Libertad 2100 es la dirección de la "casita" de la Fundación Ninquihué en Roca. Pero también es aquello que define el diccionario como el "estado de la persona que no está sujeta a la voluntad de otra". Y ésta, sin dudas, es la búsqueda inagotable de todos los que allí trabajan para proteger, fortalecer y contener a los chicos más necesitados de la ciudad.
Por ello, al trabajo de siempre -brindar cariño y afecto, asegurar comida, reparo ante el calor o el frío, facilitar ropa, traslado a la escuela y ayuda en los deberes y estudios, además de la enseñanza de medidas básicas de higiene y modales- ahora intentan sumar más talleres para que los chicos que allí concurren de lunes a viernes tengan una formación más integral y dinámica, tanto en lo cultural como en lo social y lo deportivo. A los ya clásicos talleres de cerámica, manchas en tinta china y ajedrez ahora se sumó uno dictado por la fotógrafa de nuestro diario Verónica Roig, quien hace tres meses llegó a este lugar con el propósito de compartir su cámara profesional y todo su saber.
Armar un espacio de integración y pretender el desarrollo de la identidad y de la expresión artística de una decena de chicos de muy bajos recursos quedó en claro de entrada tanto para la fotógrafa como para los responsables de esta ONG, una de las pocas -por no decir la única- que no sólo conoce y habla de los derechos de la infancia sino que hace algo concreto por ellos.
La inclusión social a través del arte es una herramienta que desde hace años se aplica con total éxito en nuestro país, sabe Roig -igual que los otros talleristas de Ninquihué-, quien en esta doble página revela las fotos que los chicos se sacaron entre ellos, una vez por semana, desde junio último, a partir de los mínimos conocimientos que les impartió. Las instantáneas, una vez más, evidencian la fresca mirada de los chicos y su permanente búsqueda de horizontes amigables para ver y vivir.
Ninquihué funciona desde 1996 y desde entonces trabaja con chicos y jóvenes en riesgo. Desde el 2004 el objetivo principal de la fundación es el acompañamiento de los niños en situación de riesgo social. Nilda Martinángeli -vicedirectora de la ONG- explica la actualidad de la "casita": "Éste es un hogar diurno. No duermen en el hogar porque casi todos tienen familia o algún referente familiar, o sea que todos vuelven a su hogar. Esto es como una casa grande que atiende ahora a 22 niños -que tienen entre 6 y 14 años-. Hemos tenido más".
Define a Ninquihué como un espacio de "puertas abiertas", por lo que suele recibir la visita de colaboradores o voluntarios. En el lugar trabajan regularmente seis operadores y dos asistentes sociales. Actualmente el hogar se sostiene con donaciones de empresas y particulares.
"Éste es un hogar de acuerdos. Yo digo que somos amigos, nosotros con los chicos y con sus padres o mayores. Hacemos acuerdos, les ofrecemos el lugar a cambio de que los nenes vayan a la escuela. Nuestra meta es que estén escolarizados y que todos terminen la escuela primaria y secundaria.
Se puede negociar cualquier cosa menos la falta de estudio. En esto estamos -dice Nilda-. Eso sí, cuanta más ayuda recibamos de la sociedad mejor haremos nuestro trabajo con los chicos que más lo necesitan, hoy, aquí", concluye.
Más información: Reconocimiento a una ong de Roca (25/10/08)
“Objetivo 2006 cumplido” (06/01/07)
Los chicos conocieron otras realidades (02/12/06)
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