| | | | | | | EXPERIENCIAS DE DIVERSIFICACIÓN | VIDES | | Nada más lindo que trabajar la tierra | | La gran crisis de los ‘80 arrasó con los productores de uvas y con la mayoría de las bodegas de la zona. Sin embargo, hay quienes persisten. Néstor Paulisich es uno de ellos y lo explica en su emocionante relato. | | | | | | | | | | | | | | No hay vuelta que darle: una chacra es una fábrica a cielo abierto. Y a la intemperie, todo puede pasar. Por ejemplo, me acuerdo cada detalle del día que cayó la pedrada. Eran las seis y media de una mañana de enero y el diluvio venía del norte: cayeron piedras grandes durante diez minutos. Después, como para rematarla, cayeron diez minutos de piedras chicas que venían del sur. Era el verano del 2004. Me senté ahí afuera con el mate y el termo, bajo el techito, y miré cómo caían. Miré cómo me destruían la chacra sin poder hacer nada. Para colmo, tres meses antes, en octubre, había caído una helada que dejó a las plantas muy dañadas, estresadas. Fue difícil sobreponerse. Las autoridades le dieron subsidios a los productores de peras y manzanas afectados, pero no a los de vides. Igual sobreviví, gracias al préstamo de un amigo y el apoyo de mi hermano, poniéndole el lomo. Al final las plantas se recuperaron con aplicaciones de nitrógeno, zinc, fósforo y potasio. En las temporadas que siguieron nos fue bien y pude devolver lo que me prestaron y reinvertir. Esto es así: si tenés ganancia la tenés que reinvertir. En esta chacra de 22 hectáreas producimos uva de mesa. Estamos a 7 kilómetros al este de Roca, cerca del sauce de los milicos. Le dicen así porque en el verano los policías que controlan la Ruta 22 se paran bajo su sombra. Cada vez somos menos los que nos dedicamos a la uva: pocos resistieron la gran crisis de los ‘80. Para que te des una idea, en aquellos tiempos había 18 mil hectáreas sembradas. Hoy hay 3 mil, y de las 50 bodegas que había en la zona quedaron 8. Hoy, si hablamos de uva para vinificar, hay que apuntar a la calidad, a un malbec, un pinot noir, un merlot, un sauvignon. Entre producir 60 mil litros ahí nomás o producir 40 mil con el 95% exportable no hay discusión posible, yo felicito al tipo que apunta a la calidad. Nosotros hacemos nuestro propio vino casero. Ahí atrás tengo todo, la bordelesa de 225 litros y las damajuanas de 30 y 10 litros. En la chacra todo es así: en la quinta tenés verduras de estación, tomate, lechuga, te hacés una ensaladita. O agarrás dos huevos del gallinero, te hacés una tortilla, acompañas con pan casero y listo, comiste. Cuando uno viene de abajo valora cada cosa que tiene. Ahora nos vamos a diversificar. Porque todos los huevos en una misma canasta, nunca más. Estamos preparando dos hectáreas y media de alfalfa para mejorar la tierra. Y a futuro la idea es tener 6 hectáreas de uva de mesa, 7 de uva para vinificar y 8 de frutales.Hace 44 años que estamos en la zona. Mi papá, Rafael (77), primero se ganó la vida como mediero, como se les dice a quienes trabajan la tierra a cambio de un porcentaje de las ganancias. Con lo que ahorró pudo comprar una chacrita en Mainqué. Cuando la vendió se vino para acá, a un terreno de tres hectáreas. Con los años y con mucho esfuerzo, junto a mi mamá María (70) y mi hermano Raúl fuimos sumando el resto de las hectáreas hasta llegar a las 22 que tenemos ahora. Este trabajo tiene mucho de artesanal. Por ejemplo, a los racimos le hacemos la ‘peluquería’ con una tijera de 10 centímetros. O la poda, toda manual. A las plantas las atamos con mimbre, más natural imposible. Otro tema importante es el análisis foliar, para saber cómo está la planta y corregir la falta de nutrientes. Acá hacemos todo con nuestras propias manos. Además de preparar la tierra, el vivero, nivelar, escuadrar, sembrar, cuidar las plantas y cosechar, embalar y comercializar, nos defendemos en mecánica, en carpintería. Con cualquier rezago hacemos una buena herramienta. Y mantenemos las máquinas: ¿ves aquel tractor naranja, bajo el tinglado? Tiene la misma edad que yo: 44. Y sigue dando batalla. La chacra es para disfrutarla. Bajo ese alero jugamos al truco y nos hacemos unos buenos asados para compartirlos con la familia y los amigos, si para eso vivimos, ¿no?” | | | | | | | | | |