| | La obra pública actual en Roca tiene un sentido y una lógica. No se hace cualquier obra porque sí. No tenemos la planificación tradicional o rimbombante. Hay hilos conductores que se traducen en un estilo de gestión pública dominada por la voluntad indeclinable de hacer y hacer”.
Así habla Anahí de Tapattá, secretaria de gobierno del intendente Carlos Soria. “Tenemos un férreo ímpetu de cambiar la realidad para mejorarla: esto es evidente”, agrega. “No tenemos un salpicado de obras públicas sino una visión coherente de gestión”.
Antes que nada, Anahí aclara: “el largo tiempo que se perdió en Roca para progresar ya no se recupera más”. Dicho esto, prosigue: “la velocidad es lo nuestro. Para hacer, para remediar, para ponernos al día”. Al mismo tiempo que se embelleció a la ciudad, dice Anahí, debió resolverse el grave problema estructural de tránsito con rotondas y puentes. Paralelamente, “hubo que depurar y reordenar el municipio para concretar el proyecto del intendente actual”.
Enumera la mano derecha de Soria:
* “Se le dio vida al centro con iluminación y bulevares. El centro es la tarjeta de presentación de una ciudad. La nuestra era lamentable. Además son lugares de esparcimiento y paseo de la familia local. Debíamos transformarlos en espacios dignos”.
* “Recuperamos el balneario municipal para devolverlo hoy como uno de los mejores y más seguros del Alto Valle”.
* “Cementamos el canal grande, entre avenida Roca y Buenos Aires. Tenía problemas de filtración de aguas y debía hacérselo eficaz para el riego. La inversión en esos cuatro kilómetros de cemento se usará en invierno, cuando no corre agua por allí, en una gran área deportiva. Se lo pintará por áreas para que nuestros chicos jueguen allí, organizadamente”.
* “Se reabrió la calle y el establecimiento Valle Fértil, por una ordenanza que tenía más de 30 años. Nadie antes la había acatado”.
La funcionaria registra un cambio en la opinión pública con respecto a estas obras: “primero fue la queja y la oposición; luego la aceptación. Es que demostramos que con esta rapidez en el obrar no interferimos en la vida cotidiana de casi nadie. Que afectamos lo menos posible”.
Esta dinámica, insiste Tapattá, desencadena procesos tales como “un buen humor en la gente, apertura cotidiana de negocios comerciales, ampliación del centro comercial, mayor mano de obra ocupada, una valoración de los jóvenes por su ciudad natal...vemos más egresados universitarios que vuelven para aplicar lo que estudiaron y vieron afuera. Traen ideas, preocupaciones, energía por hacer cosas...Esto, indudablemente, amplía el horizonte esperanzador de los roquenses”. |
