El ingeniero Cesar Cipolletti nació en Roma el 30 de noviembre de 1846. Cursó sus estudios universitarios en la capital italiana, egresando con el título de ingeniero. De inmediato ingresó en la vida profesional, especializándose en Hidráulica.
Intervino en los trabajos para proveer agua a las ciudades de Vicenza, Padua y Milán. Posteriormente dirigió las obras del canal Villoresi y del dique de derivación en el río Tesino. Otras obras importantes que coordinó en su patria y especialmente su invento de un módulo para medir y precisar las competencias de las aguas lo hicieron merecedor de elogios de profesionales de Inglaterra y Estados Unidos. Su fama llegó hasta la República Argentina y el gobierno le propuso dirigir importantes obras hidráulicas.
En 1888, firmo un contrato con el gobierno mendocino, encabezado por don Tiburcio Benegas, para ocuparse del proyecto y la dirección de las obras de riego en el río Mendoza y la disecación de los terrenos pantanosos.
Establecido en 1889 en la provincia de Mendoza, ocupó distintos cargos, todos relacionados con las obras públicas destinadas a sistematizar el aprovechamiento de las aguas.
Los trabajos de irrigación que realizó sobre el río Mendoza posibilitaron que fueran habilitadas miles de hectáreas para el cultivo. El ingeniero Cipolletti expresó que las obras realizadas eran temporarias, hasta que la provincia contara con los fondos que permitieran realizar trabajos más costosos y definitivos. El dique debía prestar servicios por un corto período. Fue así que la crecida del río a fines de 1899 y principio de 1900 afectó seriamente su estructura. Posteriormente se realizaron trabajos sobre la misma base y se construyó un dique modernizado, que ha resistido hasta hoy el empuje de las aguas en las temporadas estivales.
Concluidas las obras sobre el río Mendoza, el ingeniero dirigió trabajos que permitieron que varios departamentos de la provincia contaran con aguas de riego.
Proyectó obras para proveer de agua corriente la ciudad capital y dispuso distintos trabajos para mejorar calles y edificios. Diseñó las obras necesarias para defender la ciudad de los peligros de los aluviones, que amenazaban constantemente la población.
Durante 9 años prestó invalorables servicios a la provincia cuyana.
Otras provincias requirieron su concurso, San Juan y Tucumán, para aprovechar las aguas de los ríos San Juan y Salí, respectivamente.
En 1898 fue requerido por el gobierno nacional para que redactara un proyecto que contemplara el aprovechamiento de los ríos Neuquén, Limay, Negro y Colorado. Con la ayuda de prestigiosos ingenieros presentó, con fecha 6 de setiembre de 1899, un completo informe de 350 páginas. Lamentablemente, la crítica relación con Chile por cuestiones de límites hizo que el gobierno no le prestara la debida atención y tuvieron que pasar algunos años para que se concretara.
Fatigado por tanta labor, se embarcó hacia su patria, en donde durante 7 años prestó importantes servicios, todos dentro del campo de la ingeniería hidráulica.
En la República Argentina había pasado la crisis de orden internacional y, a fines del año 1907, fue requerido para concretar las obras que había diseñado del sistema de riego en el Alto Valle del Río Negro.
Se embarcó en Génova el 19 de enero de 1908, acompañado por su esposa Ida Grossi, sus hijos, Pedro, Luis, Benedicto y Emilio. Su estado de salud no era bueno y en el viaje se agravó, falleciendo el 25 de enero de 1908. El cadáver fue embalsamado. El 7 de febrero fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta.
Las provincias de Mendoza y Río Negro le brindaron el homenaje que con justicia se merecía por haber sido el artífice de las grandes obras de riego que son los principales pilares sobre los que se asientan sus economías.
En 1971 los restos mortales del ingeniero Cipolletti fueron trasladados a Mendoza para ser depositados junto a los de su esposa, en el panteón familiar en el cementerio de la capital mendocina. En noviembre del mismo año, se realizó una ceremonia especial frente al monumento erigido a su memoria en 1946. Emplazado junto al dique que lleva su nombre, a orillas del río Mendoza, en el departamento Luján de Cuyo. La obra artística fue realizada por el conocido escultor Héctor Rocha y el ingeniero está representado de pie, bien erguido, con las botas de trabajo que calzaba en las tareas de campaña, junto a un teodolito y con el brazo derecho en alto mirando al río.
Los restos del matrimonio Cipolletti fueron trasladados para ser depositados en la base del monumento, para que descansen de manera definitiva.
Una importante ciudad de nuestra provincia lleva su nombre, como un permanente homenaje a quien contribuyó para que nuestras generosas tierras rionegrinas nos ofrecieran y sigan ofreciendo el prodigio de sus frutos.
ABEL SANDRO MANCA