| Pocos actores tienen la capacidad de dejar su impronta personal en un papel de reparto o en uno de esos roles en los que el intérprete apenas aparece en un par de escenas. Mucho menos en la maquinaria de Hollywood donde todo está preparado para el lucimiento de las grandes estrellas. Sin embargo, cuando alguien menciona a Jack Black, lo primero que recuerdo es su rostro desquiciado cuando Bruce Willis lo obliga a correr para asesinarlo, en forma de prueba de un arma. El filme era "El chacal" de 1997 y el personaje, Ian Lamont. El rostro detrás de este curioso fabricante de armamentos era el del mismo actor que hoy lidera elencos y que, con sus kilos de más y su sentido del humor desprejuiciado, escapa a las convenciones del mercado. Ahora toda una estrella, en esos momentos apenas un desconocido, aunque su imagen quedaba en la memoria inevitablemente. Jack Black nació un 28 de agosto en Santa Mónica bajo el sol californiano, en Estados Unidos. Durante su paso por la universidad en Los Angeles, conoció a quien sería su socio sobre las tablas y más tarde en la música, Kyle Glass. Juntos actuarían en un grupo teatral llamado The Actors Gang y formarían el extraño dúo Tenacious D en el que mezclan el rock con el humor más irreverente. A pesar de que su primera aparición frente a cámara fue como un chico arriba de un skate en la película para televisión "Our shining moment" (1991), la gran oportunidad vino de la mano de Tim Robbins quien lo incluyó en el elenco de su ópera prima en la dirección, "El ciudadano Bob Roberts" (1992). A esta participación le seguirían "Airborne" (1993), "El demoledor" (1993) junto a Sylvester Stallone, el western "Justicia ciega" (1994), la tercera entrega de la saga de "La historia sin fin" (1994) y "Tres padres solteros" con Matthew Modine. Desinhibido y con un rostro más que particular, los ojos de Black lo ayudaron siempre a decir mucho más que su boca y, lentamente, comenzó a desandar la travesía de un estudio a otro en busca de aquel personaje que le permitiera el reconocimiento. Oportunidad que no tardó en llegar. Tras pequeñas intervenciones en el proyecto de Kevin Costner, "Waterworld" (1995), y nuevamente bajo las órdenes de su amigo Robbins en "Mientras estés conmigo" del mismo año, durante 1996 la cámara se fijó en él en una sucesión de apariciones. "Crossworlds", el universo de Tim Burton con "Marcianos al ataque", "El fanático" junto a Robert de Niro, "Bio-dome" y su primer encuentro con Ben Stiller quien lo dirigió en "El insoportable" con Jim Carrey. Luego de "El chacal", participó en "Enemigo público" y "Todavía sé lo que hicieron el verano pasado" en 1998, "La carta" y otra de Robbins, "Abajo el telón", en 1999, hasta el personaje que cambiaría su vida. Barry era el compañero de John Cusack en la cinta de Stephen Frears de 2000, "Alta fidelidad", y cada escena en la que Black le ponía el cuerpo a su criatura se robaba el show. Exagerado, gesticulador y odioso, Barry afirmaba que conocía la música pop mejor que nadie y cargaba con tamaña arrogancia sobre sus espaldas sin inmutarse. Con el paso del tiempo, cualquiera podría imaginar que el director creó el rol en la medida del actor y, aunque Black hoy luce más contenido en su vida privada, disfrutando del embarazo de su mujer, la violonchelista Tanya Haden, sus dichos parecen salidos de la boca del mismo Barry. "Seré el mejor padre del planeta", afirmó tras la noticia como si fuera el personaje de "Alta fidelidad" el que lo aseveraba. Y es que Black tiene mucho que agradecerle a Frears y su agridulce comedia ya que, tras esa experiencia, saltó sin escalas a protagonizar. Se enamoró de una Gwyneth Paltrow excedida de peso en "Amor ciego" de los Farrelly (2001), compartió cartel con Jason Biggs en "Saving Silverman" (2001), fue el hermano cocainómano de Colin Hanks en "Orange county" (2002) y se colmó de críticas auspiciosas y dólares en las boleterías con "Escuela de rock" (2003) de Richard Linklater. Mientras se reencontró con Ben Stiller en "Envidia" (2004), también se dedicó a jugar con su voz en "La era de hielo" (2002) y "El espantatiburones" (2004). El director Peter Jackson agotó su paciencia de tanto que le consultaron, a propósito de "King Kong" (2005), el porqué de la elección de Black para el papel de Carl Denham. Y afirmó que sus hijos lo habían convencido luego de ver "Escuela de rock" aunque lo comparó con Orson Welles. Hoy disfruta del éxito de "Nacho libre" y espera el estreno de "Vacaciones" junto a Cameron Díaz, el nuevo filme de Noah Baumbach aún sin nombre en donde trabajara con Nicole Kidman y la aguardada aventura de Michel Gondry, director de "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos". La cinta tiene como posible título "Be kind, rewind" (algo así como "Sé bueno, rebobina") en la que el actor interpretará a un hombre atormentado por migrañas que, a causa de su cerebro magnetizado, hace que todas las películas del videoclub de su amigo se borren. Juntos deberán reconstruir cintas como "El rey león" o "Volver al futuro". Quizás también "Alta fidelidad", para recordar a Barry, el que le abrió las puertas al reconocimiento de su histrionismo. Aquel que le permitió calzarse la imagen de antihéroe y disfrutar las mieles de un éxito que no sólo busca ganadores. También tiene un espacio para sus criaturas, más cerca de la realidad que de la supuesta perfección americana. |