| Es claro que Mercedes Sosa eligió no quedarse en la comodidad de su inigualable voz. La puso al servicio de la inteligencia del oyente con firme decisión ideológica y estética, una dificultosa senda de amor y compromiso. En 1999, UNICEF la designó Embajadora de Buena Voluntad para América Latina y el Caribe. Al año siguiente, concretó un proyecto largamente anhelado de interpretar y grabar la "Misa Criolla", obra cumbre del folclore argentino con la que cosechó el Grammy Latino Mejor Interpretación. Después, serios problemas de salud la forzaron al silencio. En septiembre del año pasado volvió al disco con "Corazón libre", lo último de esta enorme cantante nacida el 9 de julio del 35, que debutó en LV12 de Tucumán, con el seudónimo de Gladys Osorio. Tucumana de pies a cabeza, en la fuerza, los tiempos verbales, la calidez, la tonada. "Son muchos años, muchos años, muchos... Yo me casé con (Manuel Oscar Matus) el papá de Fabián porque las letras de (Armando) Tejada Gómez eran maravillosas y la música de Matus también. Yo no me hubiera unido a él porque tenía para casarme un 10 de julio con un hombre muy rico de ascendencia judía. Sin embargo, elegí a mi esposo que era muy pobre, artista, buen compositor, casualmente por la música y por los textos de Armando. De ahí comenzó, creo, mi condición de elegir las letras y Matus me enseñó los acordes, unos y otros, que eran tan bellos...". Mercedes habla en primera persona del singular. Cuenta y se cuenta tranquila. Entreteje voces amadas, lejanas ya, de tantos días andados, de Fabián, sus hermanos y sobrinos, los pocos amigos... La suya propia. En un sello independiente, Matus editó el primer disco de "La Negra": "Canciones con fundamento". Empezaba 1965 cuando realizó su primera actuación en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín, invitada por la generosidad de Jorge Cafrune. "Ese fue el sino de mi línea de trabajo como cantante. Eso es... ahora estoy estudiando una obra de Yamandú Palacios, compositor y cantante de Uruguay, llamada 'Los boliches' que grabó (Alfredo) Zitarroza, maravilloso... Y después estoy cantando 'Fronteras', canción de Alejandro Lerner. Y para hacer en el Teatro Colón (el 25 setiembre), voy a empezar a estudiar mañana (jueves 15-6) 'Pavana para una infante difunta' de (Maurice) Ravel, que grabé con Lito Vitale en el año 95... Grabamos todos. 'Una furtiva lágrima', Víctor Heredia; otra cosa en francés (Après un rêve) hizo la chica Mihanovich...", dice. -Sandra. Hermosa. Cantó maravillosamente bien (Dank sei Dir, Herr) de (Georg Friedrich) Haendel, en alemán, Jairo. Fue un disco magnífico que no tuvo la suerte que debería haber tenido. Todos cantamos gratis, para Lito, ahí "La memoria del tiempo" se llama esta selección de fragmentos de música clásica que Vitale arregló e interpretó con las voces de Mercedes, Jairo, Sandra, Litto Nebbia, Juan Carlos Baglietto. -¿Ese criterio con el que sigue seleccionando las obras, ¿cómo se lleva con el mercado discográfico que considera la obra musical como producto? -Nosotros tenemos la suerte de contar con (FM 98.7, Radio Nacional) la "Folclórica", que dirige Marcelo Simón. Reconforta saber que allí nos difunden. Hay una gran cantidad de compositores jóvenes muy buenos y cantantes, mujeres y hombres maravillosos; conjuntos... Estamos en un momento muy particular de nuestro folclore con tantas personas en Cosquín. El año pasado fue un éxito y éste también y el que va a venir va a ser igual porque llevan a (Alejandro) Dolina con sus cosas y gente que canta con él, por ejemplo. Es muy valioso lo que está pasando en el país respecto al folclore que cuenta ahora con la juventud, la juventud universitaria que se ha acercado y mucho. -Como en los años sesenta y setenta, ¿recuerda? -Sí, pero estábamos muy subyugados con la poesía de Violeta Parra y Patricio Manns, que era muy fuerte. Nunca han sido las canciones argentinas con tanta fiereza como la que tenían las chilenas. Aunque nosotros hemos pasado mucho sufrimiento; también los músicos, los actores, los escritores. Hace poco estuve cantando para Haroldo Conti, cuando se cumplieron treinta años de su desaparición. -¿Por qué los jóvenes están volviendo a la música folclórica? -Porque están entrando a tallar jóvenes compositores. Tallan muy fuerte, le digo... Buenos autores (levanta el volumen de su voz), buenos guitarristas, mejores poetas. Es gente de no tomar tanto alcohol como tomábamos nosotros, que éramos de beber. Recuerdo que una vez mi suegra me dijo: "Toman mucho ustedes, los folcloristas...". Sí, sí, le contesté. -Parecía parte del folclore. -Parte, sí (ríe Mercedes). El que no tomaba, decíamos, no componía bien (vuelve a reír). Ahora la gente se cuida más, los chicos comen con gaseosa o toman sólo un vaso de vino. Tengo mis sobrinos (Coqui y Claudio) que no beben alcohol, nunca los he visto borrachos, a ninguno de los dos. Al otro que está en Tucumán (Adrián), lo mismo, no es de tomar. -Además, tienen formación musical, han estudiado mucho, tocan más de un instrumento. -Han egresado de universidades o escuelas superiores de música, vienen con la música de niños, todos. Ha estado la tía sembrando ahí; sembraba plata y sembraba música, ¿comprende? Y mis hermanos, que son muy buena gente, han sabido educarlos para que estudien. Claudio se ha formado en Monteros, después perteneció al coro de la ciudad de Tucumán. -Volvamos al material que eligió para su último disco y el que está seleccionando ahora. -Mañana vamos a comenzar a estudiar con Popi (Spatocco, tecladista y arreglador) la "Pavana..." que grabé con Lito, como le dije. Yo me olvidé, la canté hace once años. No tengo letra, haré todo a boca cerrada al principio y después agregaremos las vocales fáciles, luego las difíciles; luego debo aprender con mi profesora de canto (Carmela Giuliano) cómo voy a resolver una parte que no me gustó cuando la grabé, la escuché y no me quedé conforme. Tengo que hacerla de otra manera, bueno, trabajando. -Cualquiera diría que con su enorme trayectoria hay cuestiones que ya no se modifican. Sin embargo sigue puliendo el material, modificándose usted misma. -No hay nadie más dura para juzgarme que yo. Más inflexible que nadie soy yo. Por ejemplo, el último disco "Corazón libre" le gusta a la gente más que a mí. Porque lo he hecho de un modo que antes no usé para grabar. Grabé sobre la pista de los músicos. Yo estuve muy enferma del estómago. Me intoxiqué, ¿sabe con qué? Con maní. Hay que tener mucho cuidado porque si no es fresco, puede dañar. Grabé la primera obra de Nahuel ("Y la milonga lo sabe") y fuimos a festejar el cumpleaños de un amigo, comí dos porciones de pizza y un tazón de maní. Bueno... fue una enfermedad en el estómago gravísima. Cuando me curo de ella, me caigo tres veces acá, en el baño de casa, y la última ya fue grande; me dijo el doctor que un poquito más y hubiera pasado algo grave. -Mientras tanto los músicos grabaron sus partes. -Sí, "Tonada del viejo amor". Eduardo Falú, después, que no vino a cantar conmigo cuando presenté el disco en el teatro Gran Rex, 23 y 24 de mayo, (Luis) Salinas, a quien no conozco personalmente. Y luego, Alberto Rojo dejó grabadas la "Chacarera del fuego" y la "Zamba de Argamonte" y se fue para Michigan. Yo grabé todo con las pistas y con (Jorge) Giuliano, el guitarrista que me acompaña ahora. Usted sabe, es distinto porque estaba acostumbrada a otra cosa... El calor que tienen mis discos es porque grabo con ellos, todos juntos. Eso cambia cuando se canta sobre pistas. -¿Diría que falta la temperatura del contacto con sus compañeros? -Falta esa temperatura. Realmente. FICHA TECNICA Corazón libre " Los niños de nuestro olvido: de René Vargas Vera y Víctor Heredia; guitarra, Jorge Giuliano; Javier Casalla en violín. " El olvidau: música y letra de Duende Garnica; guitarra y voz, Luis Salinas; Giuliano en guitarra; bombo, cajón peruano, Chango Farías Gómez. " Cantor del obraje: del Cuchi Leguizamón y Manuel Castilla; guitarra, bombo y dúo vocal, Farías Gómez; Norberto Córdoba en bajo. " Sólo pa' bailarla: música y letra de Demi Carabajal; guitarra, Giuliano; violín, Casalla; bombos legüeros, maderas y semillas, Facundo Guevara; el Chango en bombo. " País: música y voz de Coqui Sosa, letra, Pablo Dumit; guitarra, Giuliano; cajón peruano, maracas y crótalos, Guevara. " Chacarera del fuego: música, letra, guitarra y arreglos, Alberto Rojo. " Tonada del viejo amor: música, guitarra y dúo vocal, Eduardo Falú; letra de Jaime Dávalos; el bajo acústico es de Córdoba. " Como flor del campo: música y letra de Raúl Carnota; guitarra, Giuliano; Farías Gómez, bombo. " Zamba de Argamonte: también de Leguizamón y Castilla; guitarra y dúo vocal, Alberto Rojo; el Chango en bombo. " Sufrida tierra: de Motta Luna y Sergio Luna-Bebe Ponti en la letra; Giuliano en guitarra; Casalla, violín; bombo, Farías Gómez. " Tonada del otoño: de Damián Sánchez y Jorge Sosa; voz, Pocho Sosa; Oscar Puebla, guitarra. " La canción es urgente: música y letra de Teresa Parodi; guitarra, Giuliano; udu, chaschas, escobillas, semillas y platos, Guevara. " Lapachos en primavera: música y letra de Marcelo Perea; Giuliano en guitarra. " Corazón libre: de Rafael Amor; guitarra, Giuliano; tumbadoras, bombo, cajón peruano, semillas, maracas y platos, Facundo Guevara. " Y la milonga lo sabe: letra y música de Nahuel; Jorge Giuliano en guitarra. La edición internacional incluye: " Todo cambia: de Julio Numhauser; guitarra, Giuliano; Farías Gómez, cajón. Todo el compacto fue producido artísticamente por el Chango. |