| Nacida en 1901 como Leonor Fanny Borges y rebautizada Norah por su hermano mayor, aceptó sin hesitar la distribución de roles en su familia y se dedicó a desarrollar el oficio de artista plástica, algo que, como demostró en varias oportunidades, podría haber intercambiado con el escritor y poeta. Así, "Georgie" se dedicó a los "tigres", "a las aventuras" y a Schopenhauer, mientras ella optaba por los ángeles y "las cosas suavísimas" de manera que "los colores se fundan uno con el otro". Más de ochenta trabajos de Norah Borges están en exhibición en el Museo de Bellas Artes de la capital neuquina y constituyen un recorrido por la vanguardia artística argentina de los primeros decenios del siglo pasado. De esas salas partirán a muestras programadas en Londres, París y Madrid. Su obra se mantiene vigente justamente por plantear una de las principales cuestiones de la vanguardia de los años veinte: "La posibilidad de que el arte moderno pudiera asumir para sí la idea de transmitir el mensaje cristiano", según explica la crítica Patricia Artundo. Ella creía, continúa Artundo, frente al desasosiego de la estética expresionista, "en la promesa de la Salvación y en su cumplimento en la encarnación de Dios en su hijo". Eso, los influjos góticos y el objetivo de "pintar el paraíso, traer el cielo a la tierra, como Fra Angelico" autorizaron luego a algunos críticos a asociarla con el arte naíf. Comenzada la adolescencia y por una cuestión familiar, Norah Borges se instaló en un cantón suizo donde se puso en contacto con el expresionismo alemán, muchos de cuyos exponentes se encontraban exiliados en ese territorio neutral. Era el caso de Ernest Kirchner, quien en 1917 había obtenido la baja del ejército por depresión y se encontraba en tren de recuperación en Suiza, en un pueblo próximo a Zurich. No es improbable que los hermanos Borges oyeran y supieran de la existencia del soldado en reposo. En sus baúles el descubrimiento y la valoración pertenecen a May Lorenzo Alcalá Norah llevaba su cuaderno "Notas lejanas", escrito entre los 11 y los 14 años y publicado en una edición casera que agrupaba dibujos, pinturas y algunos textos. Con apenas ese antecedente, asistió a las clases de Maurice Sarkisoff, un escultor clásico que había representado a Suiza en la Bienal de Venecia y la Exposición de Técnicas de París. Antes de cumplir 17 años estaba en España donde amplió sus estudios y tomó parte activa de la vida cultural vanguardista. Estudió primero en Palma de Mallorca con Sven Westman y, luego, en Sevilla y en Madrid con Julio Romero de Torres. En 1919, los hermanos Borges colaboraban en la revista "Baleares" de Mallorca. La importancia de su colaboración reside en que no se trataba de ilustraciones sino de una actividad plástica como pintora y grabadora que suponía una participación con "textos plásticos" independientes de cualquier colaboración literaria. Esa modalidad se reprodujo más tarde en las publicaciones de vanguardia argentinas "Proa", "Prisma", de carácter mural, y "Martín Fierro". En "Baleares" publicó "Músicos ciegos", en 1919 y, al año siguiente, el proyecto de portada para "El jardín del centauro", un libro de poemas de Adriano del Valle. Su colaboración más importante fue un grabado a la manera de El Greco titulado "España barroca". Los hermanos se habían vinculado con la revista "Reflector", en cuyo único número Norah ilustró un poema de Del Valle y publicó un grabado de madera con una mujer con guitarra. También colaboró con dos trabajos en la revista ultraísta "Grecia" febrero de 1920 con "El pomar" y "El ángel del violoncelo". Hizo las portadas de varios números de "Grecia", editada en Sevilla, y sus grabados se dispersaron en un grupo de revistas vanguardistas de la época: "Tableros", "Ultra", "Manomêtre". Los hermanos terminaron su etapa española en el ultraísmo, acaso bajo la égida de Rafael Cansinos Assens y, sobre todo ella, de Guillermo de Torre, el crítico que luego de un noviazgo de ocho años y paseos por dos continentes se convertiría en su marido. En Buenos Aires, la Norah Borges vanguardista diseñó la portada de la revista mural "Prisma", que concentró a los principales artistas porteños de la década de 1920. También colaboró con la creación de "Proa" e ilustró libros tapa e interior de varios poetas: Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca, cuyo "Romancero Gitano" habría ilustrado, aunque no se encontraron originales ni el libro impreso. En 1926 expuso 75 trabajos óleos, xilografías, dibujos, acuarelas y tapices en la Asociación Amigos del Arte. Durante la Segunda Guerra, integró como vocal suplente la Junta de la Victoria en la Argentina, una asociación feminista antifascista que dirigían Cora Ratto de Sadosky y Ana Rosa Schlieper de Martínez Guerrero, y donde militaban la escritora María Rosa Oliver, la fotógrafa Annemarie Heinrich, la psicoanalista Mimí Langer, las artistas Raquel Forner y la poeta Silvina Ocampo. Durante el primer peronismo, cuando su hermano fue destituido de la biblioteca donde trabajaba y removido a inspector de aves de corral, fue detenida en la cárcel de mujeres junto con su madre Leonor Acevedo. Ese hecho profundizó la aversión que Borges el escritor expresaba hacia el justicialismo y su fundador. Norah intervino en la edición de "Cuaderno San Martín", como había hecho antes con "Luna de enfrente" y "Fervor de Buenos Aires" e ilustró los libros "Las invitadas" de 1961 y "Autobiografía de Irene" 1962, ambos de Silvina Ocampo. El "Breve Santoral" de Ocampo, que incluyó poemas sobre los santos Rosa de Lima, Martín de Porres, María la Egipcíaca, Cristóbal, Serafina, Arsenio, Teodora, Inés, Lucía y otros sin olvidar al Angel de la Guarda, fue acompañado por dibujos y grabados de Borges que también colaboró con la edición de libros del marido de Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares. El poeta Horacio Salas conjeturó que el matrimonio de su hermana con De Torre no habría caído del todo bien a Borges. Pese a eso, en noviembre de 1985, el mismo día de la partida del escritor a Ginebra, ciudad donde moriría unos meses después, ambos almorzaron en un hotel céntrico de Buenos Aires, tal como era su costumbre semanal. Norah continuó su vida de pintora semiclandestina hasta su muerte, ocurrida en 1998. |