Huele a vino. Y a champán también. Pero se supone que el olfato no es el sentido invitado al III Salón Nacional de Artes Visuales de Cipolletti. Aun así la ex cooperativa Viñateros Unidos y ex bodega Flor del Prado, en la esquina de Mariano Moreno y San Luis, transformada por obra y gracia del esfuerzo y del convencimiento en una singular galería de arte, no deja ninguno de los sentidos afuera.
En ese entorno, las obras no desentonan con el lugar. Al contrario, ese edificio anclado en la historia de Cipolletti desde la década del 30 parece el escenario perfecto para este desafío que no sólo llega a su tercer año sino que ha logrado el meritorio premio de duplicar la cantidad de obras recibidas con respecto al año anterior. Doscientos cuarenta artistas, de todo el país, enviaron sus pinturas, sus cerámicas, sus grabados y artes impresos y sus fotografías digitales. Y de todas ellas, 155 quedaron seleccionadas por un jurado que, aseguran, tuvo un trabajo sumamente complicado.
No es difícil saber por qué. Allí, en las paredes descascaradas de esa bodega que supo ser la primera en hacer champán y que desde 1998 estaba abandonada a la suerte corrosiva del tiempo, la calidad de las obras impacta.
Ordenadas de lo abstracto a lo figurativo, las pinturas son el primer paso en un camino para la vista. De dimensiones generosas que parecen pensadas de antemano para esas paredes interminables, las obras marcan un recorrido visual de lo que ocurre con la pintura a lo largo y ancho de la geografía argentina. Como dice Carlos Magliarelli, director general de Cultura de la Municipalidad de Cipolletti, "un salón nacional es docencia también porque el artista expone junto a otros artistas de otros lugares, de otras provincias, y ve hacia dónde está yendo esa disciplina. Si uno trabaja encerrado, no sabe qué se está haciendo".
Puede ser. En cualquier caso, queda claro que lo que se está haciendo es mucho, sumamente variado y muy bueno. Aquí el jurado que estuvo integrado por: Horacio Beccaría, docente y grabador con obras expuestas en museos nacionales y del exterior; Norberto Pagano, dibujante, pintor y muralista; Emilio Oscar Villafañe, profesor nacional de cerámica; Oscar Smoje, director de Salas Nacionales de Exposición, y el propio Magliarelli tuvo que dejar apenas 72 pinturas de todas las que empujaron por participar. Hay pinturas de Córdoba, de Chaco, de Río Negro, de Neuquén, de Buenos Aires, prueba de que el de Cipolletti logró hacerse rápidamente de un lugar importante en el circuito de salones nacionales.
La obra ganadora, "Voy perdiendo gravedad", de Darío Zana, un joven pintor de 26 años, cuelga visible desde todos los ángulos en un viejo tonel, rodeada del segundo premio y las menciones especiales del jurado.
Un pasillo delgado conduce a la segunda parada del recorrido, donde están las 25 piezas de cerámica que pasaron el visto bueno. Allí se alza, "Un toque azul", la obra ganadora, de Carlos Alberto Leporace.
Luego, una estrecha escalera sube hacia el sector de los grabados y las fotografías digitales (un lugar que quizás se hubiera integrado mejor al recorrido en la planta baja). Y allí, dos pasillos luminosos, cada uno para las 29 piezas que quedaron seleccionadas de cada especialidad. Hay dos destacados: Ariel Kofman, que ganó el primer premio de grabado y arte impreso por su "Televidente con interior y abismo", y Sergio Fasola, que se impuso con su fotografía "Paula".
Ahora, las ocho obras ganadoras (primero y segundo premio) pasan a formar parte del patrimonio de la municipalidad y participarán de las exposiciones permanentes que se hagan junto a las de los otros dos salones previos.
Abajo, tres grupos de chicos y adolescentes se agrupan, silenciosos, atentos, alrededor de cada una de las piezas. Escuchan las explicaciones de las guías que diariamente recorren el lugar con seis u ocho colegios que vienen de visita. Otro mérito del salón. Si el año pasado unas 5.000 personas pasaron por los pasillos de la muestra, este año calculan llegar al record de 8.000 visitantes. "Hay dos públicos" piensa Viviana Martín, del área de artes visuales de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Cipolletti y organizadora de este salón. Acostumbrada ya a estas exposiciones, los divide, estudiosa del comportamiento ajeno: "Están los que vienen a ver el salón y se encuentran con el lugar. Y están los que vinieron a reencontrarse con su historia en la bodega y se encontraron con el arte".
No es un mal comienzo. Ninguno de los dos.
"La Bodega", como pasará a llamarse cuando termine convertida en un centro comercial destinado a los placeres gastronómicos y demás, sorprendió a propios y ajenos. Cuando supieron la cantidad de obras que habían quedado seleccionadas, los asustó el espacio: no había un lugar en Cipolletti que pudiera contenerlas a todas. Viviana Martín pensó en "La Bodega". Y dudó también, mucho. Al menos hasta que vio el esfuerzo de los bomberos que con sus equipos lavaron fuerte las paredes chorreadas de vino y descascaradas de pintura, hasta que los vecinos de Cipolletti se acercaron con sus escobas a ayudar a barrer todo lo que el viento había dejado en años de abandono, hasta que el director general de Cultura se colgó de los andamios para poner las 148 luces allí donde hacía falta y hasta que los cuadros, las cerámicas, los grabados y las fotografías estuvieron donde debían, inventando un nuevo espacio para el arte que bien valdría la pena conservar. Para todos los sentidos.
El salón se puede visitar hasta el 8 de noviembre de lunes a jueves de 10 a 13 y de 15 a 20, los viernes en el mismo horario de mañana y de tarde entre las 15 y las 22 y los sábados y domingos a partir de las 16.
PINTURA
Primer premio: “Voy perdiendo gravedad”, de Darío Zana
Segundo premio: “Desamparo”, de Carlos Giusti
Mención especial del jurado: “Escucha Alfredo”, de Emilio Reato
Primera mención: Sin título, Mercedes Schamber
Segunda mención: “A’Rvore XV”, Vanina Plajs
Tercera mención: “Sos sensibilidad o soledad”, Andrea Polito
GRABADO Y ARTE IMPRESO
Primer premio: “Televidente con interior y abismo”, Ariel Kofman
Segundo premio: “Murallas inalcanzables”, Alejandra Rodríguez
Mención especial del jurado: Sin título, María Ester Constant
Primera mención: “Andando entre tramas”, Ana Erman
Segunda mención: “Orifisiología”, Héctor Boetto
Tercera mención: “Otras impresiones”, Daniela Mastrandrea
FOTOGRAFÍA DIGITAL
Primer premio: “Paula”, Sergio Fasola
Segundo premio: “Hecate”, Julieta Chiappano
Mención especial del jurado: “Contrapaso” , Federico Levato
Primera mención: “A ganar otra vuelta”, Cristina Fresca
Segunda mención: “Jaula y Roque”, Candelaria Silvestro
Tercera mención: Sin título, Martín Espelosin
CERÁMICA
Primer premio: “Un toque azul”, Carlos Alberto Leporace
Segundo premio: “Lindo pero hueco”, Nacho Rodríguez
Mención especial del jurado: Sin título, Julio César Cando
Primera mención: “Siete cielos”, Carolina Lockwood
Segunda mención: Sin título, Jacinto Muñoz
Tercera mención: “Pollerita, pollerita”, María Florencia Melo
VERÓNICA BONACCHI
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FOTOS: ALEJANDRO CARNEVALE
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