En "Los viajes del Penélope" obra recién editada, la historia de un pequeño barco que participó de la guerra de Malvinas y en el que tripuló el excombatiente y periodista Roberto Herrscher aporta una mirada periférica pero no menos certera sobre el conflicto bélico que tuvo lugar hace exactamente 25 años.
Lejos de las voluminosas investigaciones periodísticas que cuando se aproxima un nuevo aniversario de la guerra se lanzan a ofrecer un aporte esclarecedor sobre su desarrollo, Herrscher entrega al lector el relato de su experiencia personal, atravesada por el fluir de otras voces cercanas y de los testimonios que recogió en años de labor periodística.
Pero "Los viajes del Penélope", que inaugura la colección Andanzas Crónicas del sello Tusquets, pone en primer plano a una goleta construida en 1927 que llegó a la Patagonia un año después tripulada por Gunter Pluschow, héroe alemán de la Primera Guerra Mundial que fue el primero en tomar fotografías aéreas de la Patagonia.
Bautizada originalmente como "Feuerland" (Tierra del Fuego en alemán), el barco fue comprado en 1929 por un hacendado de las Malvinas y en 1982 decomisada por la Armada Argentina para transporte de combustible, víveres y tropa durante el conflicto en el archipiélago.
"Desde el momento en que volví de la guerra tuve la necesidad de hablar. Escribir el libro y centrarme en la historia del Penélope fue el modo que encontré de despojarme de todos los sentimientos, los análisis y las interpretaciones", señaló Herrscher a Télam.
"Contar la experiencia de Malvinas significó para mí una liberación de fantasmas. Hay cosas que no se van nunca, es cierto, pero a mí me resulta difícil pensar si yo estaría mejor si no hubiera ido a la guerra. Aun así es un fantasma recurrente la posibilidad de que alguna vez surja una secuela oculta", destacó.
Herrscher, uno de los siete tripulantes que tuvo el Penélope durante la guerra y el único conscripto del grupo, plantea en su libro una confrontación entre la historia personal y la colectiva que involucró a toda la sociedad argentina a la vez que reflexiona sobre la relación entre proximidad y conocimiento respecto a los episodios que se narran.
"La relación entre la cercanía a los hechos que se narran y el conocimiento que se tiene de éstos es relativo. Durante la guerra, un tipo que estaba escuchando la radio en Berlín podía saber más que yo que estaba casi en el centro de la acción: nuestra noción de lo que estaba ocurriendo era difusa y estaba atravesada por mitos", explicó.
"Por ejemplo, a los 10.000 soldados que estuvimos en Malvinas en algún momento u otro nos llegaron las historias de los gurkas... pero los que efectivamente se enfrentaron a un gurka fueron muy poquitos. Para todos los demás funcionó el mito", apuntó.
Según Herrscher, director de un máster de Periodismo en la Universidad de Barcelona ciudad en la que reside desde hace varios años todo punto de vista es incompleto y lateral: "Existe una forma de narrar la novela del siglo XIX donde el autor lo sabe y lo domina todo. A mí me gusta más la mirada parcial", comparó.
Los tramos del libro dedicados a Malvinas están narrados con extremo minimalismo y dan muestra de una delicadeza inusual para el género: el contacto con un único cadáver uno de los que dejó el enfrentamiento basta para ilustrar el horror de la guerra y las huellas indelebles que dejó en sus sobrevivientes.
"Yo no cuento las historias de muertos masivos que tuvo la guerra. En mi caso, hay una descripción de lo espantoso del combate que traté de manejar con cuidado indicó Herrscher. Por eso no quise empezar el libro con lo que pienso de la guerra. Preferí que el relato fluyera y que recién irrumpiera la cuestión de la muerte cuando aparece el primer muerto en la narración".
"Para nosotros, lo peor empezó el día de la rendición. Porque ahí es donde comenzaron a venir los heridos, los cadáveres y salió a la luz todo lo que había pasado entre las montañas, donde no estábamos", expresó.
"Y ahí es donde empezaron muchas de las secuelas que terminaron en suicidios. Hoy, los excombatientes que llegaron a suicidarse suman más que los que murieron en combate", concluyó. (Télam)
El periodista y sociólogo Roberto Herrscher fue enviado a combatir a Malvinas a bordo del Penélope, un histórico barquito ignorado.