Al final de una de las calles más importantes de la localidad, se encuentra uno de los tantos edificios recuperados para actividades culturales que hoy son orgullo de Plottier.

Declarada edificio histórico en 1987, la casa de Martellotta aloja actualmente a la dirección de Cultura del municipio de Plottier. Este edificio levantado en la década del 20, era el casco de la estancia Viñas del Río de Don Félix Muñoz, cuñado del doctor Alberto Plottier.

Hoy, funciona allí también el Banco de la Memoria Viviente que se encarga de rescatar los hechos históricos de la ciudad a partir de los relatos de los antiguos pobladores. En una charla informal, las seis trabajadoras de este programa preguntan a los descendientes de pioneros por qué vinieron, cómo vinieron, por qué se eligió plottier en la década del 20 ó 30 cuando no había casi nada aquí.

sala de artes

Pero este edificio fue sólo el primer paso. Hoy la ciudad celebra tener su primer escenario con capacidad para 600 personas en la Sala de las Artes, un antiguo galpón de de carga y descarga de fruta hacia el ferrocarril.

Muchos recuerdan que su decadencia comenzó cuando los trenes abandonaron su paso por allí. Así poco a poco las telas de araña, las palomas, los perros vagabundos comenzaron a copar el lugar.

Marcelo Monsalves, uno de los responsables de la obra, cuenta el proceso que duró tres meses: "En este espacio había dos alternativas, una era demolerlo y otra ponerle todo el amor que esto llevó y rescatar la historia que tenía el viejo galpón Cristino y reciclarlo. Afortunadamente se tomó la opción de reciclarlo.

"Primero inspeccionamos lo que había. Tenía mampostería rota, la platea de los pisos estaba toda resquebrajada, las cabreadas de pinotea hermosas tenía piezas rotas. Decidimos avanzar por etapas. Modificamos el frente e hicimos una grada en medialuna para el acceso, agregamos una rampa para discapacitados y otra para vehículos que permita la fácil entrada a equipos de música o elementos pesados", detalla.

"Reciclamos las ventanas. Eran de madera pero no pudimos recuperarlas, entonces las hicimos de metal respetando la arquitectura que tenían. Siempre la idea fue recuperar el material que tenía, reacondicionar la chapa de zinc, el techo de chapas de fibrocemento, etc para mantener la identidad de aquella época. En el exterior agregamos iluminación".

"Como el presupuesto que teníamos no era muy grande -reconoce- recurrimos a algunas empresas que nos ayudaron en el emprendimiento".

En el hall de entrada se colocó mampostería con dos ingresos simétricos, se mantuvo la pinotea y se recuperó el altillo en el que más adelante se prevé hacer una confitería. "En el techo se imponen cabreadas de madera de gran magnitud. El escenario tiene 9 metros de boca y el espacio atrás es generoso para en una segunda etapa hacer camarines", dice Monsalves y cuenta que se arregló el paquete sanitario y se colocó un baño para discapacitados.

Hoy allí se hacen espectáculos y se alquila a cambio de alimentos no perecederos para los actos y fiestas de fin de curso.