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Viernes 01 de Septiembre de 2006
 
 
 
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  PANORAMA MUNICIPAL | UNA MIRADA SOBRE LA MARCHA DE LA GESTION
  Hasta acá, la mística; de ahora en más...
Se corre el serio riesgo de dejar todo en manos del “Hacedor”.
Y eso es peligroso.  La cuenta pendiente de la administración peronista es la apertura a la participación.  Este Ejecutivo debiera buscar usinas de ideas que consoliden el actual crecimiento.
 
 

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Si estaba decidido a “recrear la poderosa mística de ser roquenses”, el intendente Carlos Soria puede darse por satisfecho.
La historia podrá juzgarlo por decenas de acciones y expresiones realizadas a lo largo de su trayectoria política, pero no podrá más que reconocerle logros cuando analice el proceso de reconstrucción del sentido de pertenencia experimentado desde fines del 2003 a la actualidad por los habitantes de esta ciudad.
A fuerza de obras públicas, aprovechando al máximo el contexto político y económico nacional, e incrementando la eficiencia en la prestación de los servicios básicos, el estilo de la gestión municipal generó cambios de conducta trascendentales para la mayoría de los ciudadanos.
Existe hoy una idea común, que aparece simple y llana, pero revela una construcción compleja en la relación entre los habitantes y el medio que los rodea, algo que pocos gobernantes en estos 127 años de vida consiguieron extender por toda la geografía local. Los más jóvenes lo dirían así: “Está bueno vivir en Roca”.
El mérito del gobierno local es haber naturalizado ese concepto entre la población. La comuna invierte en luces, pavimento o césped y la multiplicación del esfuerzo estatal ya no es considerado un aporte en vano por parte de empresarios, comerciantes, profesionales y vecinos.
Esta situación es la que genera en Roca un clima que tal vez no se advierta en ninguna otra ciudad de la región, también alcanzadas por el entorno favorable creado por el crecimiento de la economía argentina durante los últimos meses.
Abstrayéndose de la subjetividad que implica el rol social que cada uno desempeña, si un roquense tiene que analizar el pasado reciente de la ciudad -años 2000 ó 2001- bien podría ubicar en el arcón de las cosas perdidas al interés por lo público o comunitario. Daba igual la plaza con los juegos rotos, las veredas del centro con basura o las calles con pozos. Ya se habían escuchado tantas promesas de mejoras... Se sabía que nada de eso sería así, entonces cada uno se concentraba en lo suyo, agachaba la cabeza y seguía para adelante, como podía... casi siempre a los tropezones.
Soria supo advertir entonces que la recuperación no era cuestión de plata sino de ideas que mimaran el orgullo de un pueblo que se repetía en añoranzas de lo que supo ser.

¿Y AHORA?

Recrear la mística fue fundamental, pero es tiempo de definir los pasos siguientes, pensados ya para un escenario que el propio Soria admite como el más probable para su futuro: el segundo mandato.
Si en los primeros años predominó lo estético, con una meta netamente interna, ahora el desafío será consolidar a Roca como ciudad líder de la región y para eso será indispensable implementar estrategias que capten inversiones, generen nuevas fuentes de empleo y motoricen el desarrollo de polos alternativos a la producción frutícola.
Y aparecen aquí los riesgos de haber construido una imagen casi omnipotente por parte del gobierno municipal respecto de los progresos en la ciudad.
Omnipotencia que incluye habérselas ingeniado para opacar cualquier intento del gobierno provincial por reposicionar la imagen de la UCR en la ciudad. La gestión de Miguel Saiz tiene obras para exhibir en este aniversario roquense, pero no son suficientes para equilibrar la balanza cuando el ciudadano común simplifica el análisis y compara cuánto hicieron unos en 20 años y cuánto otros en tres.
Hablar de Soria en Roca equivale cada vez para más vecinos hablar del “Hacedor”. Y eso es peligroso.
La soberbia con la que suele actuar el intendente -característica que parece haberse transmitido por ósmosis a varios de sus colaboradores- ya es suficiente como para depositar mansamente en un grupo reducido la responsabilidad absoluta de encaminar a la ciudad hacia un destino próspero.
La cuenta pendiente de la administración peronista es la apertura a la participación. No existen las juntas vecinales, es incipiente el diálogo con las entidades intermedias y los colegios profesionales -a pesar de que la mayoría tiene en Roca su sede provincial o regional- aparecen divorciados del debate de políticas de desarrollo.
La consecuencia a evitar por parte de la sociedad es aquella devenida del traspaso abrupto de la desconfianza a la seguridad total sobre lo que hace el municipio.
El impacto positivo en el ánimo de los roquenses no puede ser desaprovechado por el gobierno a la hora de buscar usinas de ideas que consoliden el crecimiento. En tanto, quien se precie de “ciudadano” con todas las letras tendrá que saber que mantener la limpieza y respetar las señales es importante, pero más ayuda a hacer grande una ciudad la utilización de los espacios que brinda la democracia, sobre todo aquellos que permiten controlar los actos de gobierno.

HUGO ALONSO
halonso@rionegro.com.ar

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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