| El chico malo del pop británico y uno de los mejores showmans que haya dado al escena actual, el inglés Robbie Williams dará por fin dos conciertos para todo el público este fin de semana en River Plate. Gordito, fanfarrón y devoto de la religión del sexo, las drogas y el rocanrol, Williams presentará hoy y mañana su nuevo disco "Rudebox" y seguramente hará un repaso de su repertorio. El cantante ya visitó la Argentina en noviembre del 2004, para concretar un show para la TV que provocó más revuelo por la cantidad de vedettes, modelos e ignotas que pugnaban por compartir 15 minutos de cama con el autor de "Strong", que por otra cosa. Williams es uno de los pocos artistas surgidos de una boys banda (bandas de chicos) en este caso la inglesa Take That que pudo desarrollar una gran carrera tras abandonar esa agrupación. Con ocho producciones de estudio, Williams vendió más de 60 millones de discos alrededor del mundo y más de 500.000 copias en Argentina. A lo largo de su carrera, Williams recorrió terrenos como el tecno-pop, el soul, el funk, hasta el swing y el pop con una indudable influencia de bandas británicas como The Verve, Blur y Oasis. Su primer disco solista "Life Thru a Lens" (1997), con canciones como "Lazy Days", "Let me entertain you" y la balada "Angels", Williams se alejó del sonido berreta de las bandas de cantantes carilindos y produjo una obra ligada indudablemente al brit-pop. Sobre su etapa en Take That, Williams dijo: "Sé lo que mis amigos piensan de las bandas de chicos, que es exactamente lo que yo pienso. El estar en una de ellas era bastante vergonzoso". En forma paralela a la música, Williams usufructuó al tope su rol de sex symbol girando noche tras noche de juerga en juerga, donde cosechó romances con Anna Friel, Melanie C de las Spice Girls, Nicole Appleton de las All Saints y con Geri Haliwell, también de las Spice Girls. En ese camino de los excesos, Williams se dio el gusto de tener entre sus sábanas a Nicole Kidman, recién separada de Tom Cruise, y a la actriz estadounidense Daryl Hannah. A lo largo de esa noche sin fin, Williams entró y salió de rehabilitación varias veces, pero nada eso pareció mermar su ascenso al estrellato. Williams tuvo crudas y cínicas definiciones sobre su relación con las drogas como: "Ahora estoy en el punto en que hago lo que quiero hasta que me vuelvo un poco gordito, entonces paro. Mi vanidad me ha salvado la vida". En 1998, Williams llegó a la cima y se ganó a la crítica con el álbum "I've been expecting you", que contenía éxitos como "Millennium", "No regrets", "Strong" y "She's the one". Al recibir las críticas, Robbie se defendió al señalar que "pueden decir lo que quieran sobre mi música, porque yo sé lo que es mi música: honradamente, buenas canciones. Son sólo eso y no pretendo que sean nada más". El año 2000 fue un muy buen año para Robbie, ya que el lanzamiento de su tercer disco solista, "Sing when you are winning", implicó el gran boom mundial de la mano de su single "Rock DJ", que estuvo acompañado de un extravagante video clip que revolucionó las pantallas. En el 2001 y a caballo de su ego, Williams se encerró con una big band de jazz a grabar "Swing when youïre winning", disco de estándares de jazz que fueron interpretados por Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis y Nat King Cole. En el 2002 publica "Escapology" que contiene canciones como "Something beatiful", "Feel" y "Come undone", que lo llevó en el 2003 a realizar un concierto en Knebworth Park, en pleno Londres, para actuar ante 375.000 fans. Ese show dio a luz un disco y en DVD "Robbie Williams Live Summer 2003", que lo muestra en un nivel altísimo, con todo su carisma a flor de piel y mostrando sus dotes de showman. |