LONDRES.- ¿Cuándo se ha visto a James Bond en un escritorio? Como mucho, cuando flirteaba con la secretaria del MI6 miss Moneypenny.
Por el contrario su creador, Ian Fleming, fue un auténtico agente de escritorio durante su etapa como espía en la Segunda Guerra Mundial.
En el marco de los actos por los 100 años de su nacimiento, que se cumplen el próximo miércoles, Londres inauguró una exposición sobre esta etapa de su vida.
Fleming, que inventó al agente secreto más famoso del mundo, combatió a los nazis con ideas, aunque éstas casi nunca se llevaron a la práctica según muestra la exhibición en el Imperial War Museum, que estará abierta hasta el 1 de marzo de 2009.
Como asistente del jefe del servicio secreto de la Marina, el contraalmirante John H. Godfrey -un puesto que Fleming consiguió gracias a las conexiones de su familia, que llegaban hasta Downing Street- buscó con imaginación la forma de derrotar a los alemanes.
Mucho de lo que Fleming ideó en 1940 se encuentra más de diez años después en sus novelas del agente 007, aunque no siempre como fue en realidad. Por ejemplo, en un viaje al casino de la localidad portuguesa de Estoril, Fleming, quien hablaba bien alemán, se acercó a unos agentes nazis a los que retó a jugar para quitarles el dinero con el que pagaban sus actividades. Pero desgraciadamente ocurrió lo contrario y fue Fleming el que perdió la apuesta.
Pero ello no impidió al periodista -antes de la guerra había escrito, entre otros, para el "Times"- relatar los hechos justo al revés en su primera novela de Bond en 1953: en "Casino Royale", llevada al cine con mucho éxito en el 2006 con Daniel Craig como protagonista, al final gana -por supuesto- el jugador bueno.
"La historia verdadera del servicio secreto -dijo Fleming cierta vez- seguro que no es menos fantástica que las aventuras de James Bond".
La exposición "For your eyes only: Ian Fleming and James Bond" muestra de cuánta imaginación se sirvió Fleming al servicio de su majestad.
Entre sus ideas se contaba la operación "Ruthless" (despiadado), en el marco de la cual se pretendía atraer y hacer caer en una trampa a la tripulación de un barco de salvamento de la Marina alemana en el Canal de la Mancha. El objetivo de la acción era conseguir la tabla de códigos secretos germana, con cuya ayuda se podrían descifrar los mensajes de radio del enemigo.
El plan de Fleming incluía la escenificación, con miembros de un comando especial británico que hablaban alemán, de la caída de un bombardero Heinkel He 111 en el canal. Fleming creía que un barco de la Marina alemana se acercaría a ayudar y entonces un grupo de agentes británicos que se encontrarían nadando en la zona tomarían el buque. Los hombres debían ser "jóvenes, fuertes y que sepan nadar", según escribió el autor a sus superiores.
La idea fue reelaborada por el creador de Bond más tarde, aunque de forma diferente, para su libro "Desde Rusia con amor", sobre la Guerra Fría. En la realidad, el plan fue rechazado.
Entre los proyectos nunca realizados de Fleming se cuentan también el hundimiento de barcazas llenas de cemento en el Danubio para bloquear los barcos alemanes e inundar Europa con dinero alemán falsificado (una idea que por cierto también tuvieron los nazis con la libra esterlina).
Pese a ello, la guerra fue para el futuro escritor -que murió en 1964 con tan sólo 56 años- "la primera vez en su vida que descubría un auténtico destino", en opinión del curador de la muestra, James Taylor.
(DPA)