El fenómeno de la Liga Seniors de fútbol es una realidad palpable, que ya lleva más de diez años de éxito en Roca.
Lo que comenzó como una inquietud de pocos, rápidamente se transformó en una prórroga para el sueño futbolero de muchos. Poder seguir en actividad y medirse con sus pares defendiendo la camiseta del barrio, es una satisfacción que se renueva domingo a domingo en las canchas de la calle Mendoza.
“La gente a la que le gusta practicar un deporte, difícilmente se resigne a dejarlo por una cuestión de edad”, afirma Carlos Hurstel, dirigente de la agrupación de veteranos. “Esto creció por una necesidad. Los futbolistas que llegaban a los 35 ó 40 años no tenían un espacio para seguir en actividad. Sin duda fue un acierto porque el éxito lo vemos todos los fines de semana. Cuando arrancamos, nunca nos imaginamos el suceso que esto iba a tener”.
La Liga empezó con sólo una cancha y un puñado de equipos. Hoy, en el predio que alquilan cerca de uno de los accesos a Roca, se pudieron trazar tres escenarios, contar con sanitarios, y lo más importante: ya llegan a 42 los equipos, divididos en dos categorías.
“Todo esto se logró con mucho sacrificio. Todos los que de alguna manera integramos esta Liga, tuvimos que hacernos un lugar entre nuestras obligaciones laborales y familiares para que esto crezca”, afirma el dirigente.
Posiblemente el lado negativo de la movida, sea la excesiva competividad que se da en ciertos casos. “Hay algunos que se confunden y lo que menos hacen es ir a divertirse. La pasión, a veces, es mal llevada lamentablemente”.
Los organizadores cuentan con un Tribunal de Disciplina que evalúa, a través del informe de los árbitros, el comportamiento de los jugadores y los penaliza de acuerdo a la falta cometida. “Algunos a veces se les va la pierna, y se olvidan de que son personas grandes y que al otro día hay que ir a trabajar”, se lamenta Hurstel.
ESTIMULO PERMANENTE
La motivación es un tema que no se deja de lado en el torneo. Existen ascensos y descensos y eso mantiene activo el estímulo entre los jugadores. “Suben cuatro y descienden el mismo número. Es una Liga muy competitiva y eso hace que el certamen tenga varios incentivos. Son cerca de 900 jugadores y la intención es que siempre exista algo por qué jugar”.
Otro punto a destacar es que en cada fin de semana en el predio de la Liga, además del gran número de jugadores, se reúne una gran cantidad de espectadores que le ponen un color distinto a las jornadas. “Es muy común encontrar a varias familias que eligen comerse un asado en el predio mientras presencian un partido. Generalmente se da un gran clima fuera de las canchas. Todo es muy familiar”, asegura el dirigente.
Y deja una reflexión final. “Nuestro gran objetivo sigue siendo el mismo: los logros que se cosechan semana a semana, hay que saber mantenerlos. Ese es nuestro principal desafío”. (W.R.)
SU CANCHA ES LA NATURALEZA
Estimulado por diferentes motivos, no es extraño encontrarse con personas de adultez avanzada que se sumergen de lleno en el deporte.
El contacto con la naturaleza generalmente actúa como disparador por excelencia en los atletas de pruebas combinadas.
“Hace ya 20 años que estoy con esto. Nació casi por casualidad y el fin primario fue buscar una mejor capacidad aeróbica. Pero hacer deporte en un entorno natural fue el mayor descubrimiento”, afirma Jorge Ruiz (61 años), firme exponente de un grupo para los que la edad, jamás ha sido un impedimento.
“A los 42 años me compré mi primera bicicleta, nunca había tenido una”, afirma Ruiz, constante animador de toda competencia de pruebas combinadas que se monte en los escenarios naturales de la región.
“Roca fue uno de los pioneros en este tipo de competencia. Me acuerdo que el primer ‘Tetra de la Manzana’ se hizo allá por el ‘89 y con apenas 31 atletas. Y los que superaban los 40 años eran apenas un puñado. Hoy por suerte ya somos muchos más”. (W.R.)
