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Le tienen miedo los empresarios argentinos al gobierno nacional?
Mauricio Macri esta convencido de que sí.
–Si no es así, ¿para que el doble discurso con el que se refieren a Kirchner y su kirchnerismo? –se pregunta.
En jugada estudiada, el fin de semana anterior no asistió al cónclave que en Mar del Plata concretó el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). Macri dejó pasar los tres días de deliberaciones. Luego habló en términos de dura queja .
–¿Para qué iba a ir? ¿Para que los empresarios me digan en los pasillos lo mal que lo pasan con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno y con un gobierno que no resuelve los problemas, y después verlos en atril y escucharles decir que todo está bien?
Y remató rompiendo lanzas con IDEA, al menos por largo rato.
–Ese coloquio me da vergüenza –señaló antes de largarse a una agria perorata sobre la desnaturalización que en su criterio ha sufrido ese encuentro. Macri detecta un “antes” en esa historia. Un tiempo en que, como espacio, el cónclave reflejaba sin temores “reflexiones profundas y críticas” sobre la realidad del país y la gestión del poder político.
–Ahora, nada –sentencia con fastidio.
Y en su cercanía cuentan a “Río Negro” que el lunes recibió al menos dos docenas de llamadas de gerentes y empresarios que participaron del coloquio. “Le brindaron explicaciones de tanto adocenamiento”, precisa uno de los colaboradores del líder de PRO. “Y le hablaron de una diferencia de roles” –se acota.
–Mauricio, vos hoy sos más político que empresario. Tu lucha es por el poder, la nuestra por mantener nuestros negocios –le dijeron y Macri dobló la apuesta en tren de cuestionamiento a lo sucedido en Mar del Plata.
Dijo que la conducta seguida en el coloquio de IDEA reflejaba uno de los problemas nacionales más legendarios y hoy acuciante: “Jamás el empresariado ha defendido un modelo de país y siempre optó por acomodarse con lo que estaba en el poder en ese momento”.
Quien explora las reflexiones surgidas en el coloquio no tiene mucho que andar para sistematizarlas en relación a lo que se dijo del gobierno, al menos públicamente. Veamos:
• Coincidencia generalizada con el oficialismo en cuanto a que la Argentina tiene aseguradas tasas de crecimiento para los próximos dos años de no menos del 7% .
• Ausencia de críticas a estilos y formas de ejercer el poder por parte de la administración Kirchner.
• Elocuente déficit de inquietud empresarial por estilos y formas de ejercer el poder por parte del sindicalismo. Se llegó a decir: “A Moyano ni lo conocemos”.
• Suave inquietud por el devenir de los índices inflacionarios.
• Amortiguado protagonismo empresario en reclamo de mejores condiciones financiero-crediticias.
El hall de la UADE está desierto a las tres de la tarde del martes. Un gerente de una empresa siderúrgica de primer rango espera a “Río Negro”, pero el café se toma en un bar de la esquina, sobre la calle Lima. El gerente participó del coloquio de IDEA.
Primero, descarga sobre Macri. “Leí sus declaraciones. Sin pudor: ¿dónde estaba su grupo con el menemismo? Con el poder menemista, haciendo negocios con los que estaban en el poder... En este tema mejor no hacer olas”, sostiene.

