| | El humo de la pólvora de la batalla político-moral mantenida en los medios de comunicación en torno a Günter Grass todavía no se ha disipado, pero ahora por fin se puede empezar a leer. La editorial Steidl de Gotinga adelantó la publicación de la autobiografía de los años de juventud de Grass: "Beim Haeuten der Zwiebel" ("Pelando la cebolla"), cuyo lanzamiento estaba planeado para el 1 de septiembre. El libro, que llegó el miércoles a las tiendas con una tirada inicial de 150.000 ejemplares, está destinado a convertirse en un best-seller y eso no sólo porque el Premio Nobel de Literatura haga público en él, por primera vez, su llamada a filas de las Waffen-SS hitlerianas poco antes del final de la guerra. Para que quede claro de entrada: Grass ha conseguido una obra maestra literaria, temáticamente cautivadora, estilísticamente ingeniosa, abierta sin indulgencia. En su libro de memorias, como él mismo lo llama, el escritor de casi 79 años va pelando capa a capa, como a una cebolla, para narrar sus años de infancia y juventud, desde el comienzo de la guerra en 1939 hasta la publicación del best-seller mundial "El tambor de hojalata", con el que se convirtió en un escritor reconocido. La obra plasma la evolución de un Grass de 12 años de edad en Danzig (Gdansk), socializado en la época del nazismo y que se dejó seducir por el sistema, hasta convertirse en adulto, en una personalidad madura de artista. "Como joven hitleriano era un nazi joven. Creyente hasta el final (...). Ninguna duda enturbiaba la fe, nada subversivo", escribe Grass. Y sobre su entonces ingenuo punto de vista de contemplar a las Waffen-SS como una unidad de elite de corte europeo con voluntarios de muchos países afirmó: "Durante décadas me he negado a atribuirme la palabra y las siglas dobles. Lo que había aceptado con el orgullo tonto de mis jóvenes años, quería callarlo tras la guerra por una creciente vergüenza. La carga se mantuvo y nadie la pudo aliviar". La juventud de Grass es ejemplar para toda una generación, que después de la guerra se esfuerza por purificarse. Al mismo tiempo se reviven dos décadas importantes de la historia alemana, las del paso de la dictadura nazi a la democracia: hambre, reforma monetaria, la "maloliente católica" era de Adenauer, primeros viajes al extranjero por autostop a Italia y Francia. El libro de casi 500 páginas está caracterizado por la diversidad estilística. En ocasiones, el viejo Grass mira irritado al joven "con mi nombre". Entonces describe casi en estilo de reportaje cómo escapó por poco a la muerte en varias ocasiones durante las últimas semanas de la guerra y cita "Sin novedad en el frente", de Erich Maria Remarque. Su capítulo de unas 60 páginas sobre sus propias vivencias en la guerra son ya de por sí un libro contra la guerra. Grass se salva de las granadas de una unidad soviética escondiéndose debajo de un tanque: "Presa del miedo, me meo en los pantalones. Después, silencio. Rechinar de dientes". Cita también a Grimmelshausen y algunos pasajes llenos de humor hacen pensar en el "simplicismo" del siglo XVII. Como prisionero de guerra juega a los dados con su "amigo Joseph", de su misma edad, en un agujero en la tierra bajo la lluvia, tapados con una lona, y habla con él sobre Dios y el mundo: Grass, de educación católica pero que perdió completamente la fe durante la guerra, y el archicatólico Joseph, de quien Grass dice suponer que podría ser el hoy papa Joseph Ratzinger. Otro ejemplo de exquisito humor es la increíble historia sobre un curso de cocina sin ingredientes en el campo de prisioneros. Todos pasaban hambre. Un cocinero dirigió el curso. "Tenía unas cejas tan largas que daban ganas de peinárselas". Grass habla sin tabús de sus necesidades sexuales de su juventud, desde la masturbación hasta su primera experiencia con una mujer. El alemán ha escrito un libro que es muchas cosas: es un libro de guerra y contra la guerra, una novela sobre el desarrollo personal y la patria, autobiografía y anal literario de un tiempo de cambio histórico. En él, Grass utiliza su técnica, desarrollada ya en "Encuentro en Telgte" y el "Rodaballo", de unir pasado, presente y futuro. Esas relaciones abarcan hasta el tiempo posterior a la reunificación alemana. "No habrá una continuación del libro", afirma Grass en entrevista. Tampoco quiere pensar en una versión cinematográfica, aunque no la descarta. (DPA) |
