"Todos sabemos lo que es el polvo y la respiración en una sala de ensayo chiquita e incómoda", aseguró durante una rueda de prensa en la sede del Yacht Club de Olivos, una de las zonas más paquetas del norte del conurbano bonaerense. Enseguida, y a modo de consejo, sentenció: "Si hay algún músico que todo el tiempo está consciente de que lo están escuchando, yo le aconsejaría que se olvide un poco y que baje a comprar la verdura y la fruta y a disfrutar la vida". De muy buen humor, verborrágico como hace mucho tiempo no ocurría y como el periodismo y el público necesitaban, Calamaro se refirió a muchos temas: Vicentico dice que Nebbia te ayudo a cantar mejor en este disco. ¿Es así? Siempre me he rodeado de cantantes muy buenos. Nebbia fue uno de nuestros mejores cantantes, porque para cantar en una producción de Litto hay que cantar muy bien, porque Litto es un cantante genético, es hijo de cantores y de profesores de canto. De Vicentico creo que, aunque no tiene oficialmente el título, es uno de nuestros mejores cantantes, sin duda. Dos discos atrás le puse "El Cantante" a un disco mío y tomé el compromiso de cantar afinado y transmitiendo. Y justo ahora vuelve a los escenarios Juan Carlos Baglietto que es el primero de los intérpretes puros de nuestro rock, que arrancó hace 25 años haciendo un repertorio de paisanos suyos. ¿Cómo vivís este tsunami de amor del público que gira alrededor tuyo? Eso sólo se puede vivir bien. Y eso de tsunami de amor me encanta, hoy nos vamos a ir con esa frase. Es como un Arjona de amor (risas). El más grande éxito que puede tener un músico es el respeto, la calidez y la fidelidad de sus colegas y de su pueblo. ¿Por qué la necesidad de hacer un disco con Litto Nebbia? Grabar con Nebbia es una oportunidad que nadie debería dejar pasar, si es que la tiene. En agosto del año pasado nos encontramos cuando Litto reunió a Los Gatos Salvajes, fui y canté en ese concierto. Pero a eso se sumaba que estaba dentro de la atmósfera de la Bersuit y dentro de ella hay gente como Juan Subirá y Pepe Céspedes que son muy "nebbieros" y tuve como una especie de epifanía "nebbiera". ¿Por qué incluiste una versión de "Contigo aprendí", el bolero de Armando Manzanero? Tengo una loca teoría de que, si al rock argentino le quitás el rocanrol, queda un bolero o un tango. El tango es nuestra canción, es la canción de Buenos Aires, pero existe el bolero argentino y nuestros rocks más sentimentales son boleros-bluseros. Esta canción de Manzanero tiene la perfección de Gardel-Lepera o de Lennon-McCartney, son palabras que a mí me hubiera gustado escribir. En una canción decís que la mejor Argentina se la merecen los desaparecidos y los chicos que murieron en Malvinas. ¿Por qué esa idea? El "Punto Argentino" es una canción importante y pesada, escrita con seriedad y también con ternura. Sinceramente son canciones que salen de conversaciones con mis amigos como Marcelo Cuino Scornik o Jorge Larrosa, con quien armamos el trío Los poetas de la zurda. Con ellos hablamos de Argentina, de nuestra historia, de nuestro destino, de nuestras décadas infames, porque casi todas nuestras décadas son infames. Es una letra crítica y autocrítica, sin solemnidad, donde me atrevo a dimensionar, a acariciar, a analizar estos temas muy pesados, como el orgullo nacional bien entendido y mal entendido. ¿Te gusta la nueva escena de rock local? Miguel Abuelo decía que para el rocanrol el mejor momento siempre es hoy y es una cosa que merece ser vivida. No creo que sea ni el mejor ni el peor momento del rock en Argentina. Ahora es un gran momento para escuchar rock, para ponerse a ensayar, para arruinarse un poco. |