| | Más allá de los desmentidos oficiales, provenientes en particular de la Casa Blanca, la “guerra global contra el terror” está siendo perdida, según estiman expertos y analistas.
A pesar de la detención de terroristas, de la organización de elecciones libres en Irak o en Afganistán, del desmantelamiento de redes, de la muerte de Abu Mussab al Zarqawi, el mundo es menos seguro que el 10 de septiembre de 2001 y un nuevo ataque de proporciones contra Estados Unidos o sus aliados es inevitable, afirman los expertos.
El mes pasado, la prestigiosa revista US Foreign Policy, junto a un grupo de reflexión en Washington, tuvo la idea de interrogar sobre esto a 116 de los más reputados expertos estadounidenses, en número equilibrado de conservadores y demócratas.
Entre ellos figuraba un ex secretario de Estado, dos ex directores de la CIA y todo lo que Estados Unidos cuenta como analistas de renombre. El 84% de éstos estima que su país está perdiendo la “guerra contra el terrorismo”.
El 86% considera que el “mundo es hoy más peligroso”. Más de ocho de cada diez piensa que un nuevo ataque mayor es probable en la próxima década. ¿SINTOMAS O CAUSAS? “Estamos perdiendo la guerra contra el terror porque tratamos los síntomas y no las causas”, comentó Anne-Marie Slaughter, que dirige en Princeton la Woodrow School of public and international affairs.
“Nuestra creencia en que la ideología fundamentalista islamista remplazó al comunismo como enemigo principal corresponde exactamente a la visión del mundo de Al Qaeda”, afirmó.
Para Leslie Gelb, del prestigioso “Council on Foreign Relations”, la casi unanimidad de los consultados se debe a que “está claro para casi todo el mundo que Bush y su equipo tienen una concepción totalmente irreal de lo que puede lograrse empleando la fuerza militar”.
En Francia, el concepto mismo de “guerra al terror” está cuestionado. “Partió mal desde el comienzo: ‘guerra al terror’ es tan ridículo como ‘guerra a la cólera’. No se entra en guerra contra el terror, sino contra la gente”, afirmó Alain Chouet, ex dirigente de la DGSE (espionaje exterior francés).
“Desde el 11 de septiembre (de 2001), los estadounidenses se quedaron pegados en el concepto de ‘war on terror’, por lo tanto no se plantean las preguntas correctas. Están lejos de obtener las respuestas adecuadas”, estimó. UNA RESERVA INAGOTABLE “Se puede masacrar a todos los terroristas. Siempre hay una reserva inagotable”, prosiguió.
“No hay que atacar los efectos del terrorismo sino a sus causas: la ideología wahabita, Arabia Saudita y la Hermandad musulmana. Pero a esos no se les quiere tocar”, añadió.
“Han hecho de Irak un nuevo Afganistán. Si a esto se agrega Guantánamo, que es grotesco y no sirve para nada sino para dar pretextos, Abu Ghraib y todos los abusos de un ejército en campaña... Han caído en la trampa clásica de los terroristas: obligarlos a golpear donde no corresponde...”.
Director entre 1996 y 1999 de “la Unidad Ben Laden” en la CIA, Michael Scheuer es igualmente categórico: “Está claro que estamos perdiendo. El único aliado indispensable de Al Qaeda es la política exterior estadounidense hacia el mundo islámico”.
“El impacto acumulado de varios acontecimientos en los últimos años tuvo por efecto hacer que los estadounidenses sean odiados sólo porque son estadounidenses”, dijo citando el caso de Guantánamo, de Abu Ghraib y las caricaturas de Mahoma.
“Para los occidentales eso es lamentable, pero no realmente serio. Por el contrario, para los musulmanes, son ataques terribles contra lo que guía sus vidas y su fe”. |
