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Domingo 04 de Febrero de 2007
 
 
 
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  CULTURA Y GLOBALIZACION
  Brasil defiende ‘su’ capoeira
Arte marcial, baile o deporte, lo cierto es que esta disciplina fundada por esclavos negros se ha popularizado en el mundo y ha recibido tantas influencias que, según sus cultores, podría desnaturalizarse.
 
 

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El maestro de cabello trenzado entona las primeras notas de su instrumento en forma de arco, el “berimbau”, con una melodía que recuerda los años de la esclavitud.
Dos hombres sudorosos se desplazan para alcanzar el instrumento de origen africano, se persignan y estrechan las manos antes de entrar al círculo formado por otros hombres que cantan y baten las palmas. La pareja intercambia vertiginosos puntapiés mientras da vueltas con giros y saltos al ritmo de la música, y sus pies vuelan a milímetros de la cabeza del otro.
Lo que en un minuto parece un baile, al siguiente luce como una pelea: es la capoeira, un arte marcial con apariencia de danza que nació hace más de 400 años a bordo de los barcos cargados de esclavos y en las plantaciones alrededor de Salvador de Bahía, la primera capital de Brasil.
Alguna vez prohibida por ser considerada un arma letal en manos de los recién liberados esclavos brasileños, hoy la capoeira es más popular que nunca, con escuelas por todo Brasil y en otros 150 países.
Hay tantos japoneses, finlandeses y suecos que peregrinan por estos días hasta “la cuna de la capoeira” que a veces parecen superar en número a los brasileños que acuden a las escuelas de Salvador.
“Capoeira no es sólo un deporte, es un mensaje. Tienes que venir a Brasil pasar saber de qué se trata”, dijo Ida Reiz, un estudiante de 23 años de Estocolmo. Incluso se ha mencionado hacer de la capoeira un deporte olímpico, si sólo alguien consiguiera saber cómo anotar los puntos. Sin embargo, esa explosión de la popularidad internacional es tanto motivo de preocupación como de orgullo. Muchos aquí temen que esa atención extranjera robe la identidad brasileña de la capoeira, de la misma forma en que ahora existen bailarines japoneses de samba que hacen giras por Europa y cantantes de bossa que se han hecho más populares en el exterior que en Brasil.
“La capoeira ha sido siempre una tradición oral sin ninguna documentación de nuestra historia. Ha habido muchos casos en que llegan extranjeros que hacen películas y documentales, así que son más famosos en el extranjero que en Brasil. Tenemos que evitar eso”, dijo Rubens Costa Silva, más conocido como “Mestre Bamba”.
Silva estima que unos 3.000 extranjeros pasan cada año por su academia, situada en el segundo piso de una casa colonial en el distrito histórico de Pelorinho.
Para preservar la esencia brasileña de la capoeira, el Ministerio de Cultura ha estado documentando la tradición oral, recabando los testimonios de viejos maestros y consultando textos y recortes de periódicos, para presentar a fines de este año a la UNESCO una solicitud de declarar la capoeira como una “herencia intangible de la humanidad”, de la misma forma que lo es el teatro Kabuki japonés. Tal distinción busca proteger la tradición cultural frente a la globalización. La UNESCO exige salvaguardas reales como medidas legales, apoyo financiero gubernamental para las investigaciones y aprendizaje especializado. “La capoeira ha sido vista con un arte marcial o simplemente como un deporte. Queremos resaltar sus aspectos culturales, que son parte de la memoria y la historia de la población negra de Brasil”, dijo Marcia Sant’Anna, directora de herencia intangible del Ministerio de Cultura. Los esfuerzos de la UNESCO se concentran en preservar la rica historia de la capoeira, mientras Sant’Anna dijo que el ministerio también quiere respetar su evolución como un arte vivo.
Y es que en los últimos años la capoeira ha dado pie a tantas fusiones que harían erizar la piel de un purista. Entre las fusiones más populares están “capeboxe”, que incluye elementos del boxeo, y “capoeróbica”, que tiene movimientos y música tomados de las clases de aerobismo.
 La capoeira quizá no hubiera sobrevivido si no fuera por las innovaciones de Manuel dos Reis Machado, el legendario “Mestre Bimba”, quien abrió la primera escuela de capoeira en 1932 y codificó sus movimientos. Al tener entre sus estudiantes a los hijos de políticos y almirantes, Bimba fue el gran responsable de lograr que se levantara la prohibición impuesta a la capoeira dos años después de que Brasil se convirtiera en el último país del hemisferio occidental en liberar a los esclavos, en 1888.
Bimba incluso realizó una presentación delante del entonces mandatario Getulio Vargas en 1937, lo que llevó a que éste declarara la capoeira como un deporte nacional, un hecho olvidado con frecuencia en este país loco por el fútbol. El nuevo estilo de Bimba incorporó elementos de las artes marciales de Asia, como los cinturones de colores, que indican el rango, y muchos de los rápidos puntapiés, elementos que ofendieron a los tradicionalistas.
En 1942, el otro gran maestro de la capoeira Vicente Ferreira Pastinha, o Mestre Pastinha, abrió otra escuela con un estilo que llamó de “Angola”, en una referencia a los orígenes africanos de la disciplina. La rutina más pegada al suelo, como enseñaba Angola, languideció en la oscuridad hasta fines de los años ’70, cuando ganó la atención del naciente movimiento de la conciencia negra brasileña. Colette Desilets, una canadiense de 51 años a quien se le atribuye la introducción de la capoeira en Canadá, indicó que en muchas formas los extranjeros tienen una mayor reverencia y respeto por las raíces de la capoeira que los mismos brasileños. “Incluso en Brasil la capoeira puede perder su brasileñidad. Aquí están incluyendo movimiento del jiujitsu”, afirmó Desiletes, quien visitó Brasil durante un mes con doce de sus estudiantes.
Otra innovación que con seguridad cambiará el rostro de la capoeira es la gestión para declararlo deporte olímpico. Gersonilto Heleno do Sousa, quien encabeza tales esfuerzos desde la Confederación Brasileña de Capoeira, espera que la disciplina –que no requiere que un contendiente noquee a su rival– reciba una puntuación parecida a la de la gimnasia, más que a la del boxeo.

 

   
 MICHAEL ASTOR
AP
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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