"Creo mi deber de cronista dar una idea de la moralidad del pueblo del Neuquén para que se comprendan mejor los sacrificios de los misioneros en su santo ministerio. Es sabido que el gobierno argentino ha sido influenciado desde hace ya un siglo por un liberalismo anticlerical avanzado. Si este mal era grave en los viejos centros de arraigo católico con organizados núcleos de hombres de fe y con una jerarquía constituida, piénsese en los pueblos de la Patagonia, sin tradición de ninguna especie, formados por el aluvión de todas las razas y de todos los credos, cuyas autoridades pensaban en congraciarse con las de la Capital, y de población aventureros en gran parte y sin familia ni mucho menos hogares cristianos, agréguense las dificultades económicas y las del laicismo imperante en el ambiente y en las escuelas y las de la irresponsabilidad que daba a las autoridades locales la lejanía del Poder Central... sumen todo esto ... y concluyan luego". Domingo Milanesio, en "El Patiru Domingo", de Pascual Paesa.
"Luego de cinco días de marcha, divisé la locomotora que con sus silbidos continuos anunciaba que me hallaba en un lugar civilizado de grandes progresos (...) el pueblo del Neuquén después del traslado de las autoridades del Territorio ha progresado mucho. Tendrá un espléndido porvenir, siempre que no se aleje del ferrocarril y cuando le den abundante agua potable y de riego. Al presente está embellecida por bonitas casas de material, aunque esparcidas por un horrible arenal que obliga a sudar la gota gorda para subir del bajo a la Gobernación, que es un sudor mayor aún que el hacerse atender por los empleados nacionales (...) Idem.
"Hace tres años que por aquí, donde entonces imperara el monte primitivo, el gobernador Bouquet Roldán plantó su tienda... Joaquín V. González saludó en vuestros cuatro ranchos, medio amortajados aún entre las humaredas del vivac, a una de las más hermosas ciudades argentinas del futuro". Eduardo Talero, discurso de inauguración de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, 12 de setiembre de 1907.
"Ríase Monseñor muy querido, porque le sobran razones. Un obispo preconizado por sí mismo pretende mandar aquí en el territorio del Neuquén, en cosas de religión como un papa, porque manda a palos. Este es el señor gobernador D. Manuel Olascoaga, que desde hace bastantes años, como usted sabe, me tiene en los cuernos. ¿Y por qué? Porque voy a evangelizar a las gentes de Malbarco sin su voluntad. El hace años que está buscando sacerdotes que estén dispuestos a dejarse poner su freno y constituirlos así párrocos de parroquias pagadas por el gobierno, para manejarlos a su modo con el pretexto de la mensualidad. Los buscó en Buenos Aires, los busca todavía en Chile pero no encuentra ningún pobre desgraciado que quiera ponerse a sus órdenes". Carta de Domingo Milanesio al obispo Cagliero, 1887.
"Sr. P. D. Milanesio: se ha tenido conocimiento de que usted cobra dinero o especies a los pobres por óleos y casamientos, en el desempeño de la misión que le confió el capellán de la Gobernación. Esto no es cristiano ni tiene derecho a hacerlo ningún sacerdote porque es lo que se llama hacer comercio con la religión y abusar de la ignorancia de los infelices habitantes de este territorio que tienen aquí un capellán pagado por la Gobernación para casarlos y bautizar a sus hijos gratuitamente y también ir en persona a auxiliarlos si se ofrece. En esta virtud se ordena a usted se abstenga de continuar en ese ejercicio que desacredita el ministerio del sacerdote cristiano". Carta de Olascoaga a Milanesio, 27 de agosto de 1887. Libro Copiador N° 1, SPA.
"Es de la mayor urgencia resolver de una manera definitiva la situación de los indígenas en el territorio para concluir de una vez con la vida nómade que aún llevan debido a que muy poco o nada se ha hecho para atraerlos a la vida civilizada. Las quejas de los pobladores ganaderos son muy frecuentes en contra de los indios y sólo se han de evitar eficazmente concentrándolos en colonias en lugares adecuados... he tenido ocasión de darme cuenta del estado de atraso en que aún se encuentran las tribus indígenas, no obstante los muchos años transcurridos desde que fueran sometidos... todos los titulados caciques o jefes de familia han solicitado la tierra necesaria para poderse dedicar tranquilos al trabajo... esos pedidos no han podido ser atendi- dos... esta Gobernación determinaría sobre el terreno los puntos convenien-tes para establecer las colonias indígenas, dotándolas de las autoridades necesarias, escue-las, etc. y aún utilizando los servicios de las misiones salesianas que con ese objeto han ofrecido su decidido concurso". Eduardo Elordi al Ministro del Interior, 8 de febrero de 1907. Libro Copiador N° 52, SPA.
"La casa no podrá estar situada a menos de 500 metros de los templos y establecimientos de educación y sólo podrán vivir en ella las pupilas y personas de servicio". Del "Reglamento para el ejercicio de la prostitución en las localidades donde no existan municipalidades". Decreto del gobernador Elordi, 1913. Libro Copiador N° 78, SPA.
"Estoy en mi nuevo campo con muy poca fortuna y menos motivos (por ahora) de alegrarme: de salud regular, de espíritu ídem, de libras muy flojo. Aquí hasta ahora no he hecho nada, a pesar de que no me parece haber perdido el tiempo. La asistencia media en el Neuquén, de niños: 4; máximum: 12. Personas a la misa: de 15 a 20, máximum. No insultan pero desprecian". Carta del P. Giacomuzzi a su superior. Neuquén, 4 de febrero de 1913, en "El Santo desorden...".
"Ayer (25 de mayo) hicimos la Fiesta Patria muy fríamente. No hubo ningún acto religioso. Algunos muchachos al salir de la escuela apedrearon la iglesia... El camino está sembrado de espinas". Carta de Soldano a su superior. Neuquén, 26 de mayo de 1914.
"El centro del mismo presenta una caladura en forma de nicho con terminación en arco de medio punto para albergar la campana. Esta es del tipo denominado 'esquilonada' cuyo perfil es más estilizado y sinuoso que la denominada 'romana', de características más simples. Está sostenida en su parte superior por un importante y grueso yugo de madera, fijado sobre ambos lados del nicho donde se halla instalada por un eje que le permite un movimiento pendular. La campana era volteada y repicada a mano. Es por eso que de la parte inferior de dicho yugo sale un brazo de hierro al que iba fijada la cuerda de repique que pasaba a través de un caño hueco. Aún puede verse en el cielo raso sobre el entrepiso desde donde era accionada".