Yemen”, sentencia ese matutino español, al que se contrapone el diario “ABC” (derecha), para el cual el atentado de Yemen es un “nuevo golpe de Al Qaeda a España”.
El atentado podría ser también un golpe de gracia al esfuerzo del gobierno yemení de potenciar la industria turística.
El último caso de extranjeros asesinados por violencia terrorista en Yemen se remonta a diciembre de 1998, cuando fundamentalistas islamistas secuestraron a 16 extranjeros y, ante las diletantes negociaciones del gobierno yemení, terminaron por matar a cuatro británicos.
 Pero los secuestros de extranjeros copan una y otra vez los titulares del país: al margen de motivos políticos o religiosos, sus actores suelen ser guerreros tribales que pretenden obtener dinero o concesiones del gobierno en Sanaa.
Otros peligros acechan Yemen. En el noroeste del país, rebeldes chiítas libran una sangrienta guerra local contra tropas del gobierno. El asesinato en setiembre del 2004 del líder de las milicias, el jeque Hussein al Houthi, tampoco mejoró la situación.
 Por otro lado, Yemen ha sido siempre una plataforma de operaciones y zona de retirada para Al Qaeda.
En el 2000, la red terrorista perpetró un atentado contra los buques de guerra estadounidenses en el golfo de Adén, que dejó un saldo de 17 miembros de la tripulación muertos. Dos años más tarde, un ataque similar contra el buque petrolífero francés “Limbourg” mató a un marinero búlgaro.
Después de los atentados del 11 de setiembre, el presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, acercó su política hacia una línea de colaboración con Estados Unidos. A fin de cuentas, el país está empobrecido (el ingreso per cápita está en torno a los 550 dólares anuales) y el espíritu de clan y tribal debilita las instituciones.  Es probable que un atentado contra el turismo no fuese más que una cuestión de tiempo.
El gobierno en Sanaa ha depositado grandes esperanzas en el desarrollo del sector: aunque en la actualidad representa entre el 1,5 y el 2% del Producto Bruto Interno del país, el año pasado experimentó un incrementó del 15% al llegar a los 382.000 visitantes. Aún queda abierta la forma en que el sangriento atentado del lunes pueda influir sobre estas expectativas. (AFP)

Un verano con ETA

Cinco activistas detenidos en Francia en pocas horas, la incautación de unos 300 kilos de explosivos en diez días: España y Francia multiplican los golpes contra ETA, que  hace un mes anunció formalmente la vuelta a la lucha armada.
Estas operaciones probablemente han retrasado el hecho, considerado inevitable, de que la organización armada separatista vasca cometa un atentado en plena época turística estival (boreal).
El presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, debilitado por el fracaso de su intento de diálogo con ETA, afirmó que “no hay ningún margen” para negociar con la organización armada. Desde la ruptura de la tregua, que ETA había decretado el 22 de marzo de 2006, se han multiplicado los golpes policiales contra la organización clandestina, responsable de la muerte de 819 personas y de un centenar de atentados en 39 años de lucha armada por la independencia del País Vasco.
El último fue la detención en Francia de cinco presuntos etarras en la tarde y la noche del lunes y martes. Tres de los activistas, identificados como Ekatiz Aguirre Goñi, José Antonio Aranibar Almandoz y Angel Cardaño Reoyo, fueron detenidos el lunes cerca de Saint Jean Pied de Port –en el País Vasco francés (sudoeste)– durante, al parecer, la entrega de explosivos a un comando por parte de un miembro del aparato logístico de ETA.
 Los investigadores franceses, que actuaron en colaboración con sus colegas españoles, se incautaron de nueve kilos de pentrita, un explosivo muy potente y sensible, 16 kilos de azufre y 140 kilos de clorato de potasio. Creen que el grupo preparaba un golpe inminente en la vecina Navarra (norte de España) .
A estas tres detenciones de activistas de ETA siguieron otras dos más en un control policial en la región de París.
Ese descubrimiento fue interpretado como un signo de la voluntad de ETA de atacar intereses turísticos en Andalucía (sur), reanudando así sus tradicionales “campañas de verano”.
En un informe de abril, la Policía española advertía que ETA tenía “a corto plazo una capacidad operativa suficiente para mantener un nivel de amenaza permanente no sólo en el País Vasco sino también en el resto del país”. (AFP)

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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