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Domingo 11 de Noviembre de 2007
 
 
 
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  QUIEN MEJOR LO CONOCE
  “Es hora de saldar una deuda”
El padre Noceti no sólo investigó largamente sobre su vida, sino el fenómeno social y religioso que representa.
Sostiene que el acto de hoy es para la Iglesia “un emblema de reconciliación con los pueblos originarios”.
 
 

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El padre Ricardo Noceti es una de las personas que más conoce sobre la vida de Ceferino no sólo por haber investigado sobre el hoy beato y haber escrito una biografía sobre él,  “La Sangre de la Tierra”, sino porque él también presencia el fenómeno creciente que se desarrolla en cada agosto para “la semana de la fe” (cuando se festeja el nacimiento del “indiecito milagroso”).
En una sala poblada de imágenes de Ceferino -estampitas, cuadros, medallas y tallas en madera- el cura habla con una paciencia sin límites. En una de las paredes, un Gardel con alas descansa junto a decenas de Ceferinos. Es una pequeña casa ubicada junto a la parroquia de Chimpay, donde desde hace años se alberga la fe.
Dicen acá, que en estas calles - como las de toda pequeña localidad- está poblada de necesidades, pero si hay algo que no le falta es fe, la creencia de que existe un pacto invisible entre ellos y la Divinidad.
“Es una figura atractiva para nuestros pueblo porque la gente lo siente muy cercano tal vez por su humildad su sencillez, su estar siempre a la mano, que forma parte de su espiritualidad. ‘Ceferino, el manso’ lo llamaban sus compañeros. Con él no había barreras, ni problemas para comunicarse. Y después como parte de nuestra historia”.

ARGENTINA PROFUNDA

“La generación del ‘80 tuvo el gran mérito de ser la responsable de la organización del país, pero mirando hacia Europa o hacia los incipientes Estados Unidos y dando la espalda al interior, hacia la Argentina  profunda, a la cual pertenecen también los pueblos originarios. Además fue  una generación beligerantemente anti cristiana en muchos aspectos; recordemos que durante esa época estuvieron cortadas las relaciones  con el Vaticano durante muchos años. Y  pienso que Ceferino es, hoy, la oportunidad de saldar esa deuda que tiene la sociedad con la Argentina profunda, la de los pueblos originarios y con los  valores religiosos -que por otra parte están tan presentes en los pueblos  originarios”.
Agrega: “La gente lo siente como alguien que nos pertenece, que nos pertenece profundamente, que pertenece a nuestra  historia, a nuestra idiosincrasia,  que es de los nuestros”.
Sobre gestos, actos concretos, el padre sostiene “hay innumerable cantidad  de testimonios de todo tipo. Basta ponerse en el Parque, especialmente los  fines de semana cuando pasa tanta gente, y hablar con ellos. Testimonios de  todo tipo, muy interesantes. Hay infinidad de casos de gente que tiene que  agradecerle mucho a Ceferino”.
Dice que “la mayor parte de los casos están vinculados con cuestiones de  salud, aunque hay historias de toda clase. Por ejemplo, recuerdo la de un matrimonio de Neuquén.  El médico les había señalado con claridad que no podían tener hijos. Le dijo: ‘El caso  de usted es muy claro, no como en otros que hay dudas o posibilidades. De  modo que usted no va a poder tener hijos porque tiene un problema congénito.  Así que fíjense si pueden adoptar’. Hicieron una Novena a Ceferino; tiempo después tuvieron tres hijos. Y los tres se llaman Ceferino: el varón y las dos hijas. Es una familia de maestros  de Neuquén”.

   EN CRECIMIENTO

El fenómeno ha ido aumentando  de manera notable año tras año. “Lo observamos hasta visualmente por la cantidad de gente y de autos –señala Noceti–.  Hemos podido hacer una pequeña compulsa estacional entre el verano  pasado y éste a través de la santería, y ha sido  el doble el aumento de peregrinos durante los tres meses de verano”.
El párroco menciona que la familia de Ceferino tenía pensado que él se convirtiera en el escribiente o el lenguaraz de la tribu. Es así que parte a estudiar; lleva una vida cotidiana, sin nada extraordinario. Pero es  justamente ese testimonio de humildad, de entrega por los demás, que lo  convierten en alguien especial.
“Por años su historia permanece en silencio. Y hasta sus restos están a  punto de perderse cuando se los iban a sacar de la humilde tumba en que estaban y ser arrojados al osario común. Hasta que un padre salesiano rescata su historia y sus restos. Desde allí la  historia comienza a expandirse”, sostuvo. Es el comienzo del siglo pasado y a partir de entonces la difusión de su vida cobra cada vez más fuerza.
Y es en Chimpay donde se comienza a realizar las peregrinaciones,  a las cuales asistían muy pocas personas. Hoy el fenómeno parece no tener freno y la beatificación lo ha disparado .
Para cerrar la entrevista,  Noceti indicó con énfasis que se trata, sobre todo,  de “saldar ahora esa deuda con los pueblos originarios. Es sin dudas un emblema de  reconciliación con los pueblos originarios que tenían un profundo respeto  por la tierra”. (S. E)

El proceso de cómo Ceferino se fue convirtiendo en alguien que la gente siente como  propio, como alguien muy vinculado a sus historias, encontró en Noceti el mejor escriba.
“Su  imagen es de  inclusión. Por eso todos se sienten junto a él”, le dijo  a “Río Negro”.
Así lo registra él “En la huella del Evangelio” y “La sangre de la tierra”. En ellos subraya que el Documento de Puebla “nos insta a reconocer los rasgos sufrientes de Cristo en los rostros de indígenas... que viviendo marginados y en situaciones inhumanas pueden ser considerados los más pobres entre los pobres”.

 

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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