Respecto de la casa Milá, edificio de varios pisos independientes, una de las familias que estrenaron uno de ellos se encontró con el inconveniente de no poder ubicar en el líving un piano de gran cola.
El problema no era por las dimensiones del ambiente, sino porque ninguna de las paredes del mismo era recta como para servir de fondo al lado recto del piano.
Luego de haber probado todas las posibilidades, la dueña de casa llamó a Gaudí para que le solucionara el problema.
Él llegó al departamento, deambuló un rato por el líving hasta que le preguntó: "¿Quién toca el piano?
- Yo, le respondió la señora.
Gaudí pensó un momento y luego le dijo: "No le gustaría tocar el violín?" (L.P.)