El siete de julio de 2010 será una fecha marcada a fuego para los sanmartinenses. La tragedia en la Ruta 234 no sólo se llevó a quien fuera tres veces intendenta de la ciudad, sino que además cegó la vida de una mujer que en la curva de su madurez personal y política había aprendido a combinar fortaleza de carácter con tolerancia, firmeza de convicciones con capacidad de cambio si el cambio resultaba inteligente.
Luz María Sapag dejó de existir en el hospital de San Martín de los Andes por las múltiples heridas causadas en un accidente de tránsito ocurrido a 20 km, en el que murieron también su secretaria de Desarrollo Humano, Liliana de Roberto, y un vecino conductor del vehículo que colisionó con el de la jefa municipal. Los detalles de aquella terrible jornada y sus crónicas ya son anécdota. Pero lo que Luz dejó entre los vecinos es capital indeleble para la historia política de esta ciudad.
En su último discurso ante el pleno del Deliberante, en oportunidad de la apertura de sesiones de 2010, hay acaso parte de ese material que pone en evidencia la evolución de Luz Sapag como estadista. En particular porque esas ideas fueron luego plasmadas en la gestión. Algunas definiciones:
? "Para dar respuestas a la comunidad, el municipio debe ser dinámico, abierto, flexible, receptivo, participativo, orientativo, donde la comunicación y la transparencia sean valores incorporados".
? "El esquema de estructuras rígidas mantenido casi sin modificaciones, incapaz de adaptarse a las condiciones cambiantes de la realidad, ha limitado o impedido que las comunas pudieran responder a las necesidades de su pueblo".
? "La ciudad crece con nosotros, con obras que nos albergan y nos contienen, con su infraestructura de servicios y su identidad física. Por eso necesita de procesos de planificación y planeamiento que nos permitan seguir un hilo conductor de crecimiento sin perder de vista ni poner bajo amenaza lo que queremos preservar, como el ambiente, los recursos naturales y criterios básicos de sustentabilidad e identidad".
? "Para poder afrontar todos estos desafíos debemos ser cada vez más profesionales sin perder el contacto con la gente y con el día a día. Es la única manera de multiplicar nuestra capacidad de dar soluciones y encontrar respuestas".
? "Debemos ser cada día mejores administradores de lo nuestro, más responsables y eficientes, para maximizar nuestras posibilidades y optimizar nuestros recursos, incluso el humano".
? "Los cambios en la estructura de la familia en muchos aspectos han dejado espacios vacíos que, como Estado, muchas veces debemos salir rápidamente a subsanar. Pero la asistencia por si misma no puede ser el eje de la acción que persigue el desarrollo de una comunidad y de su gente".
Textos: Fernando Bravo
Fotos: Patricio Rodríguez