¿Puede el filo de una época marcar también un límite en las relaciones humanas? Ian McEwan parece creer que sí, y eso es precisamente lo que cuenta en "Chesil Beach", su última novela, bien recibida por la crítica y ya premiada.

Edward y Florence eran "jóvenes, instruidos y vírgenes aquella, su noche de bodas...". Así comienza la historia y en esas tres características de la pareja se encierra el complejo mundo de dos que encierra, a su vez, los cambios complejos del mundo en general.

Aquel momento es un día de julio de 1962, cuando la palabra "adolescente" aún no había aparecido en el mundo, cuando el amor libre todavía no era moneda corriente y cuando apenas se conocía el nombre de los Beatles. Era exactamente ese momento límite y ellos estaban, literalmente, en el límite.

Florence es una chica de clase media alta de veinte años, amante de la música clásica e integrante de un cuarteto que interpreta a Bach. Edward, en cambio, pertenece a una familia que apenas se sostiene en la parte baja de la clase media: su padre es maestro y su madre, tras un insólito accidente, vive en una especie de nebulosa. Él es historiador, sueña con escribir libros y se anima a los primeros compases del rock. Pero eso no sería nada. Y es casi todo en esta historia que, con algunas ideas y vueltas en el tiempo, transcurre en una sola noche: esa noche de 1962 cuando los dos recién casados van al hotel de Chesil Beach a pasar la primera noche de bodas, la que marcará el principio de su relación y en la que esas pequeñas y enormes diferencias se transformarán en insalvables.

Visto desde el 2008 parece una situación extraña. Pero si algo logra McEwan en esta breve novela, es delinear perfectamente los sentimientos de uno y otro ante ese encuentro sexual largamente postergado y que ahora espera ahí a que esos dos amantes se deshagan de sus propios prejuicios y miedos.

Si lo logran o no es el cierre de esta novela tan pequeña como profunda en la que el escritor británico -autor de la maravillosa "Expiación", que fue llevada al cine y ganó un Oscar- se propone delinear todo un momento en la historia de esa Inglaterra algo pacata aún y del mundo, a través de dos amantes.