"Se armó un alboroto tremendo. A alguien se le ocurrió decir que APTRA había expurgado de su Ayuda-Memoria los programas que responden a la categoría Cultural y un coro de periodistas en el que se alternaron reputados columnistas y quienes hacen del chimento una virtud teologal, salieron a clamar a los cielos por lo que consideraban poco menos que un asesinato a la cultura. De oídas, no más, porque ninguno de ellos trató de averiguar lo que había sucedido. O sea: la negación del periodismo honestamente realizado. No hubo un sólo llamado telefónico a la sede de APTRA de parte de los espantados periodistas inquiriendo alguna explicación sobre las razones que pudieron haber motivado tamaña decisión.
"Con el tiempo, las diatribas radiales y televisivas y las frases punzantes en la prensa gráfica colgarán en las paredes de las redacciones como recordatorio jocoso de una más de las 'metidas de pata' que conforman el historial de los bloopers periodísticos.
"De haber querido averiguar, los 'defensores de la cultura' se hubiesen enterado de que el rubro Cultural no fue eliminado sino que se fusionó con el de Interés General que para la presente oportunidad pasó a denominarse Interés General/Cultural/Musical, que distintas categorías suelen ser momentáneamente eliminadas, mientras aparecen otras nuevas que responden a una mecánica de la entidad en consonancia con la dinámica que imponen a la programación las distintas televisoras. Se hubiesen enterado igualmente de que hace dos años, en la entrega correspondiente a la producción 2004, había ocurrido algo similar con el rubro cultural y en ese entonces todo transcurrió con entera normalidad.
"Sucede hay que señalarlo que en estos últimos años el Martín Fierro recuperó su prestigio. Que en la actualidad es anhelado y codiciado por todos aquellos integrantes de la colonia artística que desarrollan sus habilidades en los terrenos de la radiofonía y la televisión. Resultaba seductor, por tanto, salir a despotricar, aunque fuese sin el menor fundamento en oportunidades, camaleónicamente. Era como 'mojarle la oreja' a un mayor. Pero lo que deseaban pintar negro resultó blanco. Como en los enredos que transcurren en las sátiras de Molière y las comedias de Shakespeare, donde sobre el final los timadores resultan timados. Tampoco es posible que ciertos conductores de programas, haciendo gala de una soberbia autosuficiente, desistan de participar tras haber sido nominados porque desean elegir a quienes conformar la terna que les compete.
"Vale la pena recordar que quienes apuntaron hacia APTRA infundadamente miraron hacia un costado o se hicieron los desentendidos cuando aspectos culturales importantes como los cierres, demoliciones o cambios de rubros impactaron sobre salas teatrales; cuando ciclos radiales y televisivos fueron levantados, amputados o maltratados en horarios y continuidad; cuando se levantaron importantes columnas en la prensa gráfica o cuando la sede de la Comedia Nacional, podría decirse el grupo teatral de bandera, continúa cerrada, envuelta en un conflicto todavía sin final. O la carencia de ficción en los canales que reduce la fuente de trabajo a quienes hacen de la interpretación una profesión. Eluden enfrentarse con quienes consideran centros de poder y se ensañan con APTRA porque la imaginan un contendiente débil.
"Pero están equivocados, ya que dichos comportamientos los despojan de toda autoridad moral para erigirse en jueces".