| Dice Pepe Eliaschev, en la página 37 de su libro: “La Argentina, gobernada hoy desde un control hegemónico de poder tibiamente disfrazado de ‘necesidad’ de gobernar ejecutivamente y que estremece por su implacabilidad, puede convertirse en territorio insalubre para los pensamientos diferentes que cuestionen las verdades reveladas de un gobierno”. Y a renglón seguido acota: “El presidente Kirchner ha venido encarnando a menudo, con sus acciones y sus palabras, pero también con sus silencios, algunas de las pesadillas posibles, aunque no inexorables, de una sociedad que no termina de acceder a la vida democrática”. “Lista Negra” es un impecable aporte para la reflexión sobre cómo suelen manejarse el poder político y los imaginarios que éste despierta por parte de los argentinos. Es una larga meditación sobre los excesos en ese manejo. Pepe Eliaschev no tiene una historia personal neutra en la materia. Con honestidad, pasa revista a su militancia de izquierda en los 70. Y con descarnada sinceridad se asume como protagonista de una militancia que, precisamente, estuvo signada por visiones que orillaron lo mesiánico a la hora de la acción. Escribe Pepe Eliaschev en página 138: “La exaltación del coraje es uno de los componentes centrales de lo sucedido en los años de mayor violencia, un aspecto igualmente verificable en otros casos latinoamericanos, donde el marcado aire sobrenatural que se le confería al accionar guerrillero a menudo giraba sobre la virilidad interminable de sus protagonistas”. En su criterio, la “generación en el poder desde mayo del 2003 parece dar a entender, de esta manera, que las motivaciones profundas que la impulsaron a actuar, a combatir, y a morir son rasgos supremos de cara a otras consideraciones”. Se reivindica, así, la voluntad de participación política, la decisión de cambiar el mundo, la entrega suprema a los ideales, el compromiso con el pueblo. Se asegura que esas características, a las que se señala como poderosas y más importantes que cualquier otra cosa, le dan a la generación el el poder, el estatus de “modelo”. Estructurándose desde este andamiaje conceptual, “Lista Negra” se proyecta como un sólido aporte de advertencia sobre las características del mundo ideológico con el que se maneja el kirchnerismo.Una cosmovisión donde el otro no cuenta nada más que en términos de enemigo. De ahí a la exclusión de lo distinto, un paso. Paso que el kirchnerismo dio meses atrás cuando ordenó echar a Pepe Eliaschev de Radio Nacional debido al espíritu crítico que ejercía mirando el poder. |