Mirta Ñancunao mira lejos y señala que "por allá sembraban el trigo los abuelos, con el que hacían el mote, el ñaco, la comida para todo el año. Ahora son puros pinares, que en realidad son una barrera infranqueable para los mapuches. Junto a los pinos siempre hay un alambrado y por debajo no crece nada".

Unas diez familias dispersas entre los arroyos Rincón y El Foyel, componen la comunidad mapuche Las Huaytekas, quizás los últimos custodios de un cipresal milenario de ocho hectáreas, que para ellos tiene "un valor espiritual muy fuerte".

La conservación del bosque "ha estado ancestralmente regida por nuestra filosofía y espiritualidad, allí tenemos nuestro 'rewe' (altar) donde convergen las fuerzas que emanan de la 'ñuke mapu' (madre tierra) y es allí donde a través de nuestro 'mapudungún' (idioma de la tierra) nos comunicamos con ellas y reafirmamos día a día y año a año nuestro compromiso de cuidado y protección", explica la 'chillkatun' (escribiente) Elisa Ose.

Durante los últimos tres veranos han decidido abrir una feria artesanal emplazada en el paraje, unos 30 kilómetros al norte de El Bolsón, sobre la ruta nacional 40 que une con San Carlos de Bariloche. Está destinada a mostrar a los visitantes nuestra cultura y nuestra vida. También es un espacio para difundir las problemáticas que estamos padeciendo, los avances y retrocesos que tenemos como pueblo", dicen.

Los turistas se muestran curiosos por saber acerca del sentido de los instrumentos musicales que se exhiben, preguntan por la vestimenta, por los bailes rituales.

"Acá les contamos que significa el 'cultrum', la bandera con el azul del cielo, el verde de la 'mapu' (tierra) que pisamos, el rojo de la sangre derramada en tantas batallas y el negro que es positivo y que para nosotros es el más importante", detalla la vocera.

Acomodados en torno al predio aparecen tejidos a telar y a mano, trabajos en cuero, en metales y en piedra, platería y cestera mapuche, literatura y hasta música. Además, podrá probar parte de las comidas tradicionales como el milcao, el catuto, el muday; sin que falten tampoco tortas, tartas, dulces, nueces y hasta un buen corderito patagónico al asador, junto las típicas empanadas de la región. Promediando el verano organizan el tradicional curanto en hoyo, con remembranzas de los abuelos que vinieron de la tierra chilota.

En uno de los puestos, el "cona" (sargento) Rubén se ocupa de explicar con detalles de significado el ciclo de la vida, intentando que su interlocutor comprenda la cosmovisión aborigen y casi siempre logra que se transporte en tiempo y espacio, de manera tal que uno llega a percibir las formas y figuras de las huellas de los animales, la creencia sobre el casamiento y hasta el uso múltiple y variado de las herramientas más rudimentarias.

Al lado, el amor juvenil de Andrea Pilquimán y Daniel Huircapán emerge por todos los poros, mientras venden piezas en telar y platería, orgullosos de su dinastía directa con el legado de los pumas y los cóndores.

Caminatas

Otra de las actividades de los domingos son las caminatas guiadas hasta el cipresal de Las Huaytekas, a través de senderos habilitados para no dañar el bosque, con la premisa de que los excursionistas se compenetren en la vida integral de un bosque andino patagónico y la interrelación permanente que mantiene con el poblador mapuche.

El ciprés de Las Huaytekas "es un árbol milenario, que tarda muchísimo en crecer y a diferencia del otro ciprés se desarrolla en condiciones muy particulares. Ello ha hecho que prácticamente esté extinguido. Para nosotros tiene un significado muy especial", detalla convencido un adolescente con el orgullo de asistir a la escuela 150, la única experiencia de interculturalidad en la provincia de Río Negro.

"Este bosque tiene unas ocho hectáreas y nos cuesta mucho luchar contra el criterio de reemplazar las nativas por pinos, que solo tienen un objetivo comercial. Desde hace tiempo pensamos en algn proyecto que nos permita frenar esa invasión", completa Elisa Ose.

Pendiente

Cuentan los mayores, que en aquella época, "al igual que los demás pobladores, la familia subsistía con la cría de animales y la agricultura familiar. Compartían las invernadas y veranadas. Realizaban el intercambio de productos entre los vecinos y en otros lugares, como llevar el trigo en carros tirado por bueyes hasta Mamuel Choike, de donde traían sal de las salinas", relata una mujer añosa e integrante del Consejo de Ancianos.

A criterio de uno de los referentes, a partir de la década del '70, "las políticas de sometimiento y atropello del gobierno no sólo fueron alterando la forma de vida comunitaria, sino que además fueron deteriorando el paisaje natural".

Confiesa enseguida que "todavía no tenemos regularizada la cuestión territorial, todos tenemos algún conflicto pendiente, aunque algunos más urgentes que otros".

Con todo, se preocupan en preservar con la mayor pureza posible las ceremonias rituales. En junio, por ejemplo, cuando los "huincas" reniegan del crudo invierno, para "nosotros es el 'wiñoy tripantu' (año nuevo) que celebramos en familia, como se hacía antiguamente. Es parte de la tradición milenaria del nuestro pueblo, vuelve el sol, regresa la luz".

Otra de los ritos anuales importantes es el camaruco, espiritual y comunitario, "que hacemos en marzo para levantar las diferentes banderas y agradecer al creador ('Futa Chao') por la vida, por la salud que nos da a todos en general. Es fundamental la presencia de los niños y de los ancianos. Son dos nenas y dos varones, ellos tienen toda la fuerza para poder recibir y rebatir lo malo que aparece, los niños se conectan con la tierra y hacen la conexión entre la mapu y los abuelos. Los ancianos tienen que estar porque ellos poseen toda la sabiduría", precisa la mensajera.

La comunidad esta constituida por dos "huerquén" (mensajero), una "chicaltún" (la que escribe), y el consejo de ancianos. "No tenemos 'lonco' (cacique) porque vemos que aún no se perfila una persona que pueda llegar a tomar esa jerarquía, con todo el sentido que tiene y representa", sentencia.

La feria de Las Huaytekas está declarada de interés social, cultural, comunitario y turístico por la Legislatura rionegrina, al tiempo que la propia comunidad tiene una referencia importante en la vecina escuela 150, desde el año 2005 venimos desarrollando un programa que tiene como propósito proporcionar una formación basada en los principios de la educación intercultural que prepare al alumno a partir del fortalecimiento de su propia identidad".