PSICOLOGIA DEL PODER

–Mire –señala a renglón seguido–, tengo una hija que es psicóloga. Hace poco me explicó que cuando la visibilidad del poder se hace invisible, la incertidumbre sobre la conducta que seguirá el poder se hace más elocuente o algo parecido. Esto en cualquier orden que tenga que ver con el funcionamiento de jerarquías, poderes. Este es un gobierno que uno no sabe por dónde vendrá, pero sí se sabe que, cuando viene, viene con poder y lo usa...
La revista “Mercado” aborda el tema bajo el título “La Argentina del miedo”. La ilustra con la expresiva pintura “El grito” de Edvard Munch, robada y recientemente recuperada.
Según el medio, los temores empresariales tienen nombre propio: Mario Guillermo Moreno, secretario de Comercio. “Amenaza con reventar a los empresarios que se nieguen a firmar o firmen y después violen los acuerdos de precios”, sentencia el medio para agregar inmediatamente: “Las sanciones prometidas por Moreno no se limitan a las que prevé la Ley de Abastecimiento: multas , clausuras, inhabilitaciones y arrestos. El funcionario advierte a los díscolos: si no se disciplinan, recibirán inspecciones de la AFIP, juicios y hasta medidas de acción directa , una amenaza nada inocente en la época de los piqueteros oficiales”.
Si Clément Rosset –psiquiatra y filósofo dedicado al estudio de las conductas en determinadas coyunturas– examinara a Mario Guillermo Moreno, seguramente diría que representa claramente “el principio de la realidad suficiente”. O en otros términos, lo más duro de una situación no está en su dureza sino en el hecho de que, al menos por largo tiempo, nada cambiará.
–En el coloquio de iDEA nadie se acordó ni siquiera del funcionario y piquetero D’Elía. Tiene doble estándar para patotear: como subsecretario de Tierras para el Hábitat Social y como líder de la Federación de Tierra y Vivienda... ¡Cómo es posible que nadie haya dicho que discrepar con D’Elía implica ser denunciado de agente de la CIA –comenta un catedrático de la Universidad de San Andrés, columnista de varios medios.
 Jorge Kohan es uno de los mejores analistas del mundo cultural-ideológico que define al empresariado argentino, o al menos al vinculado de los coloquios de IDEA. Admite que la reunión de Mar del Plata fue “algo” deslucida “por una encrucijada que los empresarios no logran resolver: el verdadero pánico que la mayoría le tiene en términos corporativos al presidente”.
Y en “El Cronista”, Kohan recuerda las agrias circunstancias que vivieron Shell, Coto y ahora Delloite por marcar alguna que otra diferencia puntual con la administración Kirchner.
“Esas compañías acusaron recibo. Y sobre todos los ejecutivos, mucho más los extranjeros, a quienes los accionistas les pagan por llevarse bien con los gobiernos, no para enfrentarlos”.
Martín Amis tiene algo más de medio siglo y hoy es el mejor escritor inglés. También un minucioso estudioso del poder. “Koba el Temible”, uno de sus libros, es una brillante investigación del régimen soviético fundado por Lenin a partir del terror. Amis está casado con una uruguaya y pasa varios meses al año en Punta del Este, un buen pedestal para observar la conducta de los argentinos.
–Creo –confesó este verano– que a los argentinos los seducen tres cosas: la corrupción, que los manden y que les organicen la vida. Me parece que Kirchner los manda y les organiza la vida...

LA DUREZA Y EL ACUERDO

El diputado kirchnerista toma sus recaudos. Mira a ambos flancos antes de hablar. Se inclina sobre paño verde sosteniendo el taco entre sus manos. Presume carambola y asume la situación con gesto felino. Vuelve a pispear el lugar. Pero a las tres de la tarde del martes, “La Academia” está desierta. Luego estallará un incendio en los fondos del “Bauen” y “La Academia” quedará más desierta.
–Mire, el kirchnerismo es muy duro, muy directo para ejercer el poder. Es un gobierno blindado en materia de entender al otro... Está manejado por unos pocos, no más de cinco y quizá menos... Ese es el núcleo duro del poder... ¡Para ellos el Congreso es un forro! ¡A los oficialistas nos bajan órdenes y se acabó! –dice el diputado nacional kirchnerista. Taquea. Carambola.
Mira y se adelanta a la pregunta de “Río Negro”: “¿Por qué me quedo?... Por muchas cosas positivas que se están haciendo... y además le respondo desde la experiencia de haber vivido en Francia mucho tiempo... A usted se lo comenté en Bariloche años atrás. Si el socialista Jospin decía todo lo pensaba del socialista Fabius y el socialista Fabius todo lo que pensaba del socialista Mauroy y todos estos socialistas decían lo que pensaban del socialista Mitterrand, bueno... el socialismo francés hubiera muerto y nunca hubiera llegado al poder. ¡Acá pasa los mismo, nada nuevo bajo el sol en esta cuestión de clausurarse la lengua cuando uno forma parte de la comparsa!”.