Uno de los ejemplos más destacados del trabajo cooperativo en la ciudad se dio en la instalación del primer molino eólico en la zona rural próxima al cerro Michacheo. Esta iniciativa, gestionada por la Cooperativa con el apoyo del INTI e INVAP, entre otros organismos, apunta a poner bajo riego una superficie estimada de 350 hectáreas.
"El primer molino ya está en marcha y seguimos trabajando en la gestión de recursos que permitan colocar el resto para de esta forma modificar la matriz productiva de la zona", sostuvo Zambeli.
El proyecto demandará una inversión total que podría rondar entre los 2,5 y 3 millones de dólares y configurará un enorme paso al frente en la situación de numerosos productores locales.
"A esto nos referimos cuando hablamos de transformar la realidad de nuestra localidad, creemos que está todo por hacerse y en este sentido queremos apostar fuerte por el desarrollo de todos los sectores", afirmó.
El otro proyecto destacado es la reactivación de la vieja usina ubicada sobre el arroyo Covunco para comenzar a producir energía y ocupar otro rol en el mercado a nivel nacional.