| | En un país en donde los fieles de la pelota trasforman al fútbol en casi una religión, aspirar a que los chicos practiquen otra disciplina en su etapa formativa es prácticamente una misión imposible.
En el año del Mundial, una vez más quedó comprobado que la ‘carga genética’ futbolera cimentada a lo largo del tiempo es inalterable. Deja su marca desde la cuna y encauza las preferencias de los más chicos hacia un destino único: la ‘redonda’, única e irremplazable.
El sólo hecho de llegar al punto de plantearse un debate sobre la posibilidad de que la cita de Alemania 2006 fuera transmitida por tevé en la escuelas (compartida o no), habla de una pasión nacional insoslayable.
La Nº 5, que ahora se fabrica de cualquier otro material menos de cuero, es el elemento de fascinación por excelencia de todo niño que haya nacido por estas latitudes.
Tampoco importa el escenario: puede ser de césped, de tierra, en el asfalto, contra el paredón...Menos aún interesa de que está hecho el arco. Así es el contacto primario entre el niño y el fútbol.
Ese encuentro es el punto de partida para su formación. A partir de ahí entran en acción los clubes. El sentido de pertenencia dentro de un grupo, se transforma en una herramienta indispensable para el desarrollo lúdico de los chicos. Y ese espacio lo dan las instituciones.
En la ciudad, la actividad tradicionalmente la llevan a cabo Deportivo Roca y Argentinos del Norte. Pero también hay otras entidades como la escuela de fútbol Potenza que se ha convertido en una tercera opción que tienen los chicos.
Entre las tres, albergan alrededor de un millar de chicos, que sueñan con ser como alguno de sus héroes que ven por televisión. Sin embargo por ahora, sólo les alcanza con estar bajo un mismo color, desplegar un juego en conjunto, recrearse y porqué no, competir. Los pequeños “azulgrana” Cuando uno nombra Argentinos del Norte, surge inmediatamente la asociación con el fútbol infantil. La continuidad de un proyecto serio y a largo plazo, ha llevado a la institución ‘azulgrana’ a situarse entre las más reconocidas en la región en esa materia.
Su titular, Rodolfo Romero, acepta con orgullo la identificación del club con el fútbol de inferiores. “Desde el año ‘97 aproximadamente hubo un cambio de rumbo y se apuntó decididamente hacia la tarea formativa, respetando los tiempos de crecimiento y sin apartarnos de principios básicos”.
Más allá del logro puramente deportivo, el presidente de la institución hizo hincapié en la importancia de “primero, tratar de formar buenas personas y no hacer del fútbol una exigencia. La idea es acompañar el proceso natural de crecimiento y después sí, detenernos en la capacidad individual y en el entrenamiento”.
La mayor aspiración de Argentinos la resume Romero: “Lo principal es darle continuidad al proyecto. Es esforzado porque la demanda de los chicos es muy grande y a veces, la infraestructura con la que contamos no alcanza”.
“El club ha tenido tentaciones. La participación con el equipo de Primera en algunos torneos federales, ha demandado un gasto muy grande. Pero nunca perdimos de vista el objetivo principal, que es fútbol de inferiores. Hacer un buen trabajo en esta área es nuestra mayor ambición”, completó el presidente ‘carcelero’.
El mayor ejecutor de la tarea formativa dentro del club es sin dudas Mario Neri. Es el coordinador general de todas las divisiones formativas y un verdadero hacedor de talentos. “Nosotros a los chiquitos tratamos de brindarle lo que ellos vienen a buscar: jugar al fútbol, hacer goles, divertirse... Cuando percibimos que la están pasando bien, nuestro primer objetivo está cumplido”, afirma el entrenador.
Neri es lo suficientemente gráfico cuando dice que el espíritu de la escuela de fútbol es “la de un potrero organizado. Cuando los chicos comienzan a jugar, no les importa el número de jugadores, ni el tipo de cancha... Después, cuando son más grandecitos (11 o 12 años), recién se les empieza a enseñar cuestiones tácticas”.
El entrenador también se refirió a las presiones competitivas, que muchas veces son generadas por los mismos padres. “A un chico no hay que invadirle su mundo, y lo ideal es aprender a convivir con ese mundo. Tratamos de no sacarlo de ahí y no entrometernos. A los padres siempre les decimos que no los presionen, que los dejen divertirse... Es la mejor manera para que se desarrolle un chico. Después, los resultados deportivos llegan solos”, aseguró Neri. UN TESORO COLOR NARANJA “El poder medirse con sus pares, de alguna manera actúa como estímulo...”, dice el presidente de Deportivo Roca, Juan Carlos Occhionero, uno de los mentores de un proyecto renovador en el fútbol infantil del club, que ha llevado en menos de un año a que los ‘naranjitas’ hayan alcanzado las finales en todas las categorías en el último torneo de la Confluencia.
“Lo de los resultados fue quizás algo fortuito, que aceleró un proyecto que le presenté al grupo de trabajo que actualmente se ocupa también del equipo de primera que compite en el Argentino B, hace cerca de un año”, aseguró Occhionero.
“Con este grupo entendimos que la transformación del presente del club estaría fortaleciendo dos patas. Una de ellas era el fútbol promocional. Estamos convencidos de que apostar a las divisiones inferiores es apostar al crecimiento. No estamos descubriendo nada con esto, pero muchas veces se deja de lado porque su aceitado funcionamiento depende de muchos factores que son difíciles de llevar a la par”, agregó.
– ¿Cuál es la clave del éxito?
– La capacidad de la subcomisión, sin dudas. Este proyecto integral del fútbol del club tiene que estar integrado por personas comprometidas con la idea. Ese es el secreto.
–También son los que acercan los recursos...
– Por supuesto. Además del respaldo y el trabajo, la subcomisión se mueve y hace todo para conseguir los recursos y poder realizar así, un desarrollo integral del chico: un gimnasio con aparatos, preparadores físicos y personal capacitado. Hay un coordinador general que es Fabián Pacheco (también entrenador de la primera), pero detrás de él hay mucha gente.
–¿En qué funciones?
– En la parte técnica por ejemplo. Con nosotros trabaja el ‘Nene’ Travesino (NdR: recordado goleador del ‘Depo’ en la década del ‘70), que vuelca toda su experiencia. También contamos con una escuela de arqueros y tenemos una idea a futuro: que algunos jugadores renombrados de Primera, puesto por puesto, le transmitan los secretos a los pibes.
– ¿Qué número de chicos juegan hoy en el club?
– En las seis categorías que compiten en la Confluencia, alrededor de 170 chicos, más casi 200 en la escuelita, que van desde los 5 años hasta los 10. Ese es el verdadero tesoro del club. |
