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Sábado 12 de Mayo de 2007
 
 
 
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  HISTORIA BAJO CERO
  San Blas y el queche \"Hiena\"
por HECTOR PEREZ MORANDO (*)
 
 

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Citado en pocas publicaciones, el episodio marítimo que recordamos tuvo como escenario la península San Blas (Buenos Aires), a 100 kilómetros de Carmen de Patagones, hoy conocida como el "Paraíso de los pescadores" y hasta hace no muchos años con carátula de tesoro oculto en su cercana isla Gama, aún sin aclarar (¿o muy aclarado?) pero sí con historia de corsarios y loberos y envuelta en misterios y numerosas leyendas.

Cuando comenzó a actuar la Junta revolucionaria de 1810, el Fuerte o Establecimiento del Carmen en el río Negro tuvo casi inmediata atención, pues era considerado el único puerto marítimo aunque con sangre fluvial en la Patagonia. Flameaba la bandera española y la sal era el principal abastecimiento para los rioplatenses, sin olvidar jamones, cueros y otros productos en menor escala. Había que plantar la revolución en las orillas del río Negro, pero algunos acontecimientos hilaron algunas páginas de historia muy especial aunque poco conocida.

El fuerte maragato fue destino de algunos presos ilustres como el comandante general de Armas de la provincia de Cuyo, coronel Faustino de Ansay, y los ministros de su Real Hacienda Domingo de Torres y Arrieta, Joaquín Gómez de Liaño y Domingo Fernández. Además, José Santos González de Córdoba, partidario de Liniers, a los que se agregaría como preso en Patagones Santiago Cerro y Zamudio. Todos españoles. Los tres primeros se rebelaron y con grillos fueron llevados a Buenos Aires, salvándose de la pena de muerte por la intervención del amigo José Juan de Larramendi. Eran hombres cultos y tuvieron buena acogida en Patagones, incluso amistad con el comandante del fuerte, capitán de dragones Francisco Javier de Sancho, pero tramaron la fuga. "Pronto convencieron a todo el mundo y llegaron a sobornar a la mayoría del destacamento militar, (30 soldados) para poner nuevamente el pueblo bajo el dominio realista".

Se apoderaron del bergantín "Amazona", que había arribado de Buenos Aires, con el propósito de llegar a Montevideo, plaza realista. Tuvieron dificultad para vencer la "barra" del Negro en la desembocadura y avistaron una nave, ignorando su procedencia. Se trataba del queche "Hiena". Dedujeron que fondearía en San Blas, lo que así ocurrió. Resolvieron enviar a ese lugar disfrazado de paisano a José González a fin de obtener información sobre la nave, tripulantes y propósitos. El bergantín queche "Hiena" había sido construido en Francia, llamándose originalmente "L'Eyene" o "L'Haine". Tenía 45 metros de eslora, 3,5 metros de manga y 5,5 metros de puntal, calando 3 metros y desplazando 300 toneladas. Dotado de 15 cañones, podía ser tripulado con 50 a 80 hombres: "era una bonita embarcación, un queche fino de proa y popa, con palo mayor al centro. Muy velero", según un autor marino, adquirido en 25.000 pesos por "Juan Larrea, de su peculio, por cuenta del Estado argentino".

La Junta decidió llevar el movimiento revolucionario a Patagones y para ello equipó al "Hiena" una de las mejores naves de las pocas con que contaba y lo puso al mando del norteamericano Tomás Taylor, siendo segundo el inglés Tomás Fermín Jones, ambos a favor de la causa patriota. El queche "Hiena" no pudo entrar al río Negro y por eso ancló en San Blas, donde José González pudo engañar al capitán y conocer sus reales propósitos. Se enteró de que Taylor y su gente iban a suplantar el gobierno realista en Patagones. Al regreso al fuerte, la información de González fue muy valiosa, trazaron un plan para apoderarse de la nave y huir a Montevideo. Como Taylor, por medio de González, había pedido un caballo "equipado y también alguna carne y una carretilla para hacer leña" y la presencia de Sancho, los presos españoles sublevados enviaron a Domingo Fernández y Pedro Crespo con lo pedido y cerca del "Hiena" buscaron argumentos para que parte de los tripulantes bajara para "hacer leña". Diego Robinson, uno de los oficiales de la nave, y Tomás Wilson, jefe de la tropa, sospecharon de los españoles, produciéndose varias situaciones que sería extenso relatar. Habían logrado que cierta cantidad de tripulantes bajara a tierra y, aprovechando la favorable situación, los españoles a señal convenida y al grito de "¡Viva España, viva el rey, viva el general Vigodet!" (gobernador en Montevideo) hirieron con cuchillos a Robinson y Wilson. Por su parte, "Domingo de Torres aprisionó á los 23 hombres que habían saltado a tierra". Solamente seis dominaron la situación y se apoderaron del "Hiena". Hubo seis muertos, doce heridos y 64 prisioneros y, entre los heridos, Robinson y Wilson quedaron en Patagones. El "maestre de raciones D. Mateo de Neira Galeano" escapó con doce hombres en bote a la isla Gama. Ocurrió el 15 de mayo de 1812. San Blas y el "Hiena", actores de la singular página histórica.

Dejaron a Domingo Fernández como comandante militar del fuerte y con el queche pusieron rumbo a Montevideo, llevando como prisioneros a Sancho, Taylor, Jones, Quesada, ministro de Hacienda en Patagones, el capellán mercenario Acosta y otros. Fondearon en la rada de Buenos Aires "el tiempo necesario para enviar sobre la población, con las balas de sus cañones, el odio profundo que inflamaba sus almas". Montevideo los "recibió alborozado, colmándoles de honores y distinciones... saludando á la plaza con una salva y los vivas de sus tripulantes, á que contestaron los cañones de la corbeta española Mercurio y los baluartes del fuerte San José. Un inmenso gentío corrió á la ribera á recibir á los Libertadores de Patagónica, que en medio de vivísimas demostraciones de afecto y ardorosas aclamaciones fueron conducidos, casi en brazos, al fuerte" (sic). (Biedma, J. J., 1905).

El queche "Hiena", conocido como burlador de bloqueos, tuvo activa participación en operaciones navales (1813-1814) en el río de La Plata y en 1814, tomada Montevideo por Buenos Aires, rompe el bloque de Brown dirigiéndose a España. Sin documentación probatoria, se dice en un escrito que "llevó en sus bodegas el tesoro real, sacado de la Troya del Plata". Después operó en el Caribe y en Venezuela (1820). Finalmente se lo envió a Quito, posiblemente como buque de estación, donde fue "totalmente desarmado y vendido como leña".

 

(*) Periodista. Investigador de historia patagónica.

 

Bibliografía y fuentes principales: Historia Marítima Argentina, tomos V y VII, 1986. Carranza, A. J.; Campañas, 1962. Biedma, J. J.; Crónica, 1905. García Enciso, I. J.; La gesta, 1968. Pérez Morando, H.; San Blas (RN), 2000. Bamio, J. R. y Dárrichon, R.; Efemérides, 2000. Arguindeguy, P. E.; Apuntes, 1972. Tanzi, H. J.; Compendio, 1994. Destéfani, L. H.; Manual, 1975. Archivo del diario "Río Negro", Biblioteca Patagónica (VECh) y otros.

 

   
   
 
 
 
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