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Sábado 04 de Agosto de 2007
 
 
 
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  UN LIBRO \"FURIOSO\"
  La larga conjura del peronismo según Martínez Estrada
Con el peronismo en el poder, la sociedad argentina se partió en dos: se estaba con o contra Perón. No había medias tintas. Martínez Estrada escribe “¿Qué es esto? Catilinaria”, donde advierte que el peronismo no está muerto sino simplemente a la espera de poner en marcha su complot contra la Argentina. Fernando Alfón, prologuista del libro, explica aquí qué movió al autor a concebir este texto “furioso”.
 
 

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Cuando uno lee "¿Qué es esto? Catilinaria", concluye que se trata de un libro escrito con furia. Con Perón, la Argentina se partió en dos: a favor o en contra de Perón se dijo de todo. Pero, en contra, nunca algo tan desbordante de dureza como lo expresado en este libro. ¿Cómo se explica tanto extremo analítico?

Cuando él escribió ese libro venía de una larga enfermedad en la piel que lo tuvo diez años sin escribir, tiempo que coincidió con los diez años del peronismo. El ironiza agriamente sobre el tema cuando se repone. Dirá que ha sufrido un "desbarajuste glandular peronista generalizado". Vuelve entonces de un momento personal muy particular y produce eso que usted llama un libro "furioso".

"Furioso" por la desmesura de las descalificaciones, la desvalorización terminante que hace del peronismo...

El primero que se lo advierte es Pedro Orgambide, discípulo suyo, escritor que lo frecuentó mucho y al cual se debe el único libro que se acerca a una biografía de Martínez Estrada (ver recuadro). Orgambide le manifiesta, entre otras cosas, que no le parece adecuado definir como "chusma" a quienes acompañaron a Yrigoyen, que era una ligereza. Porque, si bien "¿Qué es esto?" es sobre Perón, en él Martínez Estrada se ocupa mucho de Rosas e Yrigoyen; encuadra a los tres en una misma línea de ejercicio del poder y de conducta ante la política, con perfiles personales que, más allá de algunas diferencias, también los identifican. De los tres dice que fueron protectores de la oligarquía y de la chusma. De Rosas sostiene que es un terrorista, cínico, histriónico, que odia la cultura, que es resentido y etc., etc. De Yrigoyen manifiesta que es un misógino, absolutista, un oráculo que odia a los universitarios. Y luego toma a Perón, de quien dice que es locuaz, mendaz, que odia la cultura, que es resentido, que tiene la conciencia fría y es terrorista. Hay un capítulo del libro dedicado a establecer estos paralelismos.

¿Pero no hay mucha comparación forzada?

Martínez Estada siempre fue un pensador de sentencias que lo hicieron temible. Así, dirá que el peronismo es "una forma soez del alma del arrabal" o que por peronismo debemos entender "cierta misteriosa enfermedad del caracú que periódicamente se manifiesta por pústulas cutáneas, disenterías, neuralgias y también euforias en que los ciudadanos se abrazan en las calles y se intercambian amuletos contra el mal de ojo". En esta definición, Martínez Estrada se siente a sus anchas porque aplica metáforas, una herramienta con la que se sentía muy cómodo. Hay ironía en esa metáfora, pero también hay devastación. En realidad, y en términos de política pura, Martínez Estrada está convencido de que el peronismo es una conjura larga, muy densa, contra la República. Una conjura cuyos verdaderos alcances él no llega a discernir pero, en su convencimiento, que hay una conjura, la hay. Eso es lo que lo mueve a escribir el libro.

Usted dice en el prólogo del libro de la colección publicada por la Biblioteca Nacional que la idea de conjura tiene que ver con el sub

título del libro: Catilinarias. ¿No es muy lejos adonde lleva Martínez Estrada su pensamiento sobre el tema?

Debemos partir de una realidad: él es un hombre de pensamiento que llega a lugares a los que otros no han llegado o no aspiran a llegar. Lo demuestra claramente en "Radiografía de la pampa", su máxima obra. ¿Pero por qué lo de Catilinarias? Porque él se siente una especie de Cicerón de las pampas y cree que a través del libro pondrá el complot en blanco sobre negro. A través de su libro, la Argentina sabrá de las verdaderas intenciones de Perón.

¿Martínez Estrada busca la gloria con esta denuncia?

No me parece que haya búsqueda en términos de gloria. Pero no descarto que aspirase a ser reconocido como el hombre que develó una trama secreta del peronismo y que cuando ese complot se comprobase, estuviese, por así decirlo, en la condición de Cicerón cuando se probó todo lo que denunció sobre Catilina. Y así poder decir que por ese servicio no pedía nada, ni honores ni monumentos, sino que se guardase en la memoria lo que él había hecho en defensa de la Argentina. Lo que subyace permanentemente en Martínez Estrada, en relación con el peronismo, es la convicción de que la llamada Revolución Libertadora no ha terminado con el peronismo: es simplemente una instancia en la vida del peronismo, una instancia desfavorable pero nada más. En ese sentido, reflexiona como Sarmiento en relación con Facundo. No es tanto Facundo sino el facundismo, una raigambre cultural-política que no se soluciona matando a Facundo. Ahí aparece Borges criticándolo.

¿Borges tiene una visión más concluyente en cuanto a si el peronismo sigue o no con fuerza para tallar en la historia posterior al '55?

La visión de Martínez Estrada es más lúcida que la de Borges al pensar este tema. Mi conclusión es que a Borges quizá le hubiese gustado que Martínez Estrada estuviese más convencido de la proyección que tenía la Libertadora, le hubiese gustado que mostrase más entusiasmo por el desenlace de ese hecho, pero no lo está. Es más, a poco de andar la Libertadora, Martínez Estrada dice que ese golpe sólo ha servido "para sacar un clavo" pero no más... y bueno, a partir de esa diferencia se entabla la polémica en la que Borges llega a llamarlo "sagrado energúmeno". Para Borges, Martínez Estrada expresa un peronismo solapado por el solo hecho de no creer que el peronismo está muerto, como creía él tras la Libertadora.

Uno rastrilla y rastrilla el libro y lo único que encuentra de reconocimiento a Perón es cuando escribe que "habíamos hablado mucho de nuestro pueblo. Ya en el Himno se lo menciona, pero no lo conocíamos. Perón nos reveló no al pueblo sino a una zona del pueblo que efectivamente nos parecía extraña y extranjera. El 17 de octubre volcó en las calles céntricas de Buenos Aires un sedimento social que nadie habría reconocido". ¿Quién es Martínez Estrada en relación con el grueso de la sociedad?

El tiene una interpretación metafísica de la Argentina, y en ese sentido sigue la línea de Carlos Estrada y la ruta de Sarmiento. Después de años de estudiarlo, estoy convencido de que su obra procura reinterpretar a Sarmiento, hacerlo más complejo, porque si con Sarmiento Argentina se piensa en términos de polaridades Civilización y Barbarie, Martínez Estrada le imprime a esto un movimiento muy dialéctico. La lectura oscura, telúrica y fatídica que hace del país abreva mucho en el pensamiento alemán del siglo anterior y comienzos del XIX.

¿Spengler?

No sólo Spengler. Martínez Estrada trata y logra lo que ya había intentado Carlos Estrada: pensar la Argentina desde una sociología nacional, pensar el país desde un estilo. El lo define y va más allá de su propio estilo de pensar. No puede no escribir como Martínez Estrada, o sea, con sentencias extremas, que no tienen retorno.

 

CARLOS TORRENGO

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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