La localidad cuenta con una sala comunitaria de elaboración de alimentos que permite que microemprendedores, productores y amas de casa elaboren sus propios alimentos en un espacio con las condiciones higiénicas y bromatológicas exigidas.
Luego de un tímido comienzo, con mesuradas expectativas y pocos elementos, el presente encuentra a la sala trabajando a pleno. Esto ha obligado a la incorporación de personal para las tareas que se están realizando.
Así todos los viernes, un grupo de abuelas de la localidad guiadas por personal de Acción Social Municipal están elaborando dulces de distintos tipos. En tanto los lunes, un grupo de amas de casa que participan del "Programa Comer en Familia" están elaborando dulces de distintos tipos y salsas de tomate. En ambos casos, las frutas y hortalizas procesadas son donadas por productores locales.
Por su parte los martes, miércoles y jueves familias de la localidad elaboran para consumo propio dulces, mermeladas, escabeches y salsas de tomate, lo que les permite disponer de productos sanos, naturales y a menor costo que el comercio.
Por otro lado, semanalmente se está utilizando el horno deshidratador en el secado de ciruelas, utilizándose las muy maduras en la elaboración de dulces.
En años anteriores, los bajos precios que pagaban los galpones de empaque, sumado a la mano de obra que había que pagar por su cosecha, hacía que los productores no la cosecharan y esta fruta se perdiera.
Vale mencionar que la idea de contar con una sala comunitaria de elaboración de alimentos surgió de una necesidad de un sector de la comunidad a partir de incontables requerimientos de personas que tenían intención de iniciar un emprendimientos dedicado a la fabricación de alimentos envasados, utilizando la producción local.
Sin embargo al consultar sobre las condiciones que debía cumplir el edificio, se enteraban que debían contar con un espacio físico que respondiera a los requerimientos de las leyes nacionales y provinciales de Salud Pública (Código Alimentario Argentino), para desarrollar esa actividad. Eso significaba que debía invertir un dinero importante, y en la mayoría de los casos, la iniciativa terminaba en frustración
Por ello se buscó una solución a estos inconvenientes con la construcción de una sala comunitaria, accesible a todos y con los requerimientos exigidos por las autoridades competentes.
"Además de un objetivo social, el lugar sirve para que los emprendedores puedan hacer su experiencia y generar su propia producción. Se brinda asesoramiento, capacitación y si lo podemos ayudar con financiamiento, lo hacemos", indicó la secretaria de producción Verónica Villalba.
Entre los proyectos que están en carpeta figura la necesidad de contar con un matadero municipal en la ciudad, que permita la faena de pequeños animales como conejos, cerdos y ovejas.
Asimismo con esta estructura se podrá realizar la inspección de productos de la caza como jabalí y vizcachas, lo que permitiría a partir de la estructura actual existente, la elaboración de escabeches, paté, entre otros.
También incrementar la capacidad de producción de la sala mediante la adquisición de una envasadora de vacío, un molino triturador, cámara frigorífica que se adapte para enfriar carnes y frutas e instrumentos para el laboratorio de análisis, según indicaron.