| | Roca está tomando un gran empuje: ahora tiene otra vida”, comenta el empresario Pedro S. Villegas al brindar su visión personal del momento actual de la ciudad. “Quienes vivimos acá tenemos un tono más ameno, un mejor humor. Claro, hacía como 30 años que no pasaba nada, ahora hacés algo y ya está, ¿no?”, ironiza sin desmerecer absolutamente nada, aclara.
Aunque por supuesto, advierte, Roca tiene muchísimo más para hacer. “Y aún así, aunque no se pare un minuto, no se recuperarán más las oportunidades desaprovechadas. Esto es imperdonable”.
Considera que deben empezar a aparecer algunas exigencias del Ejecutivo local para con el desarrollo roquense como por ejemplo:
* la ruta nacional 22 es la columna vertebral del Alto Valle, donde la presencia comercial y empresarial debiera ser la predominante; no puede, entonces, erigirse a la vera de esta ruta barrios residenciales, planes de casas o casas de familia aisladas;
* la avenida San Juan es una arteria envidiable por su fortaleza comercial cuyo embellecimiento con fuentes (en la rotonda de Alsina) y parques (en el canal grande) le darían una mejor prestancia;
* y urge un parque industrial, donde no debieran existir las más mínimas trabas para quienes quieran venir a invertir y trabajar acá. “No digo regalar nada sino facilitar todo”.
Comentó que dada la dinámica que tomó la ciudad en los últimos tiempos se hace evidente ahora la presencia de una hotelería de cuatro estrellas, como mínimo.
Por último Villegas planteó una cuestión educativa: “desde cada una de nuestras casas y las escuelas debemos trabajar para que la ciudad se reencuentre con la chacra, que es de donde todo el mundo breva vitalidad. De este modo, los roquenses volveremos al orgullo nuestro: la producción y la educación, dos virtudes que nos supieron hacer grandes”. En este punto, el empresario destaca la labor de las dos escuelas agrotécnicas de la ciudad -una estatal y la otra privada, de Elena Diniello- que no debieran ser ignoradas con ninguna ayuda de parte del empresariado regional. “Eso se llama responsabilidad social”, concluyó. FALTAN LIDERES, ALERTA
LA PASTORAL SOCIAL ¿Es casual que no haya líderes o dirigentes nuevos en la ciudad? Esta es la duda que trata de desentrañar Nelly Evrard con su trabajo cotidiano, continuo, profundo y comprometido en la Pastoral Social del Alto Valle con sede en Roca.
“¿A quién le conviene que no haya promotores sociales y/o políticos jóvenes que intenten cambiar en algo las situaciones de desigualdad o injusticia que se viven a diario en esta comunidad? ¿Por qué ocurre esto?”, agrega.
“En el 2000-2001 hubo una explosión de pobreza que llegó para quedarse, pareciera. Es lo que veo en los barrios, al menos. Y esta masa crítica se fue acomodando, a su modo, para sobrevivir. Bien sumisa, bien dependiente. Con escasa o nula autonomía: no se la conoce para saborearla al menos un poco. Con una inercia total. No hablo de todos sino de una mayoría. Es como que les ‘faltara un soplo’. No creen en nada”, acota Nelly para aclarar de inmediato: “esta es mi opinión de la vivencia cotidiana, no es una certeza en lo más absoluto”.
Las explicaciones la encuentra, en parte, “en la mezcla fatal de clientelismo político partidario y cierta cultura religiosa que lleva rápidamente a la resignación”. De inmediato desaparece “el ciudadano”, el que tiene voz, derechos y obligaciones, sueños y utopías, señala.
Esta falta de acción y compromiso, expresa Nelly, revela también que la mayoría de la gente tiene institucionalizada la democracia -con sus fechas para votar, lugares para emitir el sufragio, entre otras anécdotas- pero no “la cultura democrática” que exige participación.
Pese al diagnóstico crítico Nelly revaloriza, con necesidad y pasión, la amplia gama de ong’s que dan respuestas a las necesidades populares, “que si bien no llegan muy lejos, geográficamente hablando, ayudan y resuelven algunas situaciones”. En este sentido destaca el trabajo que desde hace casi dos años viene desarrollando el Banco Popular de la Buena Fe, que con la implementación de sus créditos despliega una pedagogía solidaria más que trascendente en los barrios. “Muchos de estos vecinos han cambiado de modo formidable su análisis y visión del mundo. Al alcanzar una toma de conciencia importante, sin quererlo, se van transformando en líderes”. Es un trabajo a largo plazo, insiste. Hay que esperar los frutos.
Es un tema educativo, evidentemente, enfatiza Nelly. “Fuimos colonizados con el arma y la cruz. Esta política, a pesar de los siglos, siempre reververa desde nuestras raíces. De ahí que sea imperioso crear siempre otra savia que nos permita crecer con dignidad”. Que faltan líderes, es cierto, concluye Nelly, “pero también es bien cierto que muchísimos de ellos se están formando sin que muchas veces nos demos cuenta. Enhorabuena para los roquenses”. |
