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Sábado 07 de Octubre de 2006
 
 
 
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  Un espejo para el artista
 
 

Descubrí a Antonio Berni siendo estudiante de Bellas Artes a principios de la década de 1990, en un catálogo de una muestra retrospectiva de su obra. Me impactó profundamente su talento y su capacidad para articular el "arte serio-académico" con las corrientes vanguardistas que inspiraron su época. Su obra jamás se tornó hermética en cuanto a su mensaje. Fue y es accesible para todos.

Sus pinturas, su collages, sus grabados y sus objetos fueron la excusa perfecta para gritarle al mundo, a los cuatro vientos, las injusticias que veía con sus ojos asombrados. Con ojos que no entendían cómo los grandes avances tecnológicos de su tiempo crecían en forma geométrica, tanto como la pobreza y la exclusión social. "El paisaje para mí está al margen de lo pintoresco, siempre entra lo humano. Y a lo humano yo lo ubico dentro de la realidad social y económica en la que se vive..." (A. B.).

Se inventó personajes arquetípicos como símbolos de esta cruda realidad. El lo explica mejor que nadie. "A Juanito (Laguna) y Ramona (Montiel) los hice precisamente en collage, con materiales de rezago, porque era el entorno en que ellos vivían; y así no apelaba, justamente, a lo sentimentalista. Yo les puse nombre y apellido a una multitud de anónimos, desplazados, marginados niños y humilladas mujeres, y los convertí en un símbolo, por una cuestión, exactamente, de sentimiento. Los rodeé de la materia en que se desenvolvían sus desventuras, para que de lo sentido brotara el testimonio. En ese testimonio está incluido lo cache, es decir lo feo, lo cursi, lo que no queda bien, lo incómodo, la triste vulgaridad de lo cotidiano, la ilusión de lo bello reemplazada por un objeto de consumo".

"Juanito Laguna es un niño de extramuros de Buenos Aires o de cualquier capital de América Latina. Es un chico pobre, pero no un pobre chico. No es un vencido por las circunstancias, sino un ser lleno de vida y esperanzas que supera su miseria circunstancial porque intuye vivir en un mundo cargado de porvenir..." (A. B.).

¿Qué será de Juanito hoy? ¿Y de Ramona?

Imagino un Berni sumamente deprimido por estos días, porque después de cuarenta y tantos años ese mundo cargado de porvenir multiplicó Juanitos por millones..., quizá Ramona haya muerto de sida... Lo que es peor, Juanito adulto debe seguir sobreviviendo en alguna toma, devastado por este mundo que le quitó lo único que tenía en los '60: la esperanza. Creo que Berni es un buen espejo para mirar el rol del artista en su época. Alguien que tuvo las oportunidades (en su tiempo pudo gozar de políticas culturales que le permitieron su crecimiento profesional, fue becado), y sin embargo jamás perdió de vista su particular modo de articular todos estos ingredientes: intelecto, técnica, compromiso político, cultura popular, con una profunda sensibilidad plástica alejada de los panfletos.

 

MARINA ROBLEDO (*)

(*) Artista plástica

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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