Son jóvenes y entusiastas. Y desde que recalaron en la ciudad para despuntar su pasión por indagar sobre el mar y sus misterios, el ansia por la investigación los fue ganando y hoy continúan aportándole su conocimiento a la localidad a la que apostaron para desarrollarse como profesionales.
Se trata de un grupo de referentes del Instituto de Biología Marina y Pesquera Almirante Storni (Ibmpas, entidad creada en 1974 para elaborar y desarrollar proyectos de investigación sobre los recursos pesqueros rionegrinos) que día a día trabajan para conocer un poco más acerca de diferentes tópicos y que en el fondo persiguen optimizar el aprovechamiento de las distintas pesquerías, preservarlas o simplemente echar luz sobre las especies y las relaciones que se establecen en ese universo marino que parece insondable.
Es que cada uno abocado a su proyecto particular, aunque también aportando al quehacer conjunto, tanto Matías Ocampo como Alejandra Romero, Alonso Medina y Guillermo Svensen, provenientes de distintos lugares del país, gracias a becas del Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) que obtuvieron por su valía como investigadores le siguen dedicando sus días a descubrir un poco más acerca de la vida que se desarrolla bajo el agua.
A sabiendas del esfuerzo que implica su tarea, sobre todo teniendo en cuenta que no es para nada usual que el estado aporte fondos para desarrollar investigaciones, los jóvenes coincidieron al señalar que "promover una investigación en el mar implica mucha plata, ya que no es un espacio fácilmente accesible como los ambientes terrestres, y como ecosistema es muy difícil de descifrar. Va siendo analizado parcialmente, pero aún así está sometido a permanentes cambios que alteran todas las relaciones que se establecen en él. Por eso, tal vez luego de un esfuerzo de 10 años de trabajo lo descubierto no sirve para explicar lo que ocurre 10 años después, porque cambió una variable (se introdujo una especie, un contaminante, se acrecentó la pesca, cualquier cambio posible) y el medio ambiente marino se convirtió en otra cosa, ya que son impredecibles las relaciones que se dan en él".
Por otro lado, según manifestó Alejandra "recién luego de 1972 nuestro país comenzó a poseer una visión conservacionista, y cobraron impulso las investigaciones".
La joven, licenciada en Ciencias Biológicas con orientación en Recursos Acuáticos, llegó de Bahía Blanca y desde 2006 está desarrollando una investigación sobre la interacción entre los lobos marinos y la pesca.
"La idea es estudiar cuánto compiten por los recursos, porque los que pescan van detrás de las mismas especies de las que se alimentan los lobos, para determinar qué pasaría por ejemplo si la población de estos animales siguiera creciendo, porque tal vez esto podría afectar a la pesca, o desde el otro punto de vista, qué ocurriría con respecto a la disponibilidad de alimento para los lobos si la pesca creciera o incluso se mantuviera al nivel actual, ya que quizá serían ellos los que podrían verse afectados", explicó.
En el caso de Matías, que se recibió de biólogo en la universidad de Córdoba y recientemente obtuvo su doctorado, desde 2005 está realizando una evaluación pesquera sobre la merluza, tratando de integrar dos enfoques.
"El tradicional, que es el estudio de esta especie ´blanco´ de nuestra pesquería (ya que es la que se encuentra en mayor abundancia y más mercado tiene) evaluando la salud de su población para ver cómo es afectada por la pesca, y analizando distintas cuestiones biológicas para que a través de modelos matemáticos podamos establecer cómo se comportaría la merluza en distintos escenarios posibles y por otra parte ver como la explotación sobre esta especie afecta a otras que están relacionadas a ella, y al resto de los componentes del ecosistema", señaló.
Guillermo, por su parte, obtuvo en Puerto Madryn su licenciatura en Biología y en 2008, luego de haber puesto en marcha proyectos vinculados a la ballena franca austral y al delfín nariz de botella, comenzó a realizar relevamientos que incluyeron a la totalidad de los mamíferos marinos que habitan en el Golfo, tratando de determinar su distribución y el uso que realizan del hábitat. "Básicamente realizo salidas en embarcaciones para registrar posiciones de manadas", explicó el licenciado.
Mientras que Alonso Medina, licenciado en Genética Evolutiva llegado de Misiones, trata de determinar junto a Andrea Roche si una variedad de caracoles marinos que fueron identificados bajo una sola especie en realidad pertenecen a dos distintas.
"Inicialmente hasta tenían nombres diferentes, pero un taxónomo determinó que eran lo mismo, aunque existen indicios de que podría tratarse de especies diferenciadas", precisó.