Juan Fernández Ladrillero nació en Moguer, España, en 1505. Desde muy joven se interesó en los estudios cosmográficos y astrológicos y se dedicó asimismo a la navegación, campo en el que más se destacó. Se estableció en Nicaragua, donde se dedicó a la construcción naval sin dejar de navegar, de tal manera que a los 30 años había cruzado el Atlántico en veintidós ocasiones.
Luego se trasladó a Perú, donde participó en la guerra civil que protagonizaron los Pizarro. Contrajo matrimonio con doña Francisca de Cabrera en la ciudad de La Paz.
Arribó a Chile junto al gobernador Hurtado de Mendoza en 1557. Entre sus proyectos tenía la intención de reconocer la boca occidental del Estrecho de Magallanes. Al igual que Valdivia, su antecesor, tenía conciencia del valor estratégico del estrecho y, a pesar de los fracasos de las expediciones anteriores, ordenó acometer la empresa.
El 17 de noviembre de 1557, con una tripulación de sesenta hombres a bordo de las naves "San Luis" y "Sebastián" y un bergantín, emprendieron el viaje desde el puerto de Valdivia. A poco de iniciada la navegación el bergantín desapareció y días después un temporal dispersó las otras dos naves, que no volvieron a encontrarse. La "San Sebastián", al mando de Cortés Ojea, trató de internarse en el estrecho, pero los embates del mar y el vapuleo en el intrincado archipiélago castigaron duramente la nave, a tal punto que decidieron regresar. Con la embarcación en muy mal estado recalaron en una isla desconocida. En dos meses con los restos de la nave construyeron un lanchón al que llamaron "San Salvador"; en él lograron, después de un penoso viaje, arribar a Valdivia. Los sobrevivientes informaron que la nave capitana "San Luis" había desaparecido y dieron por seguro su naufragio. La falta de información hizo que se divulgara que el estrecho se había cerrado, lo que dio lugar a distintas versiones sobre el fenómeno natural que había podido causar semejante cataclismo.
Mientras se difundía toda clase de rumores, Ladrillero navegaba por los intrincados canales que abundan en la región austral.
Después de explorar la mitad del estrecho se detuvo en un puerto natural que denominó "Nuestra Señora de los Remedios", donde permaneció durante cerca de cinco meses -de marzo a julio de 1558-. El 22 de julio prosiguió viaje y el 9 de agosto llegó a la boca oriental del estrecho, de la que tomó posesión en nombre del rey de España. Allí se estableció un tiempo sin pasar al océano Atlántico y trabó relación con unas tribus de aborígenes. Después de una corta estadía decidió emprender el regreso.
A causa de una intensa tempestad debieron refugiarse en tierra firme hasta que las condiciones meteorológicas permitieran seguir navegando.
A pesar de las penurias que debieron soportar, en su diario de viaje Ladrillero relevó con gran prolijidad los canales, los detalles de las costas y las características geográficas de la región, sus recursos y población, todo con datos muy útiles para el conocimiento del estrecho, aunque sin relatar en detalle las circunstancias de la exploración. De lo que no hay dudas es de que su gran experiencia como navegante contribuyó al éxito del viaje, que demostró el valor estratégico del brazo de mar que permitía unir los dos océanos e incorporar nuevos territorios para la Corona, aunque lamentablemente no eran aptos para proyectar nuevas fundaciones por la aridez de las tierras y las hostiles condiciones climáticas.
La expedición tuvo un fin trágico. La "San Luis" regresó a poco más de dos años de su partida, el 15 de enero de 1559, con menos de la mitad de los tripulantes que la habían iniciado, muchos de quienes murieron por enfermedades o agotamiento pocos días después de anclar en Valdivia. Ladrillero y dos marinos lograron sobrevivir a las consecuencias de tan penosa tarea cumplida. De esta manera quedó desvirtuado el mito acerca del cerramiento del estrecho. Las autoridades españolas trataron de no desmentirlo con el propósito de espantar a los piratas de todas las banderas que, sin dudas, tenían la intención de saquear las naves españolas que navegaban en el Pacífico.
Juan Ladrillero demostró que la navegación del Estrecho de Magallanes podía llevarse a cabo en sentido opuesto al que hasta entonces se había hecho. Se lo considera, después de Hernando de Magallanes, el segundo descubridor, por ser el primero que hizo la doble travesía del entonces más accesible paso que unía las aguas del Atlántico y el Pacífico.
ABEL SANDRO MANCA