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Sábado 01 de Septiembre de 2007
 
 
 
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  PANORAMA POLITICO | EL MUNICIPIO EN EL AÑO ELECTORAL
  Obras y gritos en la balanza
¿Soria discrimina a los barrios a la hora de invertir?
El carácter del intendente afecta su imagen pública.
 
 

Oportunista.
Sembrando detrás de cada paso de la gestión una semilla que dará frutos en tiempos electorales.
A la vista de sus detractores, con ese rótulo transita el gobierno roquense este 2007 en el que decidió extender cuatro años su poder en el municipio.
Ese análisis opositor tiene una conclusión, que nace de una pregunta obvia: ¿sobre qué otro terreno caminará el intendente, Carlos Soria, que no sea el más fértil para sus expectativas de cosecha? Y encuentran allí la explicación para tanta atención sobre el centro y tanto desprecio por los barrios.
¿Diagnóstico acertado, verdad a medias o injusticia absoluta? Veamos.
El padrón electoral es una buena herramienta para justificar la teoría del gobierno tendiente a una discriminación que aumenta proporcionalmente a medida que la lupa se aleja de la esquina de Avenida Roca y Tucumán.
Sobre 56.700 roquenses en condiciones de votar, casi 10.000 están radicados dentro del circuito 7, la zona delimitada por las calles San Juan, Alsina, Mendoza y Gadano. Es decir, en el centro.
Ningún otro sector tiene tantos vecinos habilitados para elegir al próximo intendente.
Sumando los circuitos 5 (San Cayetano, Los Olmos, Las Viñas, Los Olivos y Brentana) y 8 (Quintu Panal, Villa Industrial, Don Carlos y 827 Viviendas), geográficamente cercanos al área comercial y con alta proporción de familias de clase media que se referencian a diario con el centro, la lista agrega unas 11.400 personas más.
En síntesis, más de 21.000 electores -el 37 por ciento del padrón-apenas en tres circuitos, sobre 15 que tiene la ciudad.
Sin olvidar el “extra” que aportan las obras para la imagen positiva del gobierno entre los que viven en la periferia pero trabajan o estudian en el núcleo comercial, no hay mucho margen para diversificar las interpretaciones: concentrar la inversión pública en el centro es altamente redituable para el gobierno roquense. Allí vive mucha gente. Allí vota mucha gente.
Ahora bien ¿puede ser tan matemático y taxativo el análisis? Claro que no.
Primero porque se alejan de la realidad las expresiones tendientes a ubicar “todo” para unos y “nada” para otros.
La calidad de vida en zonas distantes de la rotonda de la Manzana mejoró con los puentes y la iluminación, entre otra infraestructura incorporada. Y mejorará más con el asfalto para 200 cuadras que proyectó el Ejecutivo, más allá de las irregularidades implícitamente admitidas con el aplazo de la primera licitación.
Pero tampoco se puede arribar a conclusiones surgidas exclusivamente de datos fríos porque esta Roca del 2007 -motorizada por el proceso preelectoral- ha puesto sobre el tapete otros costados de la relación vecino - municipio.
Costados vinculados a la participación, el respeto por las opiniones disidentes y la decisión de mantener vigentes los principios que establecen la división de poderes en un Estado.
En ese contexto, el radicalismo está decidido a mostrar ante todo el que quiera ver la imagen menos conveniente del intendente Soria: intolerante, excluyente, capaz de destruir con dos palabras una construcción que tardó meses en consolidarse. Un “enemigo” de los barrios, planteando una contraposición con la figura que utilizó José Luis Rodríguez para anticipar cómo sería su relación con los habitantes de la ciudad.
La estrategia parte desde un punto concreto. El intendente hará más débitos que aportes a la salud del sistema toda vez que persista en su concepción autosuficiente para gobernar y pase por alto que los concejales y miembros del Tribunal de Cuentas no son empleados suyos.
Lo que no puede soslayar el radicalismo, si decide intensificar ese discurso de campaña, es su pasado reciente al frente de la comuna.
Antes también hubo “puertas abiertas” como pregona hoy el candidato a intendente, pero la que más fácil se abría para los vecinos era la de Acción Social, delineando un sistema que hizo de la ayuda alimentaria una garantía electoral durante largos años. Y eso, aunque mucho más silencioso que los gritos de Soria, también era un método profundamente excluyente.
De manera que el equilibrio aparece como un factor decisivo en este año marcado a fuego por las elecciones del 30 de setiembre.
El centro no es todo. Los barrios tampoco. Las obras compiten con los discursos. Demasiados terrenos fértiles que obligan a planificar el desarrollo de la ciudad más allá de un solo sector geográfico, económico o social.

   
HUGO ALONSO
halonso@rionegro.com.ar
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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