Juan Bautista Baigorria fue el primer granadero que se lanzó sobre un realista para salvar la vida de San Martín y Juan Bautista Cabral fue quien ayudó al general a salir de abajo de su caballo. De los dos, Cabral es el que se ha quedado con la gloria pública de aquel acto de arrojo gracias a su protagonismo unipersonal en la Marcha de San Lorenzo.
Cayetano Silva, negro él, y su amigo poeta Benielli decidieron homenajear a todos los negros que lucharon en las guerras de la independencia al destacar al soldado de color Cabral (*), un homenaje merecido, ya que 2.000 soldados negros -de un total de 5.423- iniciaron el cruce de los Andes junto al general San Martín. En 1823, al fin de la campaña, fueron repatriados sólo 143 soldados de color.
(*) José Ríos, biógrafo de Silva ("Cayetano Silva", Letras, Montevideo 1973. Pág. 60)