Desde hace más de 25 años la celebración de la llegada de la primavera y del día del estudiante tiene en Villa Regina una clara muestra de la solidaridad y del interés de los jóvenes por su comunidad.
Es que, precisamente, la convocatoria que todos los años realizan los alumnos de los últimos años del Instituto Nuestra Señora del Rosario a otros jóvenes de las distintas escuelas de Villa Regina, Godoy, Chichinales y Valle Azul, tiene, además del claro motivo de celebrar y divertirse, el objetivo de colaborar con distintas entidades intermedias de la localidad.
Son muchos meses de trabajo los que los chicos vuelcan a una sola noche de diversión, donde más de cinco mil jóvenes se reúnen y aportan para que alguna de las tantas instituciones de esta localidad reciba de mano de ellos una ayuda monetaria que siempre tiene el fin de volcarse nuevamente hacia la comunidad.
Si bien la convocatoria se realiza generalmente el 21 de septiembre, este año se postergó y se llevó a cabo el 22 de octubre.
No importó que esa noche la temperatura no haya sido la ideal o que la lluvia amenazara con opacar la celebración; nada impidió que durante varias horas los chicos que se reunieran en el anfiteatro municipal Cono Randazzo y disfrutaran a pleno de la noche donde hubo música, la presentación de videoclips elaborados por los propios jóvenes y, por supuesto, la elección de la Reina del Fogón Estudiantil.
El fogón tiene una larga historia. Aunque en un principio nació como una propuesta para los mismos alumnos del Instituto Nuestra Señora del Rosario, con el paso de los años fue cobrando fuerza e interés en el resto de las escuelas. Así llegó el momento en el que el patio del colegio quedó chico, hubo que buscar un lugar más adecuado, como el anfiteatro municipal, y en forma paralela surgió el proyecto de colaborar con las entidades de bien público.
"Siempre hay mucha expectativa por el Fogón, porque cada grupo que lo organiza se esmera al máximo en hacer una apertura de la noche que sea diferente a la anterior. Los chicos dedican muchas horas para dejar el lugar en condiciones, y la respuesta del resto de sus pares no se hace esperar, cada vez son más de cinco mil chicos los que se reúnen", señalaron docentes que colaboran en la organización.
Sin embargo, el hecho más destacable en todo momento es el grado de solidaridad que los chicos manifiestan. Cada año mediante una elección de los posibles receptores de los fondos que se recaudan con el cobro de la entrada se plantean las necesidades y se determina a quién entregarlo.
"Para ellos es un motivo extra para disfrutar esa noche, el saber que están ayudando a una entidad y que después esa entidad va a retribuir hacia la comunidad los hace sentir orgullosos", agregaron los docentes.