| | Agencia DPA. Pocos lo esperaban, porque su relación con el fútbol era poco menos que inexistente, pero la canciller alemana, Angela Merkel, se ha convertido estos días en la aficionada al fútbol más famosa del país. Desde el comienzo del Mundial de Alemania 2006, la primera mujer en ocupar la jefatura de gobierno germana emite previsiones sobre los resultados de los partidos, acude a los estadios cuando juega la selección de su país y después saluda personalmente a los jugadores. Las televisiones la muestran saltar enfervorizada en la tribuna cuando Alemania mete un gol. El fútbol era algo natural para su predecesor, el socialdemócrata Gerhard Schroeder. De joven era temido por su velocidad cuando jugaba como delantero en el equipo de su pueblo, el TuS Talle, y más tarde, como jefe de gobierno en Berlín, se dejaba filmar a menudo dándole patadas a un balón. Convirtió el Mundial de Alemania 2006 en una prioridad para su gobierno y a menudo lo calificaba como "el evento del siglo" en el país. Sin embargo, los electores quisieron que Schroeder abandonara el poder cuando faltaban menos de ocho meses para la celebración de la Copa del Mundo y que fuera una mujer quien lo sustituyera. Pero Merkel, en contra de clichés de que las mujeres no se interesan por el deporte, ha demostrado desde entonces que para ella el deporte del balón no es menos importante. "Del fútbol me fascina lo mismo que en la política, que te mantiene en tensión hasta el final", afirmó la líder democristiana en una entrevista reciente. En multitud de intervenciones con los medios de comunicación a lo largo del año, Merkel, hija de un pastor protestante, se ha visto obligada a demostrar que entiende de fútbol. Según sus allegados, ya se interesaba por el deporte del balón durante su juventud en la extinta República Democrática Alemana (RDA). En su primera entrevista este año, redactores del diario "Bild" le preguntaron por ejemplo si sabe lo que es un fuera de juego. "Eso no se lo preguntarían a un canciller masculino", contestó de inmediato. Pero acto seguido, con ayuda de un trozo de papel, explicó correctamente lo que se le pedía. Merkel está satisfecha con que Michael Ballack sea el capitán de la selección y, en varias ocasiones, ha mostrado su aprecio por el técnico nacional, Juergen Klinsmann, sin importarle al parecer el hecho de que el ex internacional germano apoyara abiertamente a Schroeder en la campaña electoral. A mediados de marzo, cuando arreciaban las críticas contra el seleccionador por sus métodos de trabajo poco comunes, sus reiteradas estancias en California y los malos resultados del equipo en amistosos, Merkel reunió en su oficina a la plana mayor del fútbol alemán, en lo que fue calificado por los medios alemanes como una "cumbre de paz". "Estoy convencida de que Juergen Klinsmann y su equipo van por el camino correcto. Usted ha introducido en su equipo nuevos métodos. Para ello siempre hay apoyo mientras haya éxito, mientras que las críticas siempre llegan con las derrotas. Pero uno no se debe dejar intimidar por ello si está convencido de algo", dijo Merkel . Merkel disfruta visiblemente cuando hace referencia a los éxitos de las mujeres futbolistas alemanas en torneos internacionales. En su mensaje de Año Nuevo, la canciller recordó que la selección femenina de fútbol ya es campeona del mundo y deseó al equipo de Klinsmann la misma suerte. Merkel, en cualquier caso, quiere presenciar en directo en el estadio todos los partidos de la selección alemana y afirma: "Podría asistir a todos los partidos de Alemania hasta la final". De todas maneras, tendrá que ir sola. Su marido, el catedrático de Química Joachim Sauer, parece sentir bastante menos pasión por el deporte y sigue sin acompañarla a los estadios: "Estoy más entusiasmada con el fútbol que él". |
VICENTE POVEDA 
