En medio del sur, el frío y el viento, Roca volverá a convertirse el próximo martes en el centro del mundo de la percusión. Una medalla que la ciudad luce con orgullo desde hace ya cinco años, cuando el profesor y director artístico del festival, Angel Frette se atrevió a imaginar los pasillos, las aulas y el escenario principal de la Fundación Cultural Patagonia como el punto de encuentro de los mejores percusionistas de todo el mundo. Su deseo se hizo realidad. Y ahora, cada año, tiene lo que a él le gusta denominar "la frutilla anual". Y algo más que eso: el Festival Internacional de Percusión fue creciendo en tamaño, en prestigio y juego de palabras mediante también en repercusión.
La primera vez, hubo que recurrir a los amigos de Frette para que se animaran a este destino casi desconocido. "Hoy tenemos que decir ya está el cupo", dijo este año Norberto "Tilo" Rajneri, rector normalizador del Instituto Universitario Patagónico (IUPA/ ex INSA) y presidente de la Fundación. Pero desde el barro que rodeaba a la Fundación el primer año a hoy, no sólo pasó agua bajo el puente y asfalto sobre las calles sino también, y sobre todo, sonidos inolvidables de marimbas, vibráfonos, timbales y baterías.
Por primera vez este año habrá muchos grupos de percusionistas. Y una mala noticia para los seguidores de Víctor Mendoza: esta vez no vendrá. "Mendoza se ha transformado en un clásico dentro del festival. Lo que sucede entre Víctor y el público es increíble, pero la finalidad del evento es que los estudiantes de esos instrumentos tengan la posibilidad de ver distintas expresiones de lo mismo. Si vos repetís todo el tiempo, el estudiante no viene más. El lo entendió y me dijo, además, que le parecía bien descansar un poco. Como director del festival, tengo que pensar en la variedad", explicó Frette a "Río Negro".
Pero a falta de Víctor Mendoza, el cronograma es tan amplio como novedoso e imperdible. Las mañanas estarán dedicadas a los alumnos, con sus charlas y sus master classes. Pero desde las 15, el público podrá deleitarse con las marimbas de Chin Cheng Lin, Keiko Kotoku y Gilmar Goulart, los vibráfonos de Ted Piltzecker y Alain Huteau, los timbales de Jim Jacobson y una decena de grupos, entre otros invitados que ya confirmaron su presencia (ver página 4, cronograma de actividades).
En ese sentido, Frette es muy riguroso. La selección de los invitados tiene varios requisitos. "Uno es que nadie repita dos años seguidos; el otro es que estén cubiertas todas las especialidades de la familia de percusión, tanto marimba,vibráfono, batería, timbal, percusión latina, ensambles de percusión, análisis de obras para percusión... En fin, que nadie sienta que no hay un representante de su especialidad. Este año, a diferencia de los demás, en los que por los costos siempre invité a solistas, para festejar los cinco años decidí apostar a algunos grupos", dice Frette.
Aunque cinco años no es poca cosa en su currículum de director del festival, Frette aún padece algunas instancias previas. "Las sensaciones son muy diferentes. Por un lado tenemos, la alegría de cumplir cinco años, que para la Argentina es todo un éxito. Tener esta continuidad me da mucha alegría y ademas veo que el festival ya está instalado entre los estudiantes de todo el país, los artistas internacionales, el público de Roca y alrededores. Y por otro lado, siento el cansancio de estar todo el tiempo con la cabeza pensando y resolviendo problemas que van apareciendo, cosa que no termina hasta que no se va el último artista de Roca y a veces continúa cuando los aviones no salen a horario, cosa muy habitual últimamente, y me llaman diciéndome que pierden su vuelo internacional".
Pero pese a esos pequeños sinsabores de estar detrás de escena, lo disfruta. "¿Qué cosas cambiaría? Y... siempre su puede mejorar, pero estoy conforme con la estructura que tenemos armada en el festival. Cuando empezó todo, fue como tirarme a la pileta, porque no sabía lo que iba a pasar. Siempre tuve la confianza de 'Tilo' Rajneri, que me apoyó en todo momento, pero nunca imaginé que podríamos llegar a armar un festival con el nivel artístico y de organización como el que tenemos hoy. También ver que la gente participa de los conciertos y que no sólo es un ghetto cerrado es muy gratificante", dice desde Buenos Aires, poco antes de embarcarse con destino al festival.
Y tanto lo disfruta que está convencido de que este quinto festival será una fiesta. "Quiero que podamos festejar los cinco años con muy buenos conciertos. Quiero que los estudiantes y el público en general puedan apreciar el esfuerzo del armado de distintas formaciones musicales. Para este año se entusiasma el director del festival contamos con la Camerata de cuerdas de Fundación, que dirige Fabrizio Danei, y vamos a tocar como solistas Gilmar Goulart y yo, con dos conciertos para marimba y cuerdas. Además vamos a hacer 'Carmina Burana' para coro, dos pianos y percusión, otra obra impresionante. También vamos a tocar con Oscar Albrieu una obra para dos pianos y dos marimbas. Y el sábado, en el concierto final, va a tocar un ensamble de cámara con un violín, un chelo, un arpa, un clarinete, una marimba, percusión y un vibráfono, donde Ted Piltzecker va a estrenar en Latinoamérica su obra 'Tango para Rubén', y ademas tocará con el Grupo de Jazz de Fundación", enumera como si fuera un cronograma parlante.
"El festival mueve muchas cosas alrededor. Por un lado está lo que para mí es un orgullo: que los artistas extranjeros lleguen aquí después de tantas horas de vuelo sólo desde Japón son 24 horas y que se encuentren con un edificio supercuidado, una estructura de organización, unas salas de ensayos y unos instrumentos de nivel internacional, además del calor humano de las personas", afirma el director.
Frette suele decir que la única manera de ver a todos estos artistas en escena es tomarse un avión y recalar en distintos lugares del mundo, algo económicamente impensable. Por eso, su muletilla de "la frutilla anual" es cierta. "A los estudiantes que viajan de todo el país y de países limítrofes, el festival les brinda una calidad y cantidad de artistas que los motiva a viajar hasta aquí y participar de este evento, único en Latinoamérica tanto por el nivel de los artistas participantes como por la continuidad. Los artistas extranjeros ven que tenemos una organización sin fisuras, que todo se cumple al pie de la letra. Y el público que viene a los conciertos puede ver y escuchar todas las posibilidades que le brinda la percusión, descubren un mundo nuevo de sonidos. No todo es la batería", dice. Y parece que tiene razón. En todo caso, desde el 26 al 30 de junio, la Ciudad de las Artes de la Fundación Cultural Patagonia será el escenario privilegiado, otra vez, donde estos prestigiosos músicos se encontrarán no sólo entre ellos sino también con los estudiantes y el público que ya se hizo fanático de este encuentro internacional, que ahora cumple nada menos que cinco años y hará un festejo a su medida: con mucha música.
VERONICA BONACCHI / MARTIN VALBUENA
