Por Darío Mastrosimone,
el nuevo pintor de la ciudad Hace un año llegamos a San Martín de los Andes (en Enero del año pasado), y todavía no se me pasa el enamoramiento con este lugar, para mi sigue siendo un pedazo de cielo que Dios se olvido en la tierra.
El cambio a esta ciudad fue muchísimo más que una mudanza, fue un cambio de vida, el cual incluyó a toda la familia dejando atrás no solo a Buenos Aires y a una profesión consolidada sino también costumbres y apuros que logran resquebrajar una familia.
La decisión de semejante cambio nunca es fácil y creo que solo es posible cuando la familia cercana tira parejo. Solo tenía dos certezas, que el cambio era motivado por la fe y que venía a vivir de la pintura (imagínense los comentarios de mi decisión en Bs.As.)
Pintar es sin duda mi pasión, esas pasiones de las que uno nunca habla ya que es difícil de compartir. Despierta en mi un anhelo de trascendencia (del que a menudo nada sabemos por el ajetreo diario).
San Martín de los Andes es el marco ideal para buscar este cambio de vida, estos paisajes son los disparadores que motivan mi nueva obra.
Así, unos cuantos caballos, algunos bueyes, pocas ovejas y algunos nativos de estas tierras, pasan a ser el centro de atención de todas aquellas cosas que no sé expresar con palabras.
La lucha comienza con el lienzo en blanco y allí deja de tener importancia si son caballos, flores, gauchos o jarrones; es la belleza, la fuerza, la inmensidad, la pureza, la paz, o la alegría, lo que se dice, lo que queda, lo que perdura.
Es increíble el cambio en mis telas desde mi mudanza al sur, abstraído por un paisaje totalmente diferente donde mi vida transcurre rodeado de mis afectos familiares con más tiempo para el compartir y el contemplar.
Este vuelco radical me lanza tras la búsqueda de nuevas formas y colores hecha de la observación directa y al mismo tiempo de intima sensibilidad que cambia literalmente mi actitud frente a la vida.
La técnica que utilizo es óleo aplicado con espátula sobre soporte de tela. El óleo es aplicado con espatuladas sueltas y colores puros, el dibujo desaparece a favor de las manchas de color que abocetean la figura. Así el juego se da en la retina del ojo que mezcla los colores apreciando la obra a la lejanía. Soy impresionista por eso mis motivos favoritos son los paisajes y las figuras, pero el sello definitivo de mi obra es la luz y el color junto con la carga del óleo en la espátula, por eso mis cuadros poseen una textura tanto visual como táctil.
Soy corto de palabras por eso con la pintura logre encontrar mi propio idioma.
Seguramente en mis obras no van a encontrar una técnica perfecta, ni una total armonía de colores, ni las proporciones de los realistas, pero si van a encontrar sinceridad y un disfrute total en cada espatulada. Sinceridad por que uno vuelca todo para hacerlo lo mejor posible, ante una obra no se puede mentir cuando uno está solo con el lienzo vacío no se lo puede engañar. La sinceridad hacia uno mismo y como artista termina siendo la condición inderogable para asegurar la validez de la obra.
Por eso se transforma en un principio conductor en mi vida, porque es mucho más que un principio estético; es la salvaguardia de toda una serie de valores, salidos de mi experiencia de vida.
Los frutos de la pintura que hoy se pueden apreciar es la lucha por la coherencia misma de la búsqueda, no de la sensibilidad puramente estética, sino el reflejo de una vida en el espíritu, donde prima una vocación opuestamente concebida a lo material de un mundo continuamente en crisis.
Tal vez en definitiva lo que uno vuelca en cada obra es lo que siente al hacerla y yo sinceramente me siento completo cuando pinto, me siento sincero al hacer lo que creo que Dios quiere que esté haciendo.
recuadritos
Datos Personales
Dario Mastrosimone nace en Buenos Aires el 2 de octubre de 1964, hijo único de una familia con tradiciones típicamente italianas.
Por su carácter tímido y retraído de chico se encerró en preferir dibujar o pintar a las actividades que requerían de algún otro tipo de destreza física.
Realiza sus estudios en la Escuela Nacional de Profesorado Mariano Acosta, luego en la Universidad de Buenos Aires en la Facultad de Ciencias Económicas se recibe como Contador Público Nacional.
Pero a pesar de realizar una carrera profesional exitosa como contador no puede dejar su vieja pasión por la pintura.
Es por eso que luego de una crisis personal profunda a pesar de haber concretado la primera mitad de su vida como profesional en Ciencias Económicas, decide retomar sus estudios de pintura con el reconocido acuarelista Daniel Salaverría que le dio sus primeras armas. Mas tarde estudia con Natalio Galluzzi, pero a quien le debe el espíritu de sus obras es a Georg Miciu-Nicolaevici.
Él es quien lo motiva en el uso de la espátula y el manejo de la luz, lo influencia en los motivos y la espiritualidad de la obra.
Desde enero de 2008 se radicó en San Martín de los Andes Pcia. de Neuquen desde donde comienza una nueva vida junto a su familia dedicándose de pleno a la pintura, rodeado del paisaje que Dios regala como inspiración para sus obras.
Descripción de la Obra
La influencia de Georg Miciu en innegable en la obra de Dario Mastrosimone. La temática que asume son escenas típicas de nuestra zona, prevaleciendo, cabalgatas, caballos, domas, arreos, escenas gauchescas y demás actividades autóctonas.
En ellas se observa la búsqueda de la luz y el color con espatuladas rápidas que anhelan captar solo un instante de la vida diaria en la Patagonia Argentina.
Prevalecen las figuras como eje central de las obras pasando en un total segundo plano los paisajes o los fondos.
Se intentan evitar los detalles superfluos intentando lograr una obra fresca y con gran movimiento.
Crítica de la Obra
por Georg Miciu-Nicolaevici
Con un pensamiento paralelo y casi parafraseando los primeras palabras de Tolstoi, en su obra "Resurrección", se me ocurre que:
"A pesar de que a través de cientos; de miles de años se han esmerado en desfigurar el sentimiento benigno dentro del hombre: tapando la verdad con ignorancias, destruyendo todo vestigio de frescura natural, cortando inspiraciones, eliminando talentos, polucionando con vanidades... a pesar de ello la naturaleza siguió siendo la naturaleza aun para la sociedad mas deshumanizada... "
Yo doy gracias al Creador por que siempre se reservó a individuos que tomaron a esa naturaleza como patrón de medida para establecer lo que es bueno, amable y armonioso.
Hay emociones y sentimientos que surgen de momentos de la vida natural y cotidiana que tocan a todo hombre sensible.
Hay quienes desarrollaron el oficio para revivir, en diversos grados de intensidad, esos momentos...
Y aquí estoy hablando de Dario Mastrosimone quien, haciendo caso omiso al "establishment", procura este objetivo; sobrevolando "quichismos" en boga,
que confunden a los ignorantes y que tanto daño hacen (metiendo a todos por igual en la misma bolsa) a quienes, como este artista, continua con su meta, hasta llegar a la excelencia que caracterizó a los hoy día reconocidos maestros.