| El matrimonio es como un sistema planetario que gira con parsimonia cósmica junto a diversos objetos celestes. Como sucede en el universo, los sistemas planetarios son visitados regularmente por cuerpos viajeros, llamémosle asteroides, meteoritos o suegros, que sin lugar a dudas alteran el ritmo en la familia planetaria. Por más años luz que uno ponga de distancia entre el planeta paterno, los suegros siempre llegan y, si son los padres de la hija, la regularidad es matemática. La astronomía familiar ha descubierto distintas características geomorfológicas de suegros. El suegro mueble: de perfil bajo, les gusta pasar desapercibidos entre el mobiliario de la casa. Silenciosos. Son aquellos que uno los pone frente al televisor a la mañana y los saca a la noche y los tiene que correr para limpiar. Durante su estadía usted nunca perderá el control remoto, siempre lo encontrará atenazado en su mano. Si uno quiere cambiar de canal tiene que dar la orden oral y el la ejecuta con amabilidad. No entregará el control hasta irse por lo que hay que reeducar a los niños de la casa y contarles que, aparte del televisor, hay unos juegos muy divertidos para jugar afuera de la casa, en ese lugar que denominamos patio, que se llaman la escondida y la mancha venenosa. Los suegros turistas: todo lo contrario al modelo mueble su vida es movimiento. A ellos le importa tanto la familia como su entorno geográfico. Su vida cobra sentido por los lugares conocidos y la realidad es real sólo si la atestiguan las fotos. Salen temprano a la mañana visitan el río, las bodegas, al centro, las bardas y no están demasiado en la casa salvo para la hora de sentarse a la mesa a comer. Quedarse adentro de la casa a cuidar nietos no es su fuerte . El suegro trabajador: viene de visita sólo si tiene trabajo para hacer. Arregla todas las cosas que nadie hace, como las puertas que no cierran bien y la poda de la parra. Parece una bendición pero es sólo la primera semana hasta que se acaban los insumos y siempre falta algo. Alambre, clavos de media pulgada, arena fina, fleje gusano para la tijera de podar (¿fleje gusano para la tijera de podar, de dónde vamos a sacar eso?). El peligro se avecina cuando ya está todo arreglado y comienza a pensar que todo lo que funciona bien puede llegar a funcionar mejor y aflora su vocación de inventor frustrado. Hora de sacar el pasaje de vuelta. Los suegros joggins: siempre andan juntos, más que una pareja parecen un equipo. Al igual que el modelo turista siempre están afuera, pero para ellos más que los lugares importa el kilometraje recorrido. Caminan, caminan y caminan con la botellita de agua en la mano. Su vida activa y sana los mantiene jóvenes y su contraste genera un sentimiento contradictorio. Orgullo por tener padres tan jóvenes, pero al lado de ellos, con veinte años menos, aparecemos como decadentes gordos panzones y pelados. Hay que bancarse los berrinches de los chicos: ¡¡papá, quiero unas zapatillas Nike Shox como las del abuelo!! El suegro alcanfor: para él todo tiempo pasado es más o menos. El bueno, bueno es el anterior al pasado. Cuando le conté que Superman volaba alrededor del mundo en sentido contrario para detener el tiempo se quedó mirando al cielo con una leve sonrisa que delataba su fantasía. Para él la verdadera ciencia ficción es un libro de historia. El lumpen suegro, el suegro opinador, el suegro gruñón, el suegro previsor, el suegro tacaño. Todos tenemos un suegro que se puede acomodar a estas u otras tantas clasificaciones. Es más, usted seguramente milita en la de "suegros ecuánimes" y nosotros estamos en el grupo de "suegros observadores de la realidad de los demás". POR LA LUZ QUE ME ALUMBRA |