En este nuevo aniversario de la ciudad existen muchísimas opciones a destacar, como la creciente oferta de productos turísticos, el nivel de los servicios o la belleza de sus paisajes. Pero una sociedad no crece hondo hacia adentro si no es solidaria, si no se preocupa por sus vecinos, si no participa. Por eso el diario Río Negro quiso compartir en este cumpleaños tres historias, entre otras tantas, de vecinos que se preocupan por algunos sectores desprotegidos en esta comunidad y actúan con decisión y amor en busca de mejorar la vida cotidiana de ellos. Son muchos los que trabajan activamente y varios más los que responden ante un evento solidario para buscar fondos en pos de realizar una buena obra. Estas líneas van para que en este nuevo año sean aún más.

HOGAR PARA CHICOS EN SITUACIONES DE RIESGO

La posibilidad de cambio en la historia de unas sesenta niñas y adolescentes de San Martín de los Andes que se encuentran en situaciones de riesgo o que viven en distintos parajes, alejadas de la ciudad, sin tener cubiertas sus mínimas necesidades desde el Estado, se sostiene y estimula por diversas historias de amor, compromiso y entrega de un grupo de religiosas, de vecinos de la ciudad y de algunos voluntarios italianos que estuvieron viviendo en la localidad para construirles su lugar, llamado “Hogar Nuevo Nazareth”.
Se trata de la labor cotidiana que desarrolla hace años en la ciudad la congregación italiana “Pequeñas hermanas de la Sagrada Familia”, que sostiene el reconocido Hogar Laura Vicuña, donde alojan a 32 niñas en edad de asistir a la escuela primaria y que viven distintas situaciones de riesgo.
En el Hogar duermen, comen, reciben el estímulo para estudiar y cuentan con apoyo de psicólogos, psicopedagogos y médicos de la ciudad que hacen su trabajo ad honórem.
La hermana superiora Marta Galatro agrega: “También les podemos mostrar que hay otros valores, que existe otro estilo de vida para pensar en construir una familia”.
 Y la demanda de muchas adolescentes que viven en parajes rurales produjo la necesidad de apostar a la continuidad en el apoyo para que puedan estudiar, ahora el secundario.
Así surgió el proyecto de construir el Hogar Nuevo Nazareth, flamantemente inaugurado tras la mano de obra puesta a disposición por italianos pertenecientes al grupo de voluntarios Grimm, quienes viajan por todo el mundo, principalmente a países pobres, aportando sus conocimientos y poniendo sus capacidades de trabajo para realizar estas obras (ver foto).
Las hermanas escribieron a este grupo pidiendo ayuda y la respuesta fue positiva. Los materiales fueron comprados gracias a donaciones de extranjeros pero también de residentes de la localidad, así como la dirección de obra. El lugar construido tiene el potencial para alojar a 32 adolescentes.
Pero las necesidades no terminan aquí. El antiguo edificio del Hogar Laura Vicuña requiere una reestructuración urgente en varios sentidos para mantenerlo confortable y seguro para las niñas: electricidad, calefacción y techo, son las principales prioridades.
Para sintetizar los motivos de este compromiso de todos los días, la hermana superiora Marta Galatro explica: “Para nosotros no es un trabajo sino una misión; es que al consagrarnos a Dios nos consagramos a nuestros hermanos, al servicio de los más necesitados, en todo caso las niñas y adolescentes en riesgo que no tienen cubiertas sus necesidades en la ciudad”.

UN TIERNO ABRAZO

El grupo El Abrazo trabaja sobre tres ejes fundamentales: visibilizar el problema de la adicción a drogas en niños y adolescentes que se ve a diario en las escuelas y en los barrios para buscar una reacción frente a esta realidad; correr la mirada del niño o joven adicto como peligroso, delincuente u obstáculo para la sana convivencia, poniéndolo en un lugar que nos permita como comunidad entender que estos “chicos problema” son producto de lo que “nosotros como sociedad, los adultos, hacemos con los niños y adolescentes”; y por último, trabajar en acciones concretas para abordar el problema de adicción.
Son muchos profesionales de distintos ámbitos de la salud o la educación, ex adictos o familiares quienes conforman el grupo El Abrazo en San Martín de los Andes, adheridos al programa ASER, con sede en Neuquén, y que trabaja en la recuperación de niños y adolescentes de la ciudad adictos a drogas o alcohol.
Pero esencialmente son tres los conductores, respetados y queridos por todo el grupo a causa de su fuerte compromiso: Marcela Dagnino, César Maza y Mirta Larroquette.
Su dedicación y esfuerzo produjo que desde hace unos años esta iniciativa tomara forma y un pequeño lugar donde pueden realizar tareas durante el día, como atender a los chicos que se presentan con ganas de cambiar, realizar entrevistas o tratamientos, así como recibir todos los jueves por la tarde en la esquina de Weber y Moreno al grupo de padres.
Pero, según nos cuentan, el problema de la adicción en San Martín de los Andes y Junín de los Andes crece, sobre todo “el alcoholismo en los jóvenes, que es la puerta que abre el acceso a otras drogas”, explica César, y continúa: “El problema mayor que tenemos hoy es la gran demanda de chicos que llegan con necesidad de internación para lograr una verdadera recuperación y que no podemos atender por no tener un lugar donde hacerlo y que tenemos que derivar a Neuquén con el agravante estado de desarraigo que provoca”.
El grupo El Abrazo realizó ya gestiones por una tierra o una vivienda para instalar la comunidad terapéutica y esperan la confirmación del gobierno municipal para avanzar en este sentido.
Mientras tanto, continúan con los tratamientos de día, con el plan comunitario barrial para que las juntas vecinales funcionen como centro de detección de demandas y con capacitación para operadores socioterapéuticos de comunidades terapéuticos.

POR UNA CIUDAD ACCESIBLE

La Comisión Asesora para la Eliminación de Barreras (CAEB) funciona desde hace años en esta ciudad, con la participación de numerosas instituciones, a fin de buscar una ciudad amena y accesible, que respete los derechos de todos, en especial los de los discapacitados. Realiza campañas de difusión y concientización en la búsqueda de cambios de actitudes, y asesora y estimula la eliminación de barreras arquitectónicas y de transporte.
Trabaja prácticamente sin fondos y con el esfuerzo de cada uno de sus integrantes para desarrollar su cronograma de tareas. Entre todas las barreras “la más difícil de levantar es la cultural, la de los temores a lo diferente” explican, y para ello la CAEB elaboró una original campaña que está saliendo en las radios locales trabajando temas que permiten reflexionar sobre esto pero desde el humor.
Hubo muchos avances en la ciudad: la página web de turismo incluye circuitos para personas con discapacidades, una ley indica que los establecimientos hoteleros deben tener habitaciones aptas para todos y más comerciantes, lentamente, realizan acciones para que puedan acceder a sus locales las personas discapacitadas.
Entre las acciones de concientización realizadas se recuerdan varias pero sobre todo aquella que reunió durante todo un sábado a niños y grandes, con o sin discapacidades, a pintar de amarillo todos juntos las rampas y los lugares de estacionamiento para autos conducidos por personas con discapacidades motoras.
Entre las instituciones que participan de la CAEB se encuentran la Municipalidad, el Parque Nacional Lanín, la Asociación Nueva Esperanza, el CIEDE, la AUSMA, Puentes de Luz y otros.