Ser un semillero de músicos. Ese es el objetivo de la Banda de Música de los Bomberos Voluntarios de Patagones, más conocida como "Los Bomberitos".
El 18 de agosto próximo el proyecto cumplirá tres años. Está dando sus primeros pasos pero ya empezó a abrir puertas y sobre todo demuestra que los adolescentes pueden elegir mejores caminos, siempre y cuando se los ofrezcan.
La masacre de la escuela Islas Malvinas de Patagones disparó más balazos que los que gatilló Junior. En algunos casos inmovilizaron y en otros generaron la necesidad de trasformar el dolor de la muerte en vida.
Y este fue el caso de los Bomberos Voluntarios de Patagones, los mismos que tuvieron la penosa tarea de retirar los cuerpos sin vida de la escuela en un marco de un profundo dolor que también los atravesó. Ofrecer otra alternativa que no fuera el deporte fue la respuesta que surgió a ese gran planteo que dejó la masacre: ¿Qué les pasaba a los chicos, qué necesitaban?
"Prevención, como hacemos con los siniestros. No llegar tarde sino antes del incendio", explicó el presidente de los Bomberos Voluntarios de Patagones, Jorge Valle.
"La formación de una Banda de Música nos pareció que los podía atraer como actividad y de paso darles herramientas de capacitación. Salir a la calle, hacer ruido, a la gente le gusta y esto los hace artistas más allá de la estructura", dijo al recordar que junto con la Asociación Amigos de Patagones comenzaron a golpear puertas con esa idea, logrando apoyos.
Luis Coronel, ex integrante de la Banda de Policía de Río Negro se trasformó en el director y el alma del proyecto.
Con teoría y solfeo, marcando el ritmo con la mano y un único instrumento que era de su propiedad comenzó a llamar la atención de los chicos y sumar interesados.
Luego comenzaron las donaciones y hoy suman 42 instrumentos con la misma cantidad de niños y adolescentes -12 de ellos chicas, y muchas de ellas deben trabajar y suelen tener inconvenientes para los ensayos- que forman parte de la Banda incluidos chicos integrados.
Participan cada vez de más celebraciones locales y de ciudades cercanas que los invitan.
La mayoría son hijos de hogares numerosos impulsados a puro esfuerzo con salarios que no llegan a fin de mes. "Del centro no viene ninguno pero todos son de los barrios incluidos algunos de Viedma que para evitar que deserten por el costo del pasaje se los pagamos pero cuando termina la clase para asegurar la asistencia", advirtió Valle.
Más músicos en las iglesias
Valle admitió que tuvieron algunos contratiempos con la Iglesia, por ejemplo, debiendo modificar los días de ensayo porque los sábados las parroquias requerían la presencia de los niños pero "ahora las misas tienen más músicos", afirma con orgullo el bombero.
Valle destacó el esfuerzo de los padres para que los chicos continúen en la Banda, algunos ya tienen su propio instrumento gracias al sacrificio de muchas mamás que pusieron en esa ilusión hasta el trabajo en el servicio doméstico.
También agradeció el aporte de la Subprefectura de Patagones y de la Fundación Telefónica que permitió adquirir instrumentos de mejor calidad para la capacitación de los chicos que a pesar del poco tiempo ya está dando los frutos: uno de 18 años integrará la Banda de Música de la Policía de Río Negro.
La intención es que esta sea una Banda que marche con coreografías pero el espacio y la capacitación aún no lo permiten.