El panorama en las carreteras de entrada y salida de Madrid tienen un decorado muy parecido: grúas, excavadoras, aplanadoras y maquinarias pesadas. Tal escenario es reflejo de la extraordinaria transformación que ha convertido a lo que era un país relativamente pobre, hace unas cuantas décadas, en una potencia económica. Pero para España aún están por llegar tiempos más dulces.
Tres décadas después de que la muerte del general Francisco Franco sumiera al país en una jungla política y económica, España se encuentra a punto de sobrepasar en la estadística de ingreso per cápita a Italia, un país vecino que siempre miró a los españoles como sus primos pobres.
Los síntomas del éxito español se ven por todas partes: en la belleza e imponencia de su nueva terminal aérea en Madrid, en la estatura internacional de arquitectos como Santiago Calatrava y Rafael Moneo, en la interminable vida nocturna y cultural y, por supuesto, en los indicadores económicos, que marcan un crecimiento record de España y el desempleo más bajo en una generación.
“Son buenos tiempos para ser español’’, señala José Manuel Campa, profesor de Economía y Finanzas en la escuela empresarial IESE, en Madrid. “España siempre ha tenido gente excepcional, pero siempre hubo una percepción de que llegaron lejos pese a ser españoles. Ahora tenemos un panorama en el que, sobre todo entre la generación más joven, el mundo es de ellos’’.
Por ejemplo, en Madrid, se experimenta en cada rincón el sonido del progreso. Muchos residentes de la capital se quejan de que Madrid parece una obra en construcción. La joya de la corona es sin lugar a dudas la nueva terminal del aeropuerto de Barajas, una empresa que costó 7.200 millones de dólares.
El boom no se limita a la capital. A nivel nacional, el Producto Interno Bruto creció un 3,5% en el 2005 y el gobierno pronostica al menos una subida del 3,4% en el 2006. El desempleo marca un 8% de la población, la cifra más baja en 27 años y muy por debajo del 20% al que llegó a comienzos de los 90.
Los precios del sector residencial inmobiliario se han más que triplicado en los últimos 10 años, según datos del Banco Central, superando de por sí al jugoso mercado estadounidense en ese mismo marco de tiempo. Y contrariamente a Estados Unidos, los precios siguen subiendo.
¿Cómo se llegó a esto? Una parte sustancial del éxito se lo debe a Europa.
En la última década, España se benefició de las bajas tasas de interés del Banco Central Europeo, que fomentaron la inversión y el consumo privado. Las tasas han sido tan bajas, y la inflación alta en comparación con la economía, que los préstamos son casi gratis. Por otra parte, España ha sido uno de los mayores beneficiarios de la ayuda económica de la Unión Europea, con casi 65.000 millones de euros desde el 2000. Desde la muerte de Franco, España ha tenido una serie de gobiernos estables, tanto de derecha como de izquierda, que han implementado políticas económicas responsables.
Han liberalizado las leyes laborales y privatizado a gigantes como Telefónica, Gas Natural e Iberia, la aerolínea nacional. En los últimos años, cuatro millones de personas provenientes de América del Sur, el este de Europa y Africa han llegado a España, una mano de obra barata que llegó cuando más se la necesitaba. A eso se suma una sociedad que ha decidido saltar a la modernidad tras décadas de estancamiento bajo el régimen franquista. España es, en la actualidad, una de las historias más exitosas de Europa y contrasta con la decadencia económica de Italia. Con un crecimiento de casi un cero por ciento, Italia lleva tres años consecutivos con un déficit que excede el 3% de su PIB. Los economistas españoles e inclusive sus políticos, como el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, indican que España sobrepasará a Italia posiblemente antes del 2009.
Según estadísticas de la Unión Europea, el PIB de España es un 98,2% del promedio de la UE, mientras que el de Italia está en un 100,5%. En los últimos años, las empresas españolas han incursionado con fuerza en los mercados extranjeros. El Grupo Ferrovial encabezó una lanzada de inversionistas que compró por 19.500 millones de dólares a la británica BAA, el operador de aeropuertos más grande del mundo, y Telefónica SA adquirió a la británica O2 PLC por 31.500 millones de dólares.
España sobrepasó recientemente a Canadá como la octava economía más poderosa del mundo, según cifras del Banco Mundial. Pese a las buenas noticias, algunos economistas creen que el mercado inmobiliario español está viviendo en una burbuja. Asimismo, se cree que la corrupción es una epidemia nacional.
Si se comienzan a desatar escándalos, podrían surgir repercusiones muy negativas para el país.