Cataluña, que ha producido artistas de la talla de Salvador Dalí, Joan Miró y Pablo Casals, tiene el privilegio de otro catalán genial: Antonio Gaudí, máximo exponente de la arquitectura modernista, que dejó su impronta en la atmósfera vibrante de Barcelona.Antonio Gaudí nació el 25 de junio de 1852, no sabemos si en Reus o en Riudoms, porque estos dos municipios del Baix Camp se disputan su lugar de origen.
El 7 de junio de 1926, a los 74 años, reconocido como extraordinario arquitecto, aunque considerado un excéntrico, Gaudí caminaba por la Gran Vía de les Corts Catalanes, en Barcelona, había cruzado la calle Bailén hasta la plaza Tetuán -camino que hacía habitualmente para llegar a la iglesia de la Sagrada Familia- pero, al cruzar la calle, un tranvía lo atropelló y lo dejó inconsciente debido a una enfermedad que le afectaba el oído. Por su traza de mendigo tardaron en darse cuenta de quién se trataba. Murió el 10 de junio de 1926, en el hospital de la Santa Creu.
Actualmente se ha reavivado en Barcelona un viejo debate promovido por el FAD (Fomento de las Artes Decorativas) sobre la finalización de dos obras inconclusas de Gaudí: la Sagrada Familia y la Cripta Güell.
La Cripta Güell -en la que Gaudí probó soluciones arquitectónicas (que después utilizaría en la Sagrada Familia)- quedó inconclusa cuando se declaró la Primera Guerra Mundial y después tuvo muchas reformas. Algunos expertos, como Quim Espanyol, reconocen la calidad técnica de las intervenciones, pero cuestionan algunos "añadidos". Detener las obras parece ser la opinión mayoritaria, sin embargo, según el informe de Agustí Fancelli (1) las obras de la Sagrada Familia siguen a buen ritmo y sin permiso alguno, financiadas en su mayor parte por las entradas del aluvión de turistas.
A Gaudí se lo ha tildado de surrealista, expresionista, cubista y se ha discutido la influencia del gótico en su obra. Lo cierto es que él asimiló con particular intensidad muchas de las propuestas y técnicas innovadoras de sus contemporáneos, aunando tradición y vanguardia en su aporte al movimiento renovador del Art Nouveau (2). Su obra resulta entonces un hito aislado dentro de un mar de corrientes antiguas y nuevas.
La modernística del Art Nouveau matizó toda su producción, principalmente en la casa Vincens, cuyas verjas de hierro forjado
exacerban el lenguaje de la forma por la forma misma. Era la reacción contra un pasado ecléctico, pero la obsesión del Art Nouveau por crear formas originales estanca esta primera etapa en lo puramente decorativo.
Antonio Gaudí impulsa el "nuevo estilo" mucho más allá de sus posibilidades iniciales y su propuesta entrelaza forma y estructura de tal manera que en su obra no es posible concebir arquitectura y escultura separadamente. Ferviente medievalista cuando estudiante, encuentra en el Art Nouveau la posibilidad de confluencia de los estilos gótico y oriental.
Como los maestros de la Edad Media, su método se basaba menos en la elaboración de planos a la manera tradicional, que en las indicaciones directas a los albañiles y la construcción de maquetas, moldeando él mismo sus creaciones. Hijo de una familia de artesanos, no es extraño ese contacto permanente con la materia, que salta a la vista en todas sus obras.
Para comprender esta manera de trabajar, es importante saber que históricamente los albañiles catalanes han sido considerados como los magos del ramo de la construcción, guiándose en muchos casos sólo por la experiencia y obviando planos para erigir sus famosas bóvedas y escaleras que, en muchos casos, son un alarde de ingeniería (3).
Es en el Parque Güell, situado en Turó del Carmel y construido entre 1900 y 1914 gracias al mecenazgo del industrial Eusebi Güell, donde la imaginación alucinada y la vocación muy catalana de Gaudí hacia lo fantástico se despliegan con más audacia y libertad. En este predio de 17 hectáreas, los edificios parecen estar en perpetuo movimiento, como oleaje de un mar petrificado. En estas obras y en el ondulante frente y paredes interiores de la casa Milá, llamada popularmente "La Pedrera", se percibe la tendencia instintivamente surrealista, aunque la vocación religiosa de Gaudí dificultó su inclusión en la propuesta de André Breton.
(1) Fancelli, Agustí (2008) "Gaudí, seguir o parar", Buenos Aires, Página/12, 28/ 12.
(2) Art Nouveau (Arte Nuevo) es un movimiento artístico que surgió a fines del siglo XIX y se proyectó hasta las primeras décadas del siglo XX. Generalmente se expresa en la arquitectura y en el diseño. Toma este nombre a raíz de una exposición que realiza Munch en la galería parisina "La maison de l'Art Nouveau" (La casa del Arte Nuevo), diseñada por Siegfrid Bing. También asume distintas denominaciones según los países: Modernismo en España, Jugendstil en Alemania, Secession (en Austria), Liberty en Inglaterra, Floreale en Italia, Modernisme o Estilo modernista en Cataluña.
(3) Uno de los ejemplos más representativos son los arcos del Salón del Tinell, en el Palacio Real de Barcelona, donde los reyes católicos recibieron a Cristóbal Colón, antes de que partiera para las Indias.
LUISA PELUFFO
Especial para "Río Negro"