No son un grupo numeroso, pero sí uno de los más activos dentro de los deportistas veteranos de Roca. Como el resto de las disciplinas, la gente del handbol se moviliza contra el tiempo, pero también centra sus objetivos en las generaciones futuras.
“Los que conformamos este grupo llevamos más de 30 años con el deporte, toda una vida. ¿Cómo podríamos permitirnos que todo ese tiempo quedara en la nada?”, se pregunta José Sánchez, uno de los referentes del “Maxihandbol”. “Somos un grupo muy reducido, pero muy lindo. Nos complementamos con la gente de Neuquén con la que nos conocemos desde siempre. Juntos vamos a jugar las fechas del circuito nacional”, agrega.
Los veteranos del handbol, a nivel nacional, poseen un calendario anual que se mueve por todo el país, y los mantiene en actividad permanente. El grupo roquense ha podido asistir a gran parte de las fechas y espera el año que viene ser el organizador de una de ellas.
“Entramos en un circuito muy interesante, donde hay una gran camaradería. Nos ha tocado competir en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, San Juan...Ahora estamos apuntando a hacer una fecha acá. Por estos días entrenamos en el polideportivo Gimena López, que es un gimnasio excepcional. Para nosotros ese sería el lugar indicado para albergar la fecha del circuito nacional. Nuestra idea es hacerla entre marzo y abril del año que viene”, se ilusiona el dirigente.
“¿Qué nos preguntan afuera sobre Roca? Uno se transforma en embajador cuando sale de la ciudad. Hay lugares “vedette” como Bariloche, que no necesitan carta de presentación. Pero para el resto del país, decir General Roca es el interior “chico”. Por eso, siempre tratamos de comentar sobre las bondades de la ciudad y sus alrededores cuando salimos a competir”, asegura.
Como en la mayoría de las disciplinas masters, mantenerse en actividad escapa lo meramente deportivo. El cuerpo no es el mismo, pero las ganas están intactas. “Mentalmente seguís siendo un monstruo, pero las piernas no te dan”, bromea Sánchez, quién ya ronda los 50. “Está todo bien, es algo que decanta de manera natural. Sí sería una frustración de que todo quede acá, y no hablo de la dinámicamente deportivo”, afirma.
“Como resultado de todo esto, aspiramos a transformarnos en dirigentes y que las camadas de pibes que vienen detrás (con las escuelas municipales y el CEF hay un buen semillero) tengan su apoyo. El sueño final es armar un club para un espacio propio. Es un proyecto muy lindo que de a poco va madurando. Somos los continuadores de lo que gestó Juan Andreychuk a principios de los ’70”, rememora el dirigente y agrega: “Es un buen momento para volver a trabajar seriamente. El objetivo es poder agrupar una vez y para siempre a toda la familia del handbol”. (W.R.)