Traccionadas por las inversiones desde el sector oficial, la construcción continúa en alza junto al Nahuel Huapi. Si bien el crecimiento no es tan explosivo como el que motivó el turismo, desde 2002 a 2006, la construcción de viviendas para la clase media alta no se ha detenido y también hay numerosos proyectos de viviendas sociales.
Desde el sector oficial la inmensa mayoría de las obras son financiadas con recursos del Estado Nacional. Entre ellas se destacan las 645 viviendas aledañas al ex barrio 34 Hectáreas y también las mejoras en calles y avenidas, entre las que se incluye la ruta al Llao Llao, que aun no comenzó.
Otra obra muy importante para Bariloche es la construcción de la futura sede andina de la Universidad Nacional de Río Negro, que permitirá no sólo modificar el mapa de la educación terciaria sino también el sector este de la ciudad.
Entre las obras en marcha los arquitectos locales destacaron una veintena de edificios que se levantan en el centro de la ciudad. Dos de ellos están orientados al turismo (en Moreno y Rolando y en V.A. O´Connor al 300) pero el resto en su mayoría apunta a viviendas y oficinas. A la vez está por comenzar la obra del shopping Del Turista, en plena calle Mitre, una arteria que también podría ser remodelada, llevando el proyecto más de 10 años. A la espera de comenzar está la obra el Edificio Andorra, en el inicio de la ruta al Llao Llao, y el edificio aledaño al hotel Inacayal, ambos sobre la costa del lago.
Los únicos proyectos demorados son los que tienen vinculación con la hotelería 5 estrellas (como el Hilton y el Faena) y también bajó la construcción de bungalows y cabañas, por la saturación del sector.
"El valor de la tierra y los alquileres siguen el alza, lo que indica a las claras que no hay un freno en el sector", apuntó uno de los arquitectos consultados. Se mostró optimista en que se apruebe la futura ley de entidades financieras, que permitiría generar inversiones hacia el sector de la construcción y la producción.
El barrio Belgrano y la calle Salta son un buen reflejo del auge de la construcción, en el segmento de departamentos para una familia de ingresos medios o altos. Al no haber terrenos baldíos en el sector, las empresas inversoras adquieren la tierra con la vivienda, que demuelen, para construir edificios de hasta 4 pisos, el máximo permitido en el área